Flecha #13

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¡Casa sola!

Se encontraba acostado en su cama, sentía la garganta raposa y le ardía un poco, pero eso no era lo peor, ni siquiera lo era el dolor de cabeza constante que sentía; era su nariz constipada que le impedía respirar. Incluso le impedía dormir de manera adecuada porque se sentía demasiado incómodo al respirar por la boca.

Su mamá llegó al cuarto, asomando la cabeza para checar si su hijo mayor ya se encontraba despierto. Al notarlo sentado en la cama, entró a su habitación y tomó asiento junto a él. Tomó su temperatura de manera maternal al colocar la palma de su mano sobre la frente de JunMyeon, notando con alivio que la fiebre había desaparecido.

—JunMyeonnie, ¿seguro que quieres quedarte solo en casa? —preguntó preocupada, desde la noche anterior había intentado convencerlo de lo contrario—. Sabes que si lo pides puedo quedarme contigo, Nini y tu padre irán con tus tíos sin problemas.

JunMyeon negó de inmediato, arrepintiéndose un poco después al notar el dolor punzante incrementar con la acción. Trató de disimular lo mejor posible su molestia para evitar alarmar a su madre.

—No es necesario, en serio—le aseguró una vez más—. Además, este viaje lo has estado planeando desde hace semanas... no te lo puedes perder.

—Lo sé, pero qué tal si...

—Mamá—la interrumpió—. Estaré bien, si necesito algo puedo llamar la vecina de a lado, sabes que nos adora.

La señora sonrió al recordar a su vecina, la señora de cincuenta años siempre les llevaba postres a sus hijos en épocas de exámenes, o los invitaba a todos ellos a cenar a su casa. En definitiva la señora estaría encantada de cuidar a JunMyeon en caso necesario.

—Le llamaré para que venga—JunMyeon la tomó de la mano con cariño, evitando que saliera del cuarto para buscar a su vecina.

—No es necesario—la volvió a consolar—. Tengo su número y cualquier cosa que suceda le llamaré, ustedes diviertanse.

La señora Kim miró una vez más a JunMyeon, notando que su hijo parecía convencido por completo de poder cuidarse durante el resto del día. Suspirando asintió, acariciando su mano y levantándose con cuidado de la cama llena de cobijas y frazadas. Salió de la habitación y a los pocos minutos regresó con una charola que contenía un desayuno ligero, un vaso de agua y las medicinas de Junmyeon.

No pasó desapercibido por su hijo el gran sombrero de olanes y los lentes de sol que ahora usaba su madre, sonrió al notar que aún estaba entusiasmada por el viaje a pesar de su repentina enfermedad.

—Aquí está tu desayuno, por favor cómelo todo para que puedas recuperarte pronto; también dejé tus medicinas, tómalas todas ahora y en ocho horas debes repetir la dosis, pon una alarma para recordarte, de lo contrario podrías sentirte peor—le dio instrucciones mientras dejaba la charola en su mesa de noche—. Si te sientes muy solo en la tarde puedes llamar al niño BaekHyun o MinSeok... hay comida en la estufa, puedes calentarla en cuanto tengan hambre.

JunMyeon asintió a todo, tomando sus medicinas mientras escuchaba las instrucciones con atención.

—Cualquier cosa que pase llámame a mí o JongIn, sabes que tu padre nunca revisa el celular—JunMyeon asintió de acuerdo—. Nos vemos al rato, te quiero.

La señora se inclinó y le dio un beso amoroso a su hijo en la cabeza. JunMyeon le sonrió con cariño, despidiéndola y observando cómo salía por la puerta. Pensó que todo sería paz y tranquilidad, sin embargo la puerta volvió a abrirse.

— ¡Hyung! —gritó JongIn entrando como bala directo a donde se encontraba para abrazarlo—. Ten cuidado mientras estés solo, no dejes que los ruidos te asusten... a menos que creas que es un ladrón, en ese caso llama a la policía.

Flechazo [SEHO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora