Flecha #9

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¡Es una señal!

Las vacaciones llegaron a su fin dando paso a un nuevo semestre. SeHun entró a la escuela con el corazón acelerado y una emoción que no podía controlar. Llevaba semanas queriendo regresar a los pasillos, conversar con sus amigos y compañeros, jugar basquetbol con su nuevo equipo y, sobre todo, retomar el hábito de pasar tiempo con JunMyeon en las tardes.

El primer día de clases llevaba consigo una bolsa dentro de su mochila, en ella había tres regalos que pensaba darles a los tres chicos de la familia Kim. No había podido ver a sus amigos desde la última vez que se reunieron para pasar una tarde juntos en el centro comercial hace varias semanas; mientras que con JunMyeon solo había intercambiado mensajes desde su salida al museo.

Cuando llegaron las festividades de navidad y año nuevo, mientras se encontraba fuera de la ciudad en la casa de sus abuelos, SeHun comenzó un recorrido por las tiendas del lugar en busca de regalos para su familia. Durante esas caminatas surgió en él un intenso sentimiento hacerles un pequeño detalle a sus amigos.

Pasó toda una tarde escogiendo los regalos para ellos y, después de pensarlo varias veces, también para JunMyeon. Se sentía un poco inseguro, pues no podía saber con certeza cómo reaccionaría el mayor, sin embargo las mariposas que lo atacaron al imaginar una sonrisa en su rostro, una tan bonita que haría desaparecer sus ojos brillantes y acentuar sus rosadas mejillas, lo hizo perder fuerza en sus rodillas y lo motivó a comprarle algo a él también.

Una noche antes del inicio de clases, mientras acomodaba las cosas que llevaría a la escuela, miró los tres regalos y se preguntó si sería capaz de pararse frente a JunMyeon y darle el presente sin mostrarse tímido, ocultando el rojo de sus orejas mientras fingía sentirse tranquilo y confiado. Por un momento se acobardó y pensó en renunciar a la idea, enterrar en el fondo de su armario el obsequio de JunMyeon y no volver a pensar en hacer algo como eso de nuevo. Pero al recordar que con ese simple detalle podría causarle un poco de felicidad al mayor, su valentía regresó y terminó metiendo los tres paquetes dentro de su mochila, sin darse la oportunidad de pensarlo dos veces por temor a arrepentirse.

El plan era entregar cada uno de los regalos a lo largo del día y en cuanto tuviera oportunidad, pero para su mala suerte ya no compartiría todas sus clases junto a JongDae y JongIn. Al parecer solo los alumnos de primer semestre tenía un grupo definido con el que convivían durante todo el periodo, y a partir de los siguientes comenzarían a cambiar de salón, maestro y compañeros varias veces al día.

Sus primeras dos clases las pasó con algunos compañeros del semestre anterior y muchos rostros nuevos. A pesar de encontrarse un poco solo a lo largo del día, la vergüenza que sentía al acercarse a gente nueva en esta ocasión no se comparaba en nada con el semestre anterior, por lo que pudo hablar con algunas personas se habían acercado a él con amabilidad.

Fue hasta la tercera clase, justo antes del receso, que entró a su salón y vio con alegría a JongIn sentado en una de las sillas junto a la ventana. El chico de tez morena se encontraba mirando su celular mientras esperaba a que la clase comenzara, por lo que se llevó una gran sorpresa cuando SeHun se acercó a abrazarlo con emoción.

— ¡JongIn-ah! —gritó con una gran sonrisa, causando que el moreno casi perdiera el equilibrio y cayera de su asiento.

— También te extrañé—contestó JongIn con una sonrisa y palmeando su espalda con cariño—. ¿Qué tal las vacaciones?

—Solo fuí a la casa de mis abuelos durante las fiestas, nada extraordinario—contestó quitándole importancia y tomando asiento a un lado de su amigo.

De un momento a otro recordó la sorpresa que llevaba en su mochila y con urgencia comenzó a buscar el regalo de JongIn. Sonrió al encontrarlo, sacándolo y dejando que la mirada curiosa de su amigo lograra ver lo que traía entre sus manos.

Flechazo [SEHO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora