Cap. 35: La mansión de las muñecas.

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-¡Auch! ¿No puedes forzar un poco tu alma y usar un hechizo de sanación?-

-Pe~Perdón, pero si hago eso terminaría lastimándome bastante ya que no poseo absolutamente casi nada de Aura. He gastado todo en la pelea y todavía debo sanar a todos.-

-Tch.-

Los que hablaban era Cattia y Aurelio.

Desde el combate con Verad y las defensas de los esclavistas hemos quedado muy malheridos y desgastados. Comenzando con los más mal heridos estamos Cattia y yo con laceraciones tanto internas como externas por todo el cuerpo debido a forzar nuestros cuerpos hasta el extremo. Después, con heridas como golpes, moretones y algunos cortes pequeños están Aurelio y Melissa, y por último con heridas leves están Roid y Myles con solo unos raspones y moretones pequeños. Hay que tener en cuenta que a excepción de Myles y Roid, ninguno de nosotros poseemos Aura como para intentar acelerar nuestra sanación... Bueno, yo si poseo gracias a mi habilidad de catalizadora, pero debido a que mis heridas son demasiado graves mi sanación natural no puede hacer nada más que detener el sangrado temporalmente.

El fin, estamos en unas condiciones horribles y la tormenta no ha parado de azotar a nuestra carreta.

*Golpe*

-¡Ay, ay, ay! ¡Ten cuidado!- (Cattia)

-No es mi culpa, la carreta se sacudió. No te muevas si no quieres que las heridas se abran de nuevo.- (Aurelio

-Así que ese es el efecto de exceder tu límite.- (Celine)

-Nuestra Guardiana me advirtió que iba a doler más tarde. No debí combinar esas técnicas.- (Cattia)

-Hablando de técnicas ¿Qué fue eso de último momento? Ese ultimo no parecía ser simplemente tu Venator Modum. Obtuviste mucha más fuerza que las veces anteriores que peleaste.- (Celine)

-Mmm... Mi maestro me había enseñado a usar unas técnicas, los "Llamados de la bestia". Es una clase de pacto que hacemos con el Guardián de nuestra raza, no el personal, y este nos brinda su protección a cambio de darle parte de nuestra Aura. La habilidad del último momento es algo que recordé de mi maestro, el "Trance de la bestia", el cuál es como un estado de descontrol. Libera toda tu fuerza durante unos segundos al costo de destrozar tus músculos después de que pase el efecto. Normalmente no lo usaría porque sabía las consecuencias del mismo, pero me vi presionada en esa situación.- (Cattia)

-Ya veo.- (Celine)

-¿Y tu? ¿De dónde aprendiste magia demoníaca?- (Cattia)

En ese instante todos los que estaban despierto se voltearon a verme.

-*Suspiro* Es una magia que aprendí cuando estudiaba en Roca Negra. Se supone que no perdería el control tan rápido, pero tal parece que en un momento de acción real, mantener la cordura es más complicado de lo que parecía. Ese demonio es muy fuerte y toma posesión de tu mente muy rápido.- (Celine)

Los demás no dijeron ni una palabra mientras me escuchaban.

-La sensación que sentí cuando la invoqué era excitante, pero a su vez dolorosa. Se sentía cómo si tu sangre estuviese quemando todo tu cuerpo desde adentro, mientras que la sangre de la gente que asesinaba aliviaba por completo ese ardor... Además la sensación de relajación era muy agradable, mientras que la quemadura comenzaba como algo leve y luego, a los pocos segundos, me volvía loca del dolor... Definitivamente, no es algo que pueda tomar a la ligera.- (Celine)

-¿Y cómo deshiciste la posesión? No es sencillo hacerlo sin magia de luz.- (Aurelio)

-Le advertí que él no podría resucitar si permitía que mi cuerpo siga recibiendo daño. Mi sombra era el medio por el cuál me tenía atrapada, pero sin el mismo no puedo usar la gran mayoría de mis habilidades por lo que me vi en desventaja durante el combate. Sentí como intentó forzar la posesión para robarme el control de mi cuerpo antes de que siga recibiendo daño, pero no se lo permití. Al final se rindió al sentir mi condición y decidió devolverme el control de mi sombra.- (Celine)

Arenam: Umbra - Arena: SombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora