PRÓLOGO

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Nuevo empleo

Honesto, valiente, elocuente, educado; inteligente, perspicaz.
JongHoon repasó en su mente lo que el profesor Choi le había propuesto colocar en un currículum hecho en menos de cinco minutos.
Bien, tal vez ir con converse, jeans y una playera con estampado de rayas no era la digna presentación para un trabajo frente a un científico. ¿Verdad?

Él que iba a saber que ese era el día y la hora exacta para competir por el puesto del que habían estado hablando sus compañeros durante los últimos tres días.

Solicitaban un nuevo asistente. Alguien que conociera de manera fresca los avances y métodos con los que una de las más grandes corporaciones encargadas de la investigación trabajaba día con día. Alguien que se supiera que era responsable ante cualquier circunstancia. Que fuera merecedor de absorber un poco de la basta experiencia del Doctor Cho Kyuhyun. Un hombre con educación, con prestigio y con mucha exigencia.

JongHoon había sido seleccionado para asistir. Creyó que sus promedio le daría algún otro campo, tal vez más alto… Pero si los demás hablaban de Cho Kyuhyun debía ser importante, así que lo afrontaría y sin importar las fachas que llevara, lucharía por ese trabajo. 

Bajó del taxi casi corriendo hacia la entrada del sitio. 

Un portón enorme de madera adornaba lo imponentemente grande que se veía aquella casa por fuera. 

Y es que, a decir verdad, JongHoon creyó que el trabajo era en ese enorme edificio de arquitectura imponente y moderna, no en una casa.
Pintada de color blanco y con elegantes ventanas, JongHoon supo en ese momento que tal vez sí debía esmerarse aunque fuera un poquito en como iba vestido. Se detuvo un segundo, respiró profundamente y tocó el timbre. 

Espero por largos segundos hasta escuchar unos tacones del otro lado de la puerta.

— ¿Kim JongHoon? — Preguntó una voz femenina al otro lado de la puerta. 

— Sí. Vine por el trabajo de asistente con el Señor Cho. —  Contestó aún agitado.
La puerta se abrió, y ahí apareció una mujer de estatura pequeña, de hecho era ya una señora mayor, con el cabello casi blanco, vestido con saco y falda de color negro, zapatos de tacón bajo y una carpeta en la mano.
Le dedicó una amable sonrisa a JongHoon antes de hacerle una señal para que entrara.

— Sígueme.

JongHoon admiró aún más la casa, el camino empedrado hacia la entrada rodeado de césped recién podado y algunos arbustos.
Cuando la mujer abrió la puerta, a Jong casi se le desprendió la mandíbula por gran elegancia que desprendía ese sitio. Tan rústico, tan limpio y ordenado. El tal doctor Cho debía tener dinero de sobra. Bueno, sí trabajaba en múltiples investigaciones y aspectos hasta de talla internacional, era obvio que estuviera muy bien económicamente.

— ¿Ese es tu currículum? — Preguntó la mujer sacándolo de sus pensamientos.

— Sí. — La señora leyó el papel en menos de dos segundos y luego lo dejó a un lado. 

— Ven conmigo.

Y como tal, subió por las escaleras hasta llegar a un pasillo largo, apenas iluminado por la tenue luz que llegaba de la ventana al fondo. Las puertas que había en el pasillo eran de madera oscura, los muros oliva, y cuando giró, justo a la izquierda; había un despacho, sin puertas o algo que cubriera la entrada.
Camino en dirección a la mujer.
El despacho estaba rodeado de estantes con libros, a la derecha, un escritorio y una enorme ventana, la misma que había apreciado él desde la entrada.
Al fondo del despacho, una puerta de madera se hallaba cerrada. Ahí tal vez estaba el doctor Cho.
Escuchó unos pasos fuertes por el pasillo, giró hacia la entrada y allí apareció un hombre alto.

Kim... Me Gustas ~• {KyuSung} EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora