EPÍLOGO

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Una familia peculiar

JongHoon escuchó el grifo correr, abrió la puerta y se encontró a Cho frente al lavabo, con el rostro casi amarillo, los labios pálidos y los ojos llorosos. 

— No deberías verme en momentos así de horribles. — Pidió el castaño mientras volvía a sentir esas horribles ganas de vomitar. 

JongHoon le había advertido sobre el comer tacos en exceso. Aunque fueran adictivos. 

— No digas tonterías, sería un idiota si te dejara lidiar con esto a ti solo. —Kim le restó importancia a las quejas de Cho y sacó un termómetro de uno de los cajones.— Abre el brazo. 

— Me siento terrible.

— Sigue lanzándote desnudo a la piscina. Y comiendo Doritos con esa salsa que mandas a traer desde México. Y compitiendo con Changmin por ver quién come más tacos.— Lo regañó el pelinegro y, a pesar de su malestar, Kyuhyun le sonrió dulcemente.

— Pareces mi madre. Dudo que esas cosas tengan algo que ver. 

El termómetro sonó bajo el brazo de Kyuhyun, JongHoon lo retiró y al percatarse de la fiebre del castaño lo miró con los ojos como platos.

— Treinta y ocho… Kyuhyun debemos ir al doctor. 

— Yo soy doctor. — Aclaró, Kyu.

— ¿Entonces qué hago? 

— En el botiquín del despacho hay una caja azul, tráela, por favor. 

Kyuhyun se veía terrible, por lo mismo, Jong salió rápidamente en busca de la tal caja. 

— De acuerdo.

••••

— ¿Cómo te sientes?— Preguntó unas horas más tarde, Kyuhyun le sonrió de forma arrogante. 

— Mejor. Soy un gran doctor. 

Al verlo tan repuesto Kim se sintió aliviado. 

Pobre Kyu, llevaba desde las dos de la mañana vomitando y con una fiebre terrible. Ahora, aunque se mostrara así de arrogante, JongHoon se tranquilizó de verlo bien.

Por eso mismo no lo pensó tanto para abrazarlo fuertemente

— Lo eres. 

ווו×

Kyuhyun estaba qué le hervía la sangre de coraje. Era tardísimo y JongHoon aún no llegaba. 

Estaba seguro que si en cinco minutos ese chico no aparecía, tomaría el teléfono y llamaría a la policía, y luego lloraría. 

A tres minutos de su locura, la puerta se abrió, JongHoon apareció ahí, de lo más normal.

— No puedo creerlo Kim JongHoon. — Exclamó el castaño con los brazos cruzados. Jong se tenso cuando captó su mirada tan seria sobre él. 

— ¿Qué? 

— Dijiste que el horario máximo de salida eran las cinco o máximo máximo de lo súper máximo, las siete. 

— Lo sé. — Kim asintió,sin entender el drama. 

— Son las once con cuarenta, casi llegas al otro día. — Kyuhyun le señalo el reloj. 

— Estás exagerando. 

— ¿Dónde estabas?— preguntó frío. 

— Fui a tomar algo con los chicos. 

Kim... Me Gustas ~• {KyuSung} EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora