Sabrina: ¿Crees que soy una mala persona?
— Oh, cariño. Claro que no lo eres, eres maravillosa.
Elizabeth se había pasado la última hora tratando de calmar a su hija, sin lograr entender qué era lo que le ocurría; Sabrina no dejaba de llorar. Las palabras de Sofia continuaban castigándola sin piedad alguna. ¿Por qué había tenido que decirle esas palabras que tanto dolían? ¿por qué dejarla tan rota?
—, Cariño... puedes contarme lo que quieras. Pero si no vas a hacerlo, aunque respeto esa decisión, te aconsejo que lo hables con alguien. Puedes llamar a Miriam y decirle que venga, o a quien quieras, pero por favor; di algo.
Sabrina asintió con la cabeza mientras las lágrimas se iban deteniendo lentamente.
Sabrina: Sí, supongo que me hará bien hablar con alguien de mi edad.
Pero Sabrina no estaba pensando en hablar con Miriam, sólo había una persona con la que necesitaba hablar. ¿Sofia quería herirla? pues le demostraría que ella no es ninguna cosa rota. No es nada que necesite ser remediado, no es nada que necesite ser completado.
...
Sofia: ¿Por qué es tan difícil para ti entender que no quiero volver a hablarte?
Sabrina: Cierra la boca y siéntate.
Ambas, en la cafetería de la escuela, tenían un sándwich en sus manos; que claramente no iban a comer.
Sofia: Ya te dije todo lo que tenía que decirte.
Sabrina: ¿Por qué me besaste?
Sofia puso los ojos en blanco.
Sofia: ¿Acaso era tu primer beso? —dijo en tono de burla.
Sabrina: No eres la clase de persona que va por la vida dándole besos a cualquiera.
Sofia: ¿Por qué no haces de cuenta que nunca ocurrió?
Sabrina: También podríamos hacer de cuenta que no existen las paredes, pero nos lastimaríamos.
Sofia: Sólo fue un impulso.
Sabrina la observó durante unos segundos, intentando ordenar sus pensamientos.
Sabrina: Lo que creo es que no puedes lidiar con lo que sientes —sólo se escuchó silencio de parte de la castaña—, dices que no puedo amar... tal vez eso es lo que crees que ocurre contigo. Creías que eras incapaz de amar, hasta que aparecí yo.
Sofia: Eso es un poco vanidoso de tu parte, ¿no crees?
Sabrina: Realmente creo que no sabes lidiar con lo que sientes, te asusta. No puedes creer que te hayas enamorado tan rápidamente.
Sofia: ¿Amor? no estoy enamorada de nadie.
Sabrina: Eres hetero-curiosa. Yo también lo sería si no hubiese tenido novio.
Sofia se tensó, nerviosa. Sabrina estaba logrando lo que se proponía, pero, dos pueden jugar este juego.
Sofia se levantó de su asiento y antes de irse, se acercó al oído de la rubia para susurrar:
Sofia: Diría lo mismo sobre ti y tus problemas para admitir lo que sientes, pero tú no sabes lo que eres. Tú sólo tomas lo que te convenga en el momento. Y ahora, yo te convengo más que a nada.
...
Sabrina: ¿De dónde cree que saca esa valentía? —le preguntó al director, mientras hablaban en su oficina. Él la había llamado esta mañana para decirle que quería saber cómo iban las cosas, Sabrina lo puso al tanto de todos los problemas, pero el director no iba a darse por vencido.
Director: No lo sé, supongo que algunas personas simplemente son valientes.
Sabrina: No sólo es valiente, es... indestructible. Me refiero a que, si yo pasara por todas las cosas por las que ella tiene que pasar, simplemente no podría, me suicidaría. Y ella, sin embargo, viene aquí y acepta ser ayudada, aunque en el fondo es consciente de que nadie puede ayudarla. No entiendo cómo lo hace.
Sabrina estaba hablando más para sí misma que para el director.
Director: Estás haciendo bien tu parte, la estás manteniendo con vida.
Algo se encendió dentro de Sabrina en ese momento, como si las palabras del director hubieran detonado la más brillante de las ideas, el mejor de los planes.
Sabrina: ¿Cuánto tiempo falta para el horario de salida?
Director: Diez minutos —dijo algo confundido—, ¿por qué?
Sabrina: Por nada, tengo que irme.
Tomó su abrigo del respaldo de la silla y salió del lugar tan rápido como pudo.
Demonios —susurró cuando abrió la puerta principal y vio que estaba lloviendo. Se colocó la capucha del abrigo y corrió hacia el estacionamiento. Su viejo auto estaba ahí esperándola, no era una maravilla de auto, sólo lo que su madre pudo pagar por su cumpleaños, pero ella lo amaba; era todo lo que necesitaba
Se subió en él y esperó a que la campana sonara, vio cómo todos los alumnos corrían a sus casas para protegerse de la feroz lluvia.
¿Dónde estás? —dijo en un susurro para sí misma—, ahí —contestó cuando vio a Sofia saliendo por la puerta principal
Al verla caminar bajo la lluvia, notó que tenía algo diferente a las demás personas. Algo en la mirada, en la forma de mover las piernas, la manera de tambalear los brazos mientras caminaba lentamente
¿No le importa la lluvia? —se preguntó. Pero cuando la observó caminar un poco más, con la mirada en el suelo, lo entendió—: No notaba la lluvia.
Sabrina estaba segura de que este era el caso más serio de depresión que alguna vez había visto. Sintió ganas de parar el auto a su lado y alcanzarla a su casa, pero se contuvo, tenía que aferrarse al plan. Tenía que averiguar de una vez por todas cuál era la razón de que no se fuera de esa casa en la que tan mal la pasaba.
Dejó que Sofia le sacara un poco de ventaja y encendió el auto para seguirla. Cuando iban unas diez cuadras, la lluvia empeoró, y Sabrina vio cómo Sofia se detenía en el medio de la acera y miraba hacia el cielo sorprendida.
No es posible que acabe de darse cuenta de que está lloviendo —pero al parecer, así era
Sofia tocó su cabello mojado y parecía regañarse mentalmente por tener la mente tan alejada de la realidad. Cuando su estado de shock al fin terminó, continuó su camino a casa.
Se acercaron a una zona bastante mala de la ciudad, Sabrina nunca había estado aquí, y de hecho, se preguntaba si recordaría cómo salir de allí.
Sofia se detuvo, sin embargo, en una de las mejores casas de la zona. Rebuscó en su bolsillo y extrajo un pequeño manojo de llaves con el que abrió la puerta para entrar.
Así que este es tu hogar —se dijo.
Cuando iba a bajar del auto, su celular comenzó a sonar. Miró la pantalla rápidamente y vio que era una llamada de Miriam. Lo puso en silencio y lo arrojó sobre el asiento del copiloto. Cerró la puerta y respiró profundamente antes de dirigirse a la casa.
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Towards love [adaptación]
Fanfiction» "Dos personas siempre van a estar condenadas a encontrarse si se sujetan del hilo rojo que las une." »Obra adaptada, créditos a su respectivo autor« - La obra es publicada, ya con el permiso de su autor.