Una mirada más bonita que los ojos / capítulo tres.

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Sofia no asistió a clases al día siguiente.

Ni al siguiente.

Ni al siguiente.

Ni al siguiente.

Miriam: Tal vez se dio cuenta de que aún no está lista para regresar —dijo la chica de cabello con puntas rosadas mientras almorzaba junto a su mejor amiga en la cafetería.

Sabrina: Tal vez —se notaba en su tono de voz que no estaba para nada convencida de eso—: ¿y si le pasó algo más?

Miriam la observó atentamente mientras masticaba su sándwich.

Miriam: No te enamores de ella —Sabrina puso sus ojos en blanco.

Sabrina: Sólo trato de ayudar.

Miriam: Lo sé, pero a ti te gusta acercarte a la gente como ella.

Sabrina: ¿Cómo ella? —preguntó sin comprender.

Miriam: Con historia. Te encanta la gente que tiene historias de vida tristes. Te acercas a todas las personas así que encuentras. Y por lo que me contaste, Sofia tiene una muy triste historia, ¿recuerdas cómo te acercaste a Peyton?

Sabrina: No me hables de Peyton, es parte de mi pasado y sabes que me suele recordarlo.

Miriam: Lo sé, pero a veces tienes que recordar el pasado para asegurarte de no cometer los mismos errores otra vez. Peyton tenía una muy buena historia, y la de Sofia se le parece.

Sabrina: No voy a involucrarme con ella, ahora ¿podemos seguir almorzando?

Sabrina estaba completamente asustado cuando pasó una semana sin señales de Spfoa. Empezó a preguntarse si no sería algo que había dicho ese día en el baño. Por dentro se moría de culpa ante la idea de que ella fuera la culpable de la ausencia de Sofia. No iba a aguantar demasiado tiempo.

Sabrina: ¿Sabe algo sobre Sofia Daccarett? —le preguntó al director con algo de nerviosismo en su voz.

Director: De eso quería hablarte. Toma asiento, por favor, me alegra que vinieras.

Sabrina se sentó en el asiento delante del escritorio del director, apretando los contados del mueble con sus uñas, evidentemente nerviosa.

Sabrina: ¿Le ocurrió algo más? —ya no podía soportar la intriga. El director se tomó unos segundos antes de comenzar.

Director: Supongo que ya sabes lo que ocurrió con su hermana —Sabrina asintió levemente—, ella está haciendo terapia con el psicólogo al que tú solías ir —la rubia tragó saliva fuertemente, como si de esa forma también tragara los recuerdos—. Sabrina, ella necesita ayuda, yo no puedo dársela.

Sabrina: ¿Qué insinúa?

Director: Tú has pasado por esto, sabes lo que está sintiendo. He pensado que, a lo mejor, tú podrías acercarte a ella e intentar ayudarla, darle tu apoyo. Ella no tiene amigos, ¿qué dices?

Sabrina sabía que esto estaba completamente en contra de lo que le había prometido a Miriam con respecto a no acercarse a Sofia, pero tenía que hacerlo. Si tienes la posibilidad de hacer algo bueno por alguien, aunque no lo conozcas, tienes la responsabilidad de hacerlo. No porque le debas algo o porque esperes conseguir algo a cambio, debes hacerlo porque es lo que corresponde.

Sabrina: Lo intentaré.

Sabrina pensó que todo esto de ayudar a Sofia sería inútil puesto que ella ni siquiera se había presentado a clases en las dos últimas semanas. El director dijo que le había permitido permanecer en casa tanto tiempo como necesitara, pero Sabrina no podía dejar de pensar en el estado de Sofia.

¿Qué tan mal estaría ella?

¿Lloraría contra su almohada cada noche?

¿Se auto mutilaría?

¿Caería en una depresión de la cual sería difícil sacarla?

¡Estaría considerando acabar con su vida?

¿Recibiría apoyo de algún familiar?

¿Acaso tenía a alguien en el mundo?

El imaginar a Sofia llorando, o sufriendo, le partía el alma por completo.

"No hay dudas de que no se merece nada de esto" —se dijo a sí misma.

Necesitaba encontrar alguna forma de acercarse. No había gente en la escuela que supiera de ella, puesto que no tenía amigos allí, así que nadie podía facilitarle su dirección o su número telefónico.

Tendría que averiguar por sí misma.

Encendió su laptop e inició sesión en Facebook.

Tecleó "Sofia Daccarett Char" en el buscador.

Nada.

Inició sesión en Twitter.

Tecleó en el buscador.

Nada.

Instagram.

Tecleó en el buscador.

Nada.

Incluso la buscó en Vine, como si eso sirviera de algo.

Nada.

Llevó sus manos a su cabeza con gran frustración. ¿Cómo era posible que siendo adolescente no tuviera ninguna red social?

La puerta de la habitación abriéndose la sacó de sus pensamientos—: Ya es tarde —dijo su madre—. Descansa, hija. Mañana te será difícil levantarte si estás cansada.

Sabrina suspiró.

Sabrina: Lo sé, gracias. Buenas noches.

Elizabeth: Buenas noches, hija, te amo.

Sabrina: Yo igual.

Cuando su madre se fue de la habitación, Sabrina apagó las luces y se adentró en su cama con su ¡phone en las manos. Revisó sus redes sociales, como cada noche antes de dormir.

"Pero, ¡¿qué demonios?! —se dijo a sí misma cuando al entrar en su cuenta de Facebook lo primero que vio en el inicio fue una foto de Sofia.

"R. I. P. Paulina Daccarett" —decía en el enunciado.

Ah, la hermana —se corrigió más tranquila.

Con curiosidad, analizó la publicación. Era de una tal "Alisson James C.". El nombre se le hacía familiar, pero no lo suficiente como para asociarlo con el rostro de la persona. La publicación se podría resumir en "Paulina, no merecías morir. No nos conocíamos demasiado, pero siempre te he considerado una amiga. Te voy a extrañar."

Sabrina rió. ¿No es graciosa la forma en que cuando estás muerto todos te quieren?

Sabrina continuó deslizando la página hacia abajo y vio varias publicaciones sobre Paulina, una peor que la otra. Cada una más falsa que la anterior, era obvio que estas personas no conocían a la hermana de Sofia.

No pudo contener su curiosidad e ingresó. Una vez que la página cargó, Sabrina la visualizó con atención. La foto de perfil era una imagen de ella con el mar de fondo, pero lo que llamó su atención, fue la imagen que tenía como portada. Era una foto de las hermanas.

Sabrina hizo clic para verla con mayor claridad.

Sin duda eran idénticas. Pero, de todas formas, Sabrina sabía que, de haberlas visto juntas; sabría identificar a Sofia. ¿Por qué? pues, aunque sus ojos eran del mismo color, había algo diferente en ellos.

Luego de minutos de estar con el celular en sus manos, mirando la imagen, por fin pudo descubrir qué era lo que tenían de diferentes esos ojos.

Paulina tenía unos hermosos ojos color café miel, pero Sofia, a pesar de tener el mismo color... ella tiene algo que Sabrina nunca antes había visto en una persona.

Sofia tiene una mirada más bonita que sus ojos.


Towards love [adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora