Model | Bughead

19.- Hiram Lodge

Después de que aquella hermosa boda, en la casa Lodge, Verónica recibía a su padre de mala gana, pues lo que muy pocos sabían era que el había matado a su madre Hermaione a sangre fría y justo enfrente de ella.

Ella definitivamente no quería que su padre saliera de la carcel pero lastimosamente ya había cumplido su condena, aunque no importaba cuanto tiempo él estuviera en la carcel.

El siempre seguiría siendo un monstruo.

—Hola papá—. Hablo Verónica sería con sus manos entrelazadas dirigiéndole una mirada fría a su padre.

—Es bueno verte mija, ¿Y esa panza? Te dije que dejarás de comer tantas hamburguesas en Pop's—. Dijo Hiram entrando al Pembroke con bastón y con su típico tono serio.

—Está panza es por que estoy embarazada. Para tu suerte serás abuelo dentro de dos meses—. Hablo la pelinegra cruzando sus brazos.

Hiram rápidamente dio un fuerte golpe al comedor, espantando a Verónica que rápidamente abrazó a su estómago tratando de proteger al hijo que llevaba dentro de alguna cosa que hiciera su padre.

—¿Quien es el padre Verónica?—. Exclamó Hiram tratando de mantener su postura, aún enojado.

—Reggie, por favor no le hagas nada, el es bueno se hará cargo de mantener a su hijo y no estaré sola pronto nos casaremos, el es ahora dueño del negocio de su padre y yo estoy a cargo de industrias Lodge, nuestro hijo podrá vivir más que bien—. Hablo Verónica con miedo retrocediendo para evitar que su padre hiciera algo malo.

—¿Y en donde está Reggie, mija?—. Pregunto Hiram caminando a paso lento a su viejo salón y admirándolo al darse cuenta de que estaba tal y como lo había dejado.

—Está trabajando no tarda en llegar—. Respondió conrtante, causando una gran impresión en Hiram.

—¿Que pasa? Actúas como si no hubieras querido que volviera—. Hablo Hiram poniéndose enfrente de su hija, para después intentar su mano en él vientre de la morena.

—¡Que te pasa! ¡ni loca dejaría que toques a mi hijo —Dijo Verónica alejándose de su padre y comenzar a señalarlo— Tu eres un monstruo que debió morir en la prision, tu mataste a mamá, tu mataste a...—. La chica no pudo continuar debido a que su padre le había dado una cachetada para después a agarrarla por el cuello asfixiadola.

—No vuelvas a hablar así de mi, eres una perra igual que tu madre, una fracasada que no pudo terminar la universidad y que quedó embarazada a los 19 años, así que Verónica no me digas que soy un monstruo tú engañaste a Archie Andrews y arruinaste su vida, entonces dime ¿Quien es él monstruo ahora?—. Contestó furioso Hiram soltándola bruscamente para que la chica pudiera respirar, antes de dirigirse a su estudio.

Después de eso Verónica se quedó aterrorizada y comenzando a llorar en lo que esperaba a que Reggie llegara. Su padre tenía razón era una fracasada que arruinó la vida de la persona que más amaba y sentía culpable, no solo por eso, si no también por ocultarle a su padre, un secreto que arruinó a la familia Jones, pero sabía que si lo decía la sangre correría, la suya y la de su hijo e incluso la sangre de Jughead.

Mientras tanto en una de las mansiónes Topaz Blossom, Jughead y Betty yacían descansando en la gran cama que compartían, ambos enredados en las sábanas juntos pues ayer había sido una noche y un día loco. Y les había encantado.

Jughead miraba como la luz de los grandes ventanales de cristal entraban a la habitación y la iluminaban junto con el gran candelabro de cristal que caía como cascada en medio de la habitación, y se podían admirar las mejores vistas de Paris desde ahí.

Ni siquiera siendo modelo podía pagar tan solo una habitación así. Dejando de lado eso el chico cambio su vista a una más hermosa, el castaño miró a la hermosa rubia que yacía junto a él acostada en su pecho. El chico la acarició con delicadeza admirando cada detalle de su hermoso rostro y acomodando un mechón de su dorado pelo detrás de su oreja para después depositarle un beso en la frente.

—Buenos días Juggy—. Hablo Betty abriendo sus hermosos ojos verdes, levantándose y así dirigiéndose hacia su novio para plantarle un dulce beso en los labios.

—Hola princesa, lamento despertarte—. Exclamó Jughead, al separarse del beso mientras la chica le acariciaba el rostro con delicadeza.

—Y ¿Que haremos ahora que tenemos que cuidar las mansiones de Cheryl y Toni mientras ellas están en su luna de miel?—. Hablo Betty acariciandole el pelo al chico acostándose en el pecho de este mientras el la abrazaba.

—Y además cuidar a Olive, a Yoshi y a Minnie. Pero bueno estamos en Paris, la ciudad del amor, a cargo de dos mansiones, autos de lujo y todo lo que podamos desear, así que no creo que nos la pasemos mal—. Hablo Jughead algo desanimado por tener que cuidar a los perritos pero siendo sarcástico y en realidad disfrutando su estadía en Paris.

—¿Que te parece si nos ponemos algo de ropa y recorremos las calles de Paris y vamos al museo, mientras Archie y Polly cuidan a los perritos?—. Hablo Betty poniéndose encima de Jughead con un tono seductor.

—Me vas a matar Cooper, pero ¿para que ir al museo? Cuando tengo una obra de arte enfrente mío—. Coqueto Jughead acariciando el brazo de la rubia y plantándole un dulce beso en los labios.

Después de eso ambos se vistieron y alimentaron a los perritos. Jughead llamó a Polly para que viniera a cuidar a los perritos y la mansión mientras ellos salían a la cual está accedió. Después de la rubia mayor llegará ambos se fueron llevándose al perrito más chiquito con ellos, Olive.

—Nunca me imagine estas así contigo, caminando por las hermosas calles de Paris agarrados de la mano como una hermosa pareja—. Hablo la rubia mirando al castaño, el cual volteó a verla con una sonrisa.

—Somos una hermosa pareja— Dijo el chico dándole un dulce beso en los labios —Ahora sostén a Olive mientras sacó mi cámara para tomarte una foto frente a la Torre Eiffel—. Hablo Jughead pasándole la correa con el perrito a la chica, mientras de su mochila buscaba su cámara que siempre traía.

—Que raro, supongo que la deje en Riverdale. No importa supongo que la tomaré con mi teléfono, después de todo siempre luces hermosa, mi amor—. Finalizó Jughead mientras sacaba su teléfono para tomarle fotos a la rubia le modelaba junto con el perrito.

Y así mientras ellos disfrutaban una amenaza llegaba a Riverdale. Una amenaza que ponía en riesgo la vida de Jughead.