¿Ir al médico?

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Toc toc...

Unos golpes en la puertas me despiertan, ya entra luz en la habitación y la puerta se abre, apenas veo con claridad y una silueta femenina sonríe desde afuera de la habitación, detrás de ella uno de mis compañeros.

—Hobi Hobi, Kookie; buenos días.

Una Yonsuni enérgica nos despierta, detrás de ella está V, tiene apoyada la cabeza sobre su hombro y los brazos le rodean la cintura a Suni. Me incorporo y Hoseok me mira con cara de superioridad.

—¿Qué quieres, J-Horse?— me mira mal.

—Vístete, vamos al médico, no vamos a desayunar aquí.

Suni y Tae se sorprenden, pero me centro en la reacción de la nueva inquilina. ¿Le decepciona que no vaya a probar su desayuno o le extraña que tenga que ir al médico?

—¿Por qué tiene que ir al Médico, Hobi-oppa?— V la observa mientras dice eso y le abraza más fuerte

—Le prometí que guardaría su secreto, lo siento.— le muestra una cálida sonrisa a los chicos, típico de J-Hopa.

Cuando salimos de la habitación ya estamos vestidos y saludamos a los seis individuos que estaban en la cocina. Nos preguntan sobre a dónde vamos y Hoseok responde que vamos a dar una vuelta y que volveremos en unas horas.

Cuando llegamos abajo Hobi abre las puertas del coche, como el médico está lejos y tiene carnet de conducir iremos en coche, normalmente vamos andando a todos sitios, pero una vez al año no hace daño.

—¿Cuántos días llevas sin dormir?— me mira durante un semáforo. —¿Nadie más sabe sobre tu insomnio?

Me quedo en silencio y niego con la cabeza, V también sufre insomnio, pero ese es su problema.

Cuando llegamos al médico me acuerdo que puede haber gente que nos conozca así que nos ponemos muestras mascarillas quirúrgicas negras y unas gafas de sol. El edificio tiene grandes cristaleras y es de colores blancos y grises; a penas había gente y entré a los 10 minutos de llegar.

Me atendió una joven mujer de unos 30 años, le expliqué lo que ocurría y me dió unas pastillas que suelen usar los estudiantes que no duermen por el estrés de los exámenes. Yo no duermo por el estrés de los ensayos, es básicamente lo mismo, ¿no?

Tardamos poco en irnos, desayunamos en una cafetería cercana a la consulta donde fuimos, me pedí un mocca blanco y unos anpan, Hobi se pidió un zumo de manzana y unas tortitas, estuvimos hablando sobre Suni, últimamente ella era el tema central de nuestras conversaciones.

—Es muy linda, ¿crees que tenga novio?

—Si tiene y es un compañero nuestro, ¿acaso no los viste está mañana?— digo partiendo con rabia un anpan.

—¿Taetae? Imposible, él sabe que no podemos tener pareja, somos ídolos.— Hobi tiene razón, pero aún así...

—¿Y como es que no usa honoríficos con él? Al resto nos llama oppa. ¿Qué tan especial es V?

Hobi toma de sus tortitas y no habla hasta que ambos acabamos nuestros platos. Hace un par de comentarios sobre mi afonía, pero ya estoy un poco mejor.

Salimos de la cafetería después de pagar y regresamos a casa. Cuando vamos a abrir el portal del piso aparece Suni arreglada, llevaba un vestido granate e iba con el pelo recogido en un moño perfecto, nos abre la puerta y se puede apreciar que lleva tacones, ¿no iba a una convención? Parece que va a ir a una gala. Cruzamos unas pocas palabras y subimos al piso.

Abrimos la puerta y se escuchaba una conversación en la terraza, Hobi se fue al cuarto y yo me acerqué sigilosamente a la puerta de la terraza para escuchar la conversación.

El precio de sus labiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora