Mi nombre es Jeon Jungkook, soy parte de un grupo de idols mundialmente conocidos por el nombre de BTS. Nuestra vida es más difícil de lo que la gente piensa, tenemos problemas y también estamos tristes. Un día después de un ensayo ocurrió algo que...
—Ya sabeís lo que hacer, ¿no?— Hobi estaba dando vueltas por debajo del escenario. —Se siente grande lo que hemos logrado, ¡fighting!— subió al escenario en la plataforma elevadora.
Todas las trampillas ascendieron a la vez mostrando a los siete integrantes sonriendo en el escenario. La sonrisa en las caras de los chicos era lo mejor, demostraba que su duro trabajo tenía fruto. Eso significaba el estadio lleno para ellos, eran sus logros, su destino. Nunca podrían olvidar como se veían los rostros de las ARMY's al final del último concierto de Japón.
Los chicos se miraban con complicidad, Taehyung abrazaba a Jungkook mientras bailaban, Jimin, Hoseok y Yoongi se tomaban constantemente de las manos y Seokjin y Namjoon sonreían con complicidad durante las canciones.
Llegaba el turno de Mikrokosmos y los chicos no cantaban, todo era ARMY, su ARMY, aquellas chicas que le seguían sin pensar recibir algo a cambio, esas que les apoyaban.
—¡ARMY! Es un buen día hoy.— Jimin tenía a Hoseok tomado de la mano y este a Yoongi, las sonrisas que se intercambiaban eran hermosas.
—Y os queremos decir una cosa.— siguió el mediano.
—Nosotros estamos juntos.— Suga elevó la mano haciendo que Hobi elevase la otra y la de Jimin con él.
—Somos una... ¿Pareja?— río Jimin y sonrió con sus ojos pequeños. —Y después de mucho tiempo queríamos contarles, ¿nos apoyarán cierto?
Las fans entre el público lloraban, parecía alegría verdadera lo que sentían. Esos chicos que les entregaron su vida y su amor encontraron el verdadero. El amor más puro que se podía tener.
Jimin aprendió a amarse a sí mismo y que amar a dos personas no estaba mal.
Hoseok aprendió a amar las imperfecciones de Suga y su carita de caballo.
Yoongi aprendió a amar sus rasgos felinos, a conocer a Hobi más allá de sus apariencias y que Jimin era perfecto tal y como era.
Aprendieron amarse y a amar de verdad, con defectos. Porque los defectos hacen a la persona y, ¿qué cosa más perfecta que una persona que conoce sus males? Conocieron los demonios de los otros y sabían quiénes eran y que nunca deberían de cambiar. Amaron sus fallos y adoraron sus virtudes.
—Oigame ARMY.— Taehyung miraba con ojos brillantes al público. —No son los únicos que quieren contar algo.
Jin y RM tomaron el micrófono y tomados de la mano se dieron un tierno y rápido beso, ellos también tenían algo que contar. La única confianza que tomaría Namjoon en alguien sería en Jin, hace nueve años cuando entró a Big Hit, con su intento de sacar la universidad y su trabajo duro, le mostró que era alguien de confianza. La única persona a la que Jin le tendría cariño sería Namjoon, cuando se conocieron nueve años atrás y no sabía que sería de su futuro, cuando descubrió sus gafas rotas en la mesita de noche de la pequeña residencia y otras más caras y tiernas, él le mostró que podía tener cariño.
—Hacen unos meses que— el mayor tomó una bocanada de aire por su respiración irregular por las lágrimas. —este chico me ha demostrado que puede ser el amor de mi vida y— otro parón en seco con una sonrisa de ojos llorosos. —hacen siete años que me demostró que su corazón me pertenecía.
—Hacen siete años que te empecé a amar, hoy se hace mucho tiempo que nos conocimos, no solo a Jin.— rió con los ojos cristalizados.
—Nosotros también lo somos.
—Una feliz pareja.
Porque el joven líder estaba componiendo y su hyung llegó con unos pastelitos para que comiera, entonces se dió cuenta de que siempre estarían juntos y no fue solo cosa de Jin que esa nota estaba en el plato, Suga también formó parte de ese complot amoroso. Tampoco fue solo por parte del mayor que ese chico destructivo y caótico empezase a cambiar, ambos querían estar al lado del otro.
—Y nosotros que, aún en la sombra nos descubrimos. Nosotros que lloramos en la ausencia del otro, creyendo que nunca podríamos ser quiénes queríamos.— sus manos se entrelazaron y compartieron miradas intensas que decían mucho sin palabras. —Al final descubrimos que nada más podía hacernos felices, que el otro.— la mano de Taehyung acunó la mejilla de Jungkook y depósito un pequeño beso en su frente, cariño puro.
—No fue hasta unos meses que lo descubrimos, estábamos hechos para estar juntos.— sus ojos brillaban bajo la marea de estrellas que se formaba a los pies del escenario, Taehyung continuó. —No solo fue el alcohol o el roce, fue nuestro destino que cambió por completo. Fue nuestro coincidir bajo la Luna, cantarle al monte, gritarle a la ciudad; fue nuestra pasión que nos unió. Por eso amo a Jungkook. Porque nunca se rindió conmigo.
—Y tú tampoco lo hiciste.
Bajo el escenario, en sus respectivos asientos cada ARMY agitaba su ARMY bomb al ritmo de sus corazones, con lágrimas en los ojos porque sabían que si ellos habían encontrado lo que querían ellas debían ser felices. Pero todo tenía un trasfondo que nadie quería conocer, un algo que podía derrumbar todo y es que, aunque quisieran seguir aquellas confesiones dolerían demasiado como para admitirlo, porque todo acabaría.
Los siete chicos que desde hacían más de siete años seguían es mismo camino, todos ellos tomados de la mano. Desde el Namjin que comenzó temprano hasta el Vkook/Kookv o Sopemin que llegaron tardíamente. Encontraron su voz, su felicidad, su amor, su corazón, su alma. Encontraron su respuesta a través de la música y sus admiradoras.
—ARMY, you're so lovely, I'm so lovely, we're so lovely. Lovely, lovely, lovely.— Jimin habló en su inglés de ocho años viviendo con Namjoon y con ojos brillantes se volvió a dirigir a sus fandoms. —Hoy BTS se marcha, hoy ARMY se va, hoy nuestro camino finaliza. Encontremos la forma de querernos a nosotros mismos, encontremos la forma de amar al resto. Vivamos una buena vida.
Todos los integrantes del grupo empezaron a aplaudir a las personas sentadas a su alrededor que esperaban por ellos.
Porque ese era el trato, podían decirle a sus fans, pero no más música. Jungkook y Taehyung sabían a que se enfrentaban y le comentaron al resto, pero la elección fue unánime, ellas debían saber y ese era su deber. Porque le debían todo y merecía la pena dejar de verlas solo porque supieran que debían de seguir su corazón.
Esto es BTS.
Paz.
Amor.
Felicidad.
Y con lágrimas en los ojos todos enfrentaron lo que un día juraron que no llegaría, finalmente aquellos chicos, disolvieron el grupo. Marcando a la gente con su pasado y guiando al futuro a personas que debían de conseguir su propia vida.
Esto es BTS. Un hermoso camino que se creó el 13 de julio de 2013 y acabó por decisión propia.
• • • • • Aún falta el epílogo calma, pero eso lo subiré mañana o dentro de más tiempito uwu.
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