Hot Blood | TaeKook

26. ¿Ataque?

P.O.V JungKook

Horas más tarde...

TaeHyung y yo decidimos que podríamos dar un paseo, ya que sería lo mejor para despejarnos de todo.

Él insistía en llevarse una mochila con sus bolsas de sangre por si le daba sed y quería beber de mí, pero yo me negué rotundamente. Pensaba que no era necesario el tener que cargar con peso en su espalda por no moderme, de todos modos seguro que el beber un poco de mi sangre no dañaría a nadie. Siempre he mordido personas y que yo sepa acaban estando bien, no es para tanto.

Andábamos por las calles de Seúl, que parecen estar siempre repletas de gente yendo de un lado para otro. A pesar de ello se podía caminar con tranquilidad, nadie molestando y cada quién a lo suyo.

En un punto del camino entre la charla con TaeHyung, ambos entrelazamos nuestras manos y seguimos caminando como si nada.

De un momento a otro la mirada de TaeHyung se posa en mi cuello y rápidamente aparta la mirada, cosa de lo que me di cuenta pero no le tomé importancia y miré al frente de nuevo.

-JungKook, debí traerme la mochila... -Hablaba TaeHyung algo inquieto.

-No es necesario, no me mordarás -Le dije con tranquilidad.

-JungKook, sabes que no me puedo controlar...

Bueno, ahí tiene razón, por eso me quedo en silencio.

Pasó un rato y seguimos caminando, pero esta vez no nos dirigimos ni una sola palabra.

TaeHyung me tomó la mano más fuerte y me empujo hasta un callejón sin salida, vacío y oscuro.

-¿TaeHyung? ¿Por qué venimos aquí?

Seguro que me mordería.

Sin soltar una sola palabra me acorraló contra el muro de la pared y me miró haciendo que nuestras miradas conecten.

Sus ojos se tornaron un color rojo intenso y justo cuando pensé que me mordería al desviar su mirada a mi cuello, me besó en los labios.

Totalmente sorprendido, yo no sabía que hacer. Mientras mis músculos se mantenían tensados posó sus manos en mi cintura, haciendo que me relajara a los pocos segundos y posara mis manos a ambos lados de su cuello.

Apegó mi cuerpo al suyo y seguimos el beso.

Qué extraño que un beso así en un callejón así, sea tan agradable.

Frotaba su entrepierna con la mía, excitándome.

No sé a donde quiere llegar con esto, pero ahora me siento bien.

Pasaron minutos y seguíamos besándonos y separándonos de vez en cuando. Me encontraba tan excitado, no me importaba donde estábamos ni el por qué. Hasta que sentí sus labios separarse por completo y abrí los ojos para mirarlo y ver que él miraba mi cuello.

Nada pude hacer antes de que me mordiera.

Sentía sus colmillos clavados en mi cuello, la sangre me ardía entre las sensaciones del dolor y la excitación juntas. Lo empujaba débilmente pero no surgía reacción alguna por su parte.

Mi vista comenzó a nublarse, me sentía terriblemente mal y sin fuerzas, hasta que todo lo que vi fue negro.