Capítulo XVI. Sin Control

25 4 0
                                    

Me desperté por el olor celestial del tocino, mis ojos se abrieron lentamente para descubrir que todas las mariposas de la noche anterior habían desaparecido. Bostecé y estiré los brazos mientras salía de la cama, con mi cuerpo sintiéndose completamente rejuvenecido. Esa fue una de las mejores horas de sueño que había tenido en mucho tiempo, y tendría que agradecerle a Louis más tarde.

Espera. Tocino. Louis.

Seguramente Louis estaba haciendo el desayuno y no mi padre... ¿verdad? Estaba segura de que papá tendría un infarto si descubriera que deje que un chico durmiera en la casa sin su permiso, incluso si Louis y él se llevan bien.

Me levanté rápidamente de la cama y bajé corriendo las escaleras, mis pulmones ardían y mi pecho respiraba con dificultad mientras lentamente me dirigía hacia la cocina.

Papá y Louis no parecieron inmutarse ante mi presencia, papá continuó con su conversación mientras preparaba huevos con tocino. Louis estaba comiendo en la mesa de la cocina, limpiando todo su plato sólo para que papá lo cubriera de nuevo con más huevos, tocino y tostadas.

—Buenos días, Mira —dijo Louis entre bocados, haciendo que mi padre se girará hacia mí con una sonrisa. Mi desayuno fue hecho para mí, papá colocó las tres pastillas a un costado con un poco de jugo como siempre antes de poner el plato sobre la mesa.

Me habría sentado y comenzado a comer, pero parecía que no podía recobrar el aliento. Mi corazón latía furiosamente en mi pecho, mis pulmones jadeaban por aire como si hubiera corrido un kilómetro en vez de bajar solo un tramo de escaleras.

—¿Te encuentras bien, pequeña? —preguntó Papá mientras colocaba una mano en el sofá, apoyando mi peso sobre él mientras yo seguía luchando por respirar. Su aspecto anterior de felicidad pronto se transformó en uno de inquietud y preocupación mientras me observaba.

Eventualmente recuperé el aliento, el dolor sordo en mi pecho se detuvo cuando me dirigí lentamente hacia la mesa de la cocina. Eso era extraño, pero el dolor y la falta de aire habían terminado, así que pensé que podría dejar de preocuparme por ello.

Louis y papá parecían pensar lo contrario ya que me miraban fijamente. Rápidamente tomé mis pastillas antes de agarrar el tenedor y prepararme para comer mi desayuno. El silencio estaba inquietándome, y tan pronto como recogí los cubiertos, los coloque sobre el plato.

—¿Qué? —les pregunté a los dos hombres, un poco más duro de lo que pensaba.

—Mira, tal vez deberías quedarte en casa hoy y simplemente relajarte —sugirió Papá, con su atención hacia los huevos que había dejado solos en la lumbre mientras me miraba fijamente.

—¿Qué? No, me encuentro perfectamente —argumenté, lo que hizo que papá levantara las cejas hacia mí. Seguro que no te veías bien en ese momento, parecía decir mentalmente.

—¿Por favor, papá? Realmente quiero ir hoy a la heladería de la ciudad con Louis —le supliqué, los ojos de Louis iban y venían entre papá y yo mientras observaba nuestra pequeña discusión.

—Necesitas quedarte en casa y relajarte —dijo Papá fríamente, negándose a dejar que su temperamento se saliera de la mano otra vez.

—¿Y si sólo vamos por helado y luego volvemos a casa? —sugerí, sabiendo que la única forma en que ganaría esta discusión era incluir volver a casa en mi oferta.

Papá pareció contemplar mi oferta por un momento antes de suspirar.

—De acuerdo, helado y de vuelta a la casa, pero eso es todo. ¿Entendiste, Mira? —dijo Papá, y asentí felizmente antes de recoger mi tenedor otra vez y comenzar a comer.

Sorcery // Louis Tomlinson | EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora