Me habían dado de alta del hospital dos días después de haber sido ingresada, los médicos querían mantenerme en observación para asegurarse de que mi corazón débil no intentará tomarse un descanso de nuevo.
Louis había estado en mi habitación prácticamente todo el tiempo, tratando de hacerme feliz por cualquier medio posible. Habíamos jugado innumerables partidas de pescar y mirado mis películas favoritas de Disney tres veces cada una en el momento en que me quedé postrada en cama. Louis incluso llegó al extremo de salir a comprar exactamente veintiséis globos de colores y atarlos a mi cama para iluminar la habitación. Cuando le pregunté porque eran veintiséis, dijo que era lo máximo que podía comprar con el dinero que tenía.
Incluso había atado algunos a una silla de ruedas que las enfermeras me habían traído para poder salir de mi habitación, Louis pensó que sería divertido jugar a las carreritas y ver qué tan rápido podíamos rodear las curvas de los pasillos de la sala de cardiología, nuestra risas eran la única cosa que resonaba en las paredes mientras las enfermeras ponían los ojos en blanco y sacudían la cabeza mientras nos permitían disfrutar de nuestros juegos, hasta que el doctor Ellington llegó al pasillo y me hizo volver a la cama. Louis solo había sacado la lengua cuando el médico se puso de espaldas y me susurró que volveríamos a intentarlo más tarde.
Cuando caía la noche y terminaban las horas de visita, Louis se escondía en la habitación de los hombres hasta que las enfermeras acababan su jornada y llegaban las enfermeras del turno de noche. Había calculado sus horas de cambio en un preciso segundo, siempre escondido en mi habitación antes de que las enfermeras del turno de la noche pudieran verlo, solo para cantar para mí hasta que me quedara dormida.
Pero mi tiempo en el hospital había terminado, y no podía esperar para volver a casa, a la cabaña y respirar aire fresco, explorar el bosque y acostarme en sábanas que realmente me pertenecían.
No hace falta decir que, según mi Papá, acostarme en sábanas que son mía eran todo lo que iba a hacer. Me pusieron un monitor cardíaco portátil (ni siquiera sabía que existían) y me enviaron a casa, y me advirtieron que debía permanecer tranquila y calmada todo el tiempo, o que los médicos me volverían a ver pronto. Por lo tanto, Papá me ordenó que me quedara en la cama todo el día, solo por precaución, una vez que llegamos a casa.
El viaje a casa estuvo lleno de refunfuños y quejas hacía papá desde el asiento trasero mientras Louis estaba en el asiento delantero de la camioneta. Estaba tan cansada de estar postrada en cama, mis piernas morían por estirarse y caminar por el suelo del bosque.
—¿Puedo quitarme esto ahora? —le pregunté a mi padre, apuntando hacia el torpe y molesto monitor cardíaco que yacía en mi regazo.
—Eso es grosero, Mira, quitártelos cuando está tan unido a ti —Papá bromeó sobre los electrodos pegados a mi piel, riéndose para sí mismo mientras Louis seguía riendo histéricamente. Yo solo los fulminé con la mirada.
—Romperás su corazón, malvada —añadió Louis, dándome una sonrisa delirante y un guiño. Mi mirada solo continuó.
—Mira es conocida por romper corazones. Ha hecho llorar a innumerables muchachos a lo largo de los años —dijo Papá, haciendo que rodara los ojos. Estoy bastante segura de que el único muchacho al que había hecho llorar era mi padre, quien afirmó que había llorado a mares la noche en que nací mientras mi madre observaba con diversión.
—¿Es por eso que ella me permitió ser su novio tan voluntariamente? ¿Para que pudiera romper mi corazón? —pregunto Louis y papá solo rió. Sin embargo, mi mente estaba borrosa por la confusión después de que Louis se llamará a sí mismo mi novio. Nunca me lo pidió.
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Sorcery // Louis Tomlinson | Español
FanficElla lo encontró en el medio del bosque. Él la expuso ante un mundo que ella jamás imaginó. Sus vidas nunca volverán a ser lo mismo otra vez. -CONTINUA- TODOS los derechos para: @JerrytheGiraffe ALL rights to: @JerrytheGiraffe Traductora/Translator:...