8.Manchas de pintura

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Alex:

Un día más en este hueco... digo, colegio. Carter High School, el mismísimo infierno, donde se pueden encontrar muchos demonios, mejor conocidos como niños ricos, porque sí, es un colegio privado. Eso significa: usar uniformes incómodos, gente presumiendo su dinero, las clases siendo más difíciles y muchos clubes (de los cuales era obligatorio estar en mínimo uno de ellos). Tampoco ayuda que el eslogan del colegio sea, "La excelencia en nuestra mayor prioridad."

¿Porqué estoy en este colegio? Bueno... mis padres fueron al mismo colegio, igual que mis abuelos, igual que mis bisabuelos... y la lista sigue. Es un colegio realmente viejo pero es elegante y se ha ido modernizando. Todas las locas que tengo de amigas han llegado a este colegio de diferentes maneras. Por ejemplo, Olivia se transfirió de otro colegio, el West Hills Academy, el enemigo del Carter, pero después de que cerraran sin ninguna explicación, la mayoría de sus alumnos se transfirieron para acá. Lo mismo pasó con Amanda y Clair. Por otro lado Madison y Brina se mudaron a la ciudad, ambas de ciudades distintas y Brooke se mudó desde Costa Rica.

Poco a poco nos fuimos juntando todas, ya que, este colegio tiene de preescolar hasta secundaria, así que somos amigas desde ya un largo tiempo.

Volviendo al presente, después de estar sentada ochenta minutos en una clase de matemáticas, a la que no puse la más mínima atención, fuimos a receso. La chicas estaban hablando de algún tema, pero yo estaba más concentrada en otra cosa... mas bien, en alguien hasta que un grito me sacó de mis pensamientos.

—¡¿Cómo te puede gustar el café con leche?!—dijo Amanda.

—¡¿Cómo te puede gustar el café negro?!—dijo Maddie.

—El café negro tiene más sabor.—se defendió Mandy.

—Pero el café negro me da cagadera.—respondió Madison, y... oh, adivina quién está detrás de ella en este instante. Todas la volvimos a verla con los ojos abiertos, intentando que se callara.—Y eso que soy estreñida.—finalizó.

—¿Que significa cagadera y estreñida, Liam?—preguntó el Príncipe Encantador. Parece que Madison reconoció el acento porque palideció completamente, excepto sus mejillas que aunque siempre estaban un poco sonrojadas ahora estaban peor.

—Te digo después, no lo vuelvas a preguntas, Dylan. Ve con Charlie, ya llego.—le dijo Liam tranquilo. Dylan se encogió de hombros y se fue.— Tienes suerte que él sea alemán y apenas entienda unas frases. No manches, que vergüenza contigo.—dijo Liam. Nosotras ya acostumbradas a que aveces dijera frases en español.

—Que zorras malnacidas de finca, se me hubieran tirado encima o algo, siempre soy yo la que tiene qué pasar pena.—dijo Maddie.

—En otras noticias, Noah me volvió a invitar a salir este viernes, hemos hablado todos los días, Dios, es tan lindo.—dijo Liv risueña.—Hasta me tiene un apodo, me dice, Oliva.—Creo que ninguna hizo el esfuerzo de no reírse porque nos carcajeamos al mismo tiempo.

—Ay, Oliva, eres tan bella con esos ojos verde oliva que tienes.—se burló Maddie.

—Por lo menos mis ojos son claros y bonitos, los tuyos son caca pasión.—se burló esta vez Liv, Madison como la amargada que es rodó los ojos y le sacó el dedo del medio.

Cuando parecía que iban a volver a pelear como siempre, sonó el timbre para volver a clases. A Clair, Brina y a mi nos tocaba español. Como era común, Clair y yo pasamos tonteando toda la clase, noté que Sabrina estaba ansiosa por algo, lo sabía porque miraba la puerta a cada rato.

—¿Qué te pasa?—le pregunté.

—¿Te acuerdas que dije a principio de año que iba a hacer lo que pudiera para que estuviera en la clase A?

—Ajá...

Ella iba a continuar pero la secretaria la interrumpió.

—Permiso, profesora Adams, vengo a cambiar a Sabrina Brown de clase.—dijo la señora Jefferson. Me le quedé viendo a Brina que tenía una sonrisa de satisfacción en la cara.

—¿Cómo lo hiciste, Brina?—ella empezó a tomar sus cosas.

—Es un secreto.—dijo intentando sonar misteriosa. Que gente más loca tengo por amigas.—Adiós.—se despidió de Clair y de mi.

Por si estas un poco confundido, así está la cosa. Aunque este es un colegio que tiene de preescolar hasta secundaria, como había dicho antes, no hay mucha gente. Para que las clases fueran más ordenadas, dividen a todo el grado en dos grupos, el A y el B, y sí hay más gente puede haber hasta una clase C, pero no se da mucho. Un ejemplo, nosotras estamos en segundo año, todos los que están en segundo año fueron divididos en dos grupos. Maddie, Liv, Mandy, Brooke y ahora Brina, están en la clase A, mientras que Clair y yo estamos en el B. ¿Entendieron?

Ya después en la salida, ya las habían recogido a todas excepto a mi, así que me quedé sentada en una banca sola mientras escuchaba música. De pronto sentí que alguien se sentaba a mi lado, me volteé a ver quien era y di con esa persona que me ha tenido distraída.

—Ho-hola, Alex.—me saludó él con una tierna sonrisa. Charles Miller, el hermano mayor de Noah. Los dos se parecían mucho, ambos tenían cabello oscuro y unos lindos ojos color miel. Charles tenía el cabello alborotado y tenía pequeñas manchas de pintura en la ropa.

—Hola, Charles.—respondí yo, se podría decir que soy sociable, no se me hacía difícil hablar con la personas.

—Dime Charlie.

—Bueno, Charlie, no es por sonar grosera, pero, ¿Porqué me estás hablando?

Él volteó a ver hacía el suelo.

—Ahh, yo te vi sola aquí y me pareció buena idea hablarte.—yo asentí.

—De acuerdo, ¿Te puedo hacer una pregunta?

—Ya lo hiciste.—respondió con una sonrisa. Un clásico.

—¿Te puedo hacer una pregunta además de esta?

—Adelante.

—¿Porqué tienes manchas de pintura?—le pregunté. Él se miró la ropa, dándose cuenta de las pequeñas manchas en su uniforme. Sus mejillas se sonrojaron un poco.

—Ups, no me había dado cuenta.—respondió casi susurrando.—Mi papá me va a matar, es el segundo uniforme que mancho.—solté una risa y él se me unió.

—Eres un descuidado.—le reproché.

—Claro que no, solo que me emociono mucho cuando pinto.

—¿Te gusta pintar?

—No me gusta, amo pintar y dibujar también. Me hace sentir bien, me relajo y me olvido de todo, solo me concentro en la pintura. Es mi pasatiempo favorito.

—Ya veo...

—También estoy en el club de pintura, de hecho, acabo de salir de allí, por eso estoy así. Y mis dibujos los hago en un cuaderno que siempre ando.—hizo una pausa—Oh, perdón si te estoy aburriendo, disfruto hablar sobre esto.

—No hay problema.—le respondí.—¿Puedo ver una de tus pinturas o algún dibujo?—le pregunté. Hoy ando muy preguntona. Vi que tenía un cuaderno en la mano.—¿Ese es tu cuaderno de dibujo? ¿Puedo ver?—él se tensó.

—Ehhh—se escuchó la bocina de un auto, volteé a ver, era el auto de mi padre.

—Ya me tengo que ir, fue lindo hablar contigo.—tomé mi bolso y mi celular.—me tienes que enseñar uno de tus dibujos.

—Ehh, si claro, algún día te los enseñaré.—me dijo con una sonrisa. Me subí al auto y bajé mi ventanilla y moví mi mano en forma de despedida.

Ya de camino me di cuenta de que en realidad no era un estúpido, él me agradó. Y también es un poco lindo... ¡Solo un poco!

***
Ay pero que lindo:3
El primer momento #Chalex. Perdón, no soy buena con los nombres de shipps.

Espero que les haya gustado.

Sin nada más que decir, adióoooooos.

-Mrs. Bubbles

The Miserable Squad (DESCONTINUADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora