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—Está es mi casa, no es muy grande ni muy pequeña pero es cómoda para mi -le sonrío Taehyung después de haber encendido las luces de la sala. Jeongguk miró la sala muy sorprendido, por alguna razón se sentía mucho más acogedor allí que en la enorme mansión de su hermano.

—Me gusta mucho -admitió con una sonrisa de oreja a oreja.

—Escucha esto puede traerme problemas por qué sería como secuestro, pero te traje aquí a mi casa para conocerte mejor y poder saber todo lo que te ocurrió -le dijo mientras se comenzaba a quitar el uniforme incómodo de oficial. Jeongguk miró hacia otro lado al instante mientras su rostro se sonrojaba. Taehyung río bajo y después decidió irse a su habitación a terminar de asearse.

—Espera aquí mientras me voy a duchar, puedes ver lo que quieras en la televisión -le dijo pasándole el control remoto, después el menor se sentó en el sofá de en medio de la sala y la encendió.

Después de varios minutos Taehyung regresó con Jeongguk y se sentó junto a él chico que ya se encontraba completamente dormido, su cabeza estaba caída en una mala posición por lo que Taehyung temía que se lastimara el cuello y lo acomodo de tal manera que quedara en una buena postura acostado en el sillón.

Fue hacia la cocina a hacerse algo de cenar ya que ya eran más de las 12 de la noche. Solo pudo cenarse fruta picada que encontró en un bol en su refrigerador porque era demasiado tarde como para cenar algo más. Regresó al living después de unos minutos encontrándose con un Jeongguk durmiendo con suma tranquilidad y con una sonrisa en sus labios, muy inocente.

Sonrío para si mismo al ver esa escena, ese chico era alguien muy hermoso, puro, inocente y realmente parecido a un ángel en su opinión. Le alegraba haber podido conocerlo esa noche. No descansaría hasta saber que había ocurrido con el en su pasado.

A la mañana siguiente el primero en despertar fue el menor ya que empezó a darle frío, abrió los ojos y se dio cuenta de que su sábana se había caído al suelo, el resplandor del sol ya entraba por la ventana, soltó un corto bostezo y después se estiró.  Empezó a sentir un olor demasiado dulce, se levantó al instante de la cama, empezó a seguir el olor con su nariz, bajó las escaleras y se dirigió a la cocina. Allí se encontraba un Taehyung ya con su uniforme puesto y preparando lo que parecía que eran hotcakes. Jeongguk se puso detrás de su mayor sin pensarlo dos veces solo para alcanzar a ver lo que este preparaba. Taehyung se sorprendió por su presencia ya que estaba muy cerca de su cuerpo, volteó su rostro y se encontró con la del menor que miraba lo que él preparaba con una emoción sorprendente.

—¿Te apetece? -preguntó el mayor sonriéndole.

—Mucho -admitió sonriendo con felicidad.

—Está bien, pequeño, ve a asearte, después regresas y desayunamos juntos antes de irme -le tocó tiernamente su nariz y el menor se sonrojó al instante, asintió con sus manos cubriendo su rostro y después salió de allí. Taehyung solo río un poco por la reacción de este.

Mientras tanto Jeongguk se encontraba dándose una ducha, cuando terminó salió del baño pensando en que se pondría, ya que no tenía su ropa más. Checó en el armario que estaba dentro de la habitación donde se había quedado pero estaba completamente vacío. Bufó haciendo un pequeño puchero en sus labios. Sostuvo con una mano su toalla que la había amarrado a su cintura y salió de la habitación para buscar la del mayor y ver si podía agarrar cualquier cosa. Tomó una camiseta blanca junto a unos pants negros, que le quedaban un poco grande después de probárselos pero no le importó ya que solo quería bajar y desayunar esa cosa deliciosa que preparaba el mayor.

Bajó las escaleras con los pies descalzos y corriendo, llegó a la mesa donde comería con el mayor. El mayor llegó con dos platos que contenían como 5 hotcakes cada uno encima del otro y miel hasta la cima de todos. Jeongguk relamió sus labios al ver eso tan apetecible frente a él, enserio tenía mucha hambre, y su estómago lo demostraba cada que rugía, hacía que el menor se avergonzara.

—Aquí tienes -le colocó uno de los platos frente a él. Después un vaso de vidrio con lo que parecía que era chocolate y Jeongguk no podía estar más que feliz. —Espero que lo disfrutes.

—Lo haré, gracias. -le dedicó una sonrisa sincera a su hyung, después agarró el tenedor junto al cuchillo, partió un pedazo y se lo llevó a la boca. Abrió los ojos demás ya que con tan solo ese trozo de harina se había quedado más que satisfecho, estaban demasiado deliciosos y la expresión que tuvo al comer emocionó al mayor al notar que alguien apreciaba su comida de esa forma. El mayor también comió muy agusto y feliz al ver al menor disfrutándolo demasiado. Cuando Taehyung terminó continuó viendo al menor comer, después de varios minutos checó la hora en su reloj y vio que se le hacía tarde.

—Debo irme ya Soojin -le avisó mientras se levantaba de ahí para recoger su mismo plato.

Jeongguk lo volteó a ver cuando por fin terminó su desayuno y se levantó para seguirlo hacia la cocina. Dejó su plato en el lavavajillas.

—¿Porque tan temprano? -preguntó cabizbajo el menor, realmente no quería quedarse solo.

—Bueno verás, es mi primer año ejerciendo mi carrera por eso mismo no tengo un puesto alto, simplemente tengo el puesto de líneas de prevención de suicidios. -le contó.

—Entiendo, me alegra.

—¿Que cosa? -preguntó confundido acercándose más al menor.

—Que tengas ese puesto. Sino jamás te habría conocido -admitió el menor rascándose nerviosamente la nuca.

—Me alegra también tenerlo, gracias a eso te conocí justo ayer y eso me hace feliz -admitió el mayor sonriente.

—A mi también me hace feliz -sonrío tiernamente el menor.

Taehyung no pudo aguantarse más así que jaló al menor hacia si y lo envolvió en un tierno y cálido abrazo el cual el menor le siguió al instante.

Se separaron después de varios segundos mientras se continuaban viendo a los ojos.

—Quiero conocer todo de ti -le dijo Taehyung sin vergüenza.

—Pronto te iré contando parte de mi vida poco a poco -le sonrío.

—Espero y si -le dedicó una última sonrisa. —¿Traes mi ropa? -se dio cuenta al fin.

—Oup si, puedo quitármela si no te parece que use tus cosas -respondió con nerviosismo en su tono de voz.

—No, no tienes que hacerlo, está bien así, te queda bien -le desordenó el cabello y después salió de la cocina para ir hacia la salida del departamento. Jeongguk le seguía el paso.

—Llegaré hasta la noche, disculpa pequeño -le avisó ya por salir de casa. —Puedes hacer lo que quieras en casa, solo no salgas, ¿está bien?

—De acuerdo, me quedaré aquí a esperarte hyung -sonrío Jeongguk.

—Así se habla pequeño -y le volvió a desordenar su cabello. Los dos se despidieron sonriéndose.

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Les agradezco muchísimo que se tomen el tiempo de leer esta historia.

K~

𝙎𝙪𝙞𝙘𝙞𝙙𝙚 𝙗𝙧𝙞𝙙𝙜𝙚; 𝙫𝙠𝙤𝙤𝙠.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora