Con vendas

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Narrador omnisciente:

Yuu se reprendió por milésima vez no haberse dado más tiempo para charlar en aquella primera cita. Yuu se cuestionaba la razón por la que no había hecho más preguntas sobre las dichosas “vendas”. Yuu se retó a sí mismo en silencio, por el momento en que decidió que dejarse llevar por lo desconocido le excitaba. 

La tensión de la tela le lastimó la piel de las muñecas cuando quiso llevar una de sus manos a su nariz para rascarse y Yuuichirou comprendió que hubiera preferido conocer más sobre los fetiches de su novio antes de aceptar complacerlo sin dudar; ahora se arrepentía.

Ambos estaban completamente desnudos, como ya habían estado frente al otro en infinidad de ocasiones, pero en esta ocasión, el de negros cabellos se sentía más expuesto que nunca; sus manos atadas sobre él, la tela negra impidiendo su visión, sus piernas abiertas, sus muslos tensos, sus tobillos atados a las orillas de la cama, su miembro erecto y goteante relucía sin que pudiese disimularlo a pesar de lo cohibido que se encontraba; y apenas estaban en el juego previo.

— ¿Mika?, tal vez podrías quitarme la venda de los ojos… —Habló, su voz levemente temblorosa revelaba la duda que le abrumaba en esos momentos. Nunca pensó que no poder ver lo que su amante hacía le alteraría tanto—. Tú sabes, para poder verte y…

—Lo siento amor —interrumpió el otro, teniendo una enorme sonrisa en sus labios—, pero eso no va a pasar. Tú accediste a esto, ahora tendrás que llevarlo hasta el final.

No poder cerrar sus piernas le hacía sentir expuesto, indefenso, completamente a merced de su rubio, que aunque solía ser dulce y siempre se esforzaba en complacer cada uno de sus caprichos, tenía también un lado que nadie más que Yuu conocía. La enigmática actitud de Mikaela durante el sexo, había hecho al azabache considerar en infinidad de ocasiones que la historia del señor Hyde era algo real.

—Pero ¿y si...?

—Pero y si nada —Le cortó y un dulce beso debajo de la rodilla hizo que Yuuichirou apretara su quijada—. Ya no estás en tiempo de arrepentirte, Yuu-chan.

Su corazón aceleró su pulso y mayor cantidad de sangre llegó a sus labios. Una fina brisa de aire que logró colarse en la habitación, junto a lo sexy que sonó su apodo en labios de Mikaela, causaron la erección de ciertas zonas de su piel. 

—Empieza entonces —pidió con un suspiro y su respuesta le sedujo por completo: una risa ronca que resonó por toda la habitación.

—Aún no es tiempo, bebé —ronroneó el rubio posicionándose entre las piernas de su amante—. De aquí sigues muy apretado —dijo paseando uno de sus dedos alrededor de la rosada entrada—, primero necesito prepararte de forma correcta.

Yuuichirou se quejó al instante en que el frío y viscoso líquido caer sobre sus testículos y tembló cuando lo sintió recorrer el camino hasta sus muslos de forma lenta; sus piernas trataron de juntarse como reflejo ante lo extraño de la sensación, pero las vendas pronto le hicieron recordar su existencia, con un método cero sutil. 

Los dientes rozaron los erectos pezones antes de morderlos y estirarlos. El azabache se mordió el labio inferior queriendo mantenerse en silencio, o al menos no hacer tanto ruido, pero las expertas caricias que su pareja le propinaba dificultaban la tarea en exceso.

—Mika, me siento vacío —chilló moviendo sus caderas de forma lasciva, logrando que el nombrado tragara en seco—. Por favor, hazlo de una vez.

Pequeñas gotillas de sudor formándose en las frentes de ambos, la lujuria llevándolos al límite. Estar a poco de terminar cuando el verdadero acto aún no había dado comienzo… Esa sería una larga y deliciosa noche.

Mikaela miró su propio miembro, erecto y bañado ya en el líquido preseminal, sabía que necesitaba adentrarse en aquellas paredes que tan bien lo acogían y complacían siempre que hacían el amor.

—Solo relájate, Yuu-chan —pidió con voz aterciopelada y tratando de mantener toda su lascivia a raya, comenzó a presionar uno de sus dedos contra el orificio que se contraía con fuerza como reacción ante el nerviosismo

No poder ver era preocupante, estimulaba su sentido del tacto, ya que al no saber cuál sería el siguiente lugar que iba a ser tocado, necesitaba que cada centímetro de su cuerpo le comunicara a su cerebro dónde estaban las manos de Mikaela, la zona en habían estado y con eso intentar predecir el lugar al que se dirigían; mas fue a pesar de eso que Yuu obedeció, dio un largo suspiro e intentó deshacerse de sus nervios en lo más posible y en cuanto sintió que el dedo entraba por completo, brindándole oleadas de placer, los nervios se desvanecieron por completo, siendo no más que un vano recuerdo.

Dos dedos entraban y salían de la entrada. La entrada de un tercero fue fácil y Yuu gozó con aquella preparación; las vendas no fueron impedimento para el deleite cuando su novio golpeó aquel punto del que procedían las deliciosas descargas eléctricas, por el contrario, tener sus manos atadas resultaba interesante, se sentía completamente bajo el control de su novio, y eso le gustaba, mas también le causaba cierta vergüenza, pues a pesar de que quisiera cubrir su rostro, Mikaela rápidamente podría apartar sus brazos, sin que él pudiese aplicar más que la mínima resistencia.

—Mika, entra ya en mí —rezó sintiendo que le coqueteaba a la locura, pero fue esta la que lo sedujo cuando el rubio finalmente acató la orden—. ¡Ahm!

En una estocada había llegado demasiado profundo. Sentir cómo su interior se expandía de forma tan abrupta a pesar de la preparación le hizo llegar al orgasmo. Por un par de minutos todo fue brillante y el placer recorría cada parte de su cuerpo; sus piernas se curvearon y sintió que su entrada se apretaba alrededor del miembro de su novio, quien gruñó en respuesta y Yuuichirou, aún en su deleite, sonrió ante el sonido.

Cuando por fin su conciencia regresó de la cumbre del clímax, se sintió por más avergonzado. Se había corrido con una única embestida, quiso cubrirse el rostro con las manos, pero estaban atadas; la venda de los ojos le proporcionaba una leve protección contra el bochorno, pero aun así buscó protección detrás de sus antebrazos. Desafortunadamente, pronto sucedió lo predicho: Mikaela los regresó a su puesto por encima de su cabeza. 

—Mika, por favor… —imploró pegando su barbilla a su hombro derecho—, solo desátame, ¿sí? Necesito un descanso y yo…

La risilla ronca le interrumpió.

—Yuu-chan, esto recién empezó —susurró mordiendo el lóbulo de su oreja.

Estar atado era algo difícil.

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¡Hola, hola mis hermosas shikitas beias! ¿Cómo están? Espero que muy bien UwU

Actualizo este primero porque ya lo tenía escrito jajs

Perdón por la tardanza, como probablemente sabrán, me sacaron 2 muelas y estoy que me muero :'v no puedo masticar casi nada, me duele, es incómodo... En fin, todo un reto sobrevivir con esto :v

Con respecto al capítulo... Tenía un par de dudas de lo que iba a tratar y agradezco a Liushibitane por sus ideas, pero al final me dejé llevar por lo primero que me vino a la cabeza y salió esto :v Espero que les haya gustado.

Ya me voy, los amo <3

A ƒ r σ ∂ ι ѕ ι α c σ  「30 Díαѕ мιĸαуυυ」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora