A ƒ r σ ∂ ι ѕ ι α c σ ｢30 Díαѕ мιĸαуυυ｣

Fuera de casa

Narra Yuuichirou:

Cenas familiares. Sin duda el peor método de tortura inventada por los padres. ¿Es que acaso a nadie se le ocurrió una mejor manera de perder el tiempo? ¡¿Es enserio?!

– Entonces –escucho nuevamente la voz de mi padre y aún sin que haya dicho nada más siento que la vergüenza me invade y mentalmente me riño por milésima vez el haber aceptado venir– ¿Quieres en verdad algo serio con el mocoso?

Casi como si todos pudieran entender cómo me siento, la expresión de los presentes denota pesar y reproche hacia Guren, quien se limita a mirar fijamente a Mika, ignorando las miradas asesinas que recibe.

– Sí, en verdad quiero algo serio con Yuu-chan –repone mi novio, tratando de disimular su fastidio, al ser la décima vez que le preguntan lo mismo durante la noche.

Mi padre asiente un par de veces, llevándose un pedazo de carne a la boca, para masticarlo con lentitud, dando la apariencia de que está considerando y reconsiderando la respuesta que obtuvo.

– Guren, llevamos saliendo tres años –digo con notable irritación en la voz– y le has hecho ésa pregunta cada que nos ves juntos... –lo cual es muy seguido, me limito a pensar.

Para sorpresa de todos –nótese mi sarcasmo– el azabache frente a mí hace caso omiso a mis palabras y continúa comiendo, con tranquilidad, dedicándole extrañas miradas a Mikaela de vez en cuando, claro que cada vez que lo hace recibe un pequeño golpe de Shinya y una mirada fulminante por este mismo, que logra hacer que Guren, al menos logre disimular su inconformidad.

– Bueno, Yuu-kun –ésta vez la que habla es la madre de Mika, Krul, por lo que al instante me giro a verla, prestándole toda mi atención– la verdad es que nunca supe bien el momento en que empezaron a salir ustedes dos –comenta, haciendo una pausa para ver a su esposo, sonreírle y volver a mirarme– siempre supe que Mika estaba enamorado de ti pero...

– ¡Mamá! –la interrumpe mi rubio, con sus ojos azules levemente más abiertos de lo normal, como resultado del pánico– no creo que sea necesario que entremos en ésos detalles –dice tratando de recuperar la compostura; a lo que intento reprimir una risa, que a pesar de mis esfuerzos, resuena con levedad, por lo que me hago acreedor a una mirada fulminante por parte de mi novio.

– Yo no sabía que estabas enamorado de mí desde siempre –burlo, alzando y bajando las cejas repetidas veces, disfrutando del momento.

– ¡Oh, vaya que sí! –exclama la peli-rosa, retomando la palabra– siempre estaba hablando de ti, día y noche, ¿te acuerdas de la vez que llegó con ese moretón en el ojo? –le pregunta a su esposo con notoria angustia en la voz– cuando le preguntamos qué había pasado, dijo que le había dado una lección a unos niños que habían molestado a su Yuu-chan.

Enseguida que termina de hablar, suelta una pequeña risa cantaría; mientras que yo me giro para mirar a mi pareja, que parece estar sufriendo un tic nervioso en el ojo izquierdo, seguro causado por la incomodidad y la pena.

– ¿Te metiste en una pelea por mí? –le pregunto divertido y enternecido por el relato, a la vez que por debajo de la mesa mis dedos comienzan a hacer lentos y grandes círculos sobre su rodilla.

– No podía dejar que esos idiotas pusieran un dedo sobre ti –susurra, en tono sumamente bajo, para que solo yo pueda escucharlo haciendo que mi corazón se acelere.

Sus ojos azules, que normalmente me miran con ternura y cariño, ahora se han oscurecido, pero sin llegar a perder su brillo; de hecho, es ese brillo en su mirar y su sonrisa socarrona, lo que me deja conocer que ha entendido bien mis intenciones y que está más que dispuesto a seguirme el juego. Oh, esto será divertido.