Furry

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Créditos por la trama a: Liushibitane

Narrador omnisciente:

El sabor del vino llenando sus sentidos, y la calidez del alcohol recorriendo lento el camino hasta su estómago, había despedido hacía tiempo a su razón. Ahora sólo quedaban los dos, solos en aquella enorme casa, listos para disfrutar y despedirse de todos los temores que los ataban. Bienvenido resultó ser el ridículo.

—Báilame —pidió sin más, ni su rostro ni su voz denotaba vergüenza, y es que, en realidad, no sentía ni una pizca de pena, sólo deseo por ver a su amado moverse.

—¿Qué? —sus ojos verdes se agrandaron levemente por la sorpresa al escuchar aquello— Estás loco, Mika —negó con la cabeza un par de veces, dejando que la petición flotara en el aire, esperando que se desvaneciese lo más pronto posible.

Pero el rubio no estaba dispuesto a olvidarse de aquello. No hasta conseguir lo que deseaba.

—Báilame —insistió, ahora con el ceño levemente fruncido—, por favor.

—No —contestó con la mirada fija en el suelo, sintiendo que el vino le calentaba las mejillas.

—Yuu-chan —imploró con voz queda, gozando de saber las debilidades de su pareja—, por favor.

—No hay música —dio su última excusa con voz temblorosa. Estaba avergonzado y, en su interior, no estaba muy seguro de querer hacerlo, pero su instinto le seducía diciéndole lo que pasaría después si realizaba tal petición, y tan sólo pensarlo, comenzaba a salivar; vaya que deseaba esa recompensa.

Mikaela pronto tomó su móvil y eligió una de las primeras canciones que se le vinieron a la mente. Sonrió en cuanto los primeros tonos llegaron a sus oídos. Con una sonrisa socarrona, subió el volumen lo más posible y se quedó sentado, mirando a su novio, esperando a que este cumpliera su parte.

—Ya hay música —comentó con la única intención de molestarlo, recibiendo un pequeño gruñido como respuesta.

Sus orejas gachas debido a la vergüenza, suspiró, se puso en pie y con la cola baja y pegada a su rodilla derecha, caminó hasta el centro de la habitación. Debía amar mucho al oji-zafiro para estar cumpliéndole ese tipo de caprichos.

Cerró los ojos, tomó una gran cantidad de aire y dejó que el alcohol, junto a la música fluyera a través de su cuerpo, moviendo cada una de sus extremidades de manera lenta. De poco, la timidez se fue perdiendo entre sus pensamientos hasta que desapareció, sustituida por el deseo y las sensaciones que abrumaban su ser. El puma se quedó sorprendido y encantado ante el espectáculo; movimientos ondulantes de cadera que acentuaban sensualmente la forma en que su cola se meneaba de un lado a otro.

Ahí estaba, su dulce lobito buscando seducirlo. Tragó en seco ante el pensamiento.

—Yuu-chan, ¿se puede saber qué estás haciendo? —preguntó con una sonrisa ladina, divertido y excitado por aquel baile.

—Bailándote —contestó sin pudor— ¿no es eso lo que me pediste? —Sonrió, y en cuanto detectó que los ojos de su pareja se habían tornado rojos, se detuvo— ¿Acaso no te gusta? —inclinó sus orejas hacia abajo simulando tristeza, pero el brillo de sus ojos denotaba lo contrario: conocía la respuesta, solo quería gozar escuchándola de los labios de su amado.

—Sabes bien que me encanta —contestó con una risa socarrona que brotaba de lo profundo de su garganta y que hizo temblar al contrario—. Ven aquí —palmeó su regazo y abrió sus piernas un poco más para poder recibir bien a su pareja, que llegó a él sin dejar sus sexys movimientos—. Verte bailar es lo mejor de este mundo —elogió.

Los latidos de ambos aumentaron en cuanto Yuu quedó sentado a horcadas sobre Mikaela. La lujuria desatando la a adrenalina, sus pupilas dilatándose, sus sexos despertando y el sol ocultándose en la lejanía, dejándolos en completa obscuridad.

—Me alegra que te haya gustado —La sangre arremolinada en sus mejillas y su peluda cola enredándose con la del puma.

—¿Pero sabes qué me gustaría más? —Su nariz paseándose por su cuello, subiendo lento por su barbilla para besar sus párpados— Hacerte mío —susurró recostándolo en el sofá, para poder posicionarse sobre él.

Una risa cantarilla provino de la garanta del más joven mientras bajaba del regazo de su pareja, quien, a pesar de sentirse confundido, se mantuvo en silencio, dejando en el otro completa autoridad.

—¿Sabes de qué me estaba acordando apenas? —murmuró mientras bajaba la bragueta de su pantalón para liberar su, ya erecto, miembro.

No necesitó más explicaciones, supo en aquel instante cuáles eran las intenciones de su pequeño lobo.

—¿De qué? —preguntó reprimiendo un gemido al sentir la tela del bóxer cayendo por sus tobillos.

—La vez que estuvimos en la montaña —lamió desde la base hasta la punta, saboreando el glande durante un par de segundos—. Cuando pensé que eras una máquina de yogurt —explicó ante la expresión contrariada que recibió.

—Oh, eso —rio—. Bueno, éramos muy jóvenes. Yo tampoco sabía muy bien lo que estaba ocurriendo.

—¿Y qué tal ahora? —cuestionó antes de introducir el miembro entero en su boca y comenzar con aquellos movimientos de lengua que sabía que enloquecían a su rubio.

—Hemos aprendido bastante —contestó enredando sus dedos entre sus cabellos para aplicar un poco más de presión y subir el ritmo de las embestidas.

Yuuichirou movió su cola, gustoso al ver cuánto placer podía provocarle al contrario con únicamente su boca. Se sintió poderoso al respecto.

—E-espera —le detuvo el oji-rubí luego de unos buenos minutos de acción—, no quiero correrme aún. Voltéate —ordenó, a lo que el azabache obedeció de inmediato.

Con cuidado (y algo de prisas), se encargó de prepararlo lo mejor posible; introdujo dos dedos desde el inicio y simuló embestidas, movimientos de tijeras y círculos, No necesitó un tercer dedo, Yuuichirou estaba listo para recibirlo, así que se introdujo en él con lentitud y se mantuvo quieto durante algunos instantes antes de comenzar a penetrarlo con fuerza.

Los gritos de placer llenaron la habitación hasta la madrugada. Todo el calor que el vino les había provocado, se vio reflejado en las diferentes posiciones que en aquella noche llevaron a cabo. Sin detenerse más que para respirar y acomodarse mejor, disfrutaron de tantas rondas como sus cuerpos fueron capaces de soportar, e incluso un poco más que eso. 

———

Voy con prisas :p

Feliz Nochebuena, Saturnario, Navidad, Año nuevo y todo <3

¡No olviden que los amo!

¡Bai!

A ƒ r σ ∂ ι ѕ ι α c σ  「30 Díαѕ мιĸαуυυ」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora