El Tritón del Yakuza

Capítulo 8.

- ¡Hermana! ¿Qué has hecho? - resonó una voz horrorizada en la cueva.

Úrsula se dio la vuelta para encarar a la intrusa.

- Merlinda...¿Cómo has estado? - preguntó de una manera tan casual que no parecía que acabara de asesinar a un hombre.

- Úrsula...has llegado demasiado lejos, has hecho el peor crimen que podías cometer. Atente a las consecuencias.

- ¡Ja! No me hagas reír Merlinda, ahora yo soy más poderosa que tú. Tu magia es insignificante para mí...¡offa glacies! - conjuró Úrsula apuntando a su hermana con su mano, de la que salieron disparadas un millar de cuchillas de hielo.

- ¡scutum ignis! - se defendió Merlinda haciendo aparecer un gran escudo de fuego que cubría por completo su cuerpo, desapareciendo las cuchillas de hielo de su hermana al tocar el escudo - ¡basta Úrsula! ¡Recapacita antes que sea tarde!

- CÁLLATE, CÁLLATE, CÁLLATE MALDITA - gritó fuera de sí la bruja del mar - ¡Ahora yo soy la más poderosa! ¡no podrás oponerte a mí! ¡letalis submersi!

Una gran masa de agua envolvió a Merlinda impidiéndole respirar. La bruja del viento cerró los ojos concentrando su poder, logrando deshacer el hechizo de Úrsula, haciendo que el agua y ella misma cayeran al suelo.

- ¡Ictu ventum! - dijo Merlinda, y de su varita salió un golpe de viento tan fuerte que lanzó a Úrsula hasta el lago, cayendo en el centro.

Úrsula emergió del lago y se quedó de pie, sobre la superficie del mismo.

- No puedes matarme Merlinda, no aquí, no ahora que te doblo en poder - dijo risueña Úrsula.

- Hermana, por favor, no lo comprendes, depón tu actitud o no tendrá piedad.

Úrsula torció el gesto.

- Despídete de todo lo que amas hermana...furore t...
Una luz dorada cegadora interrumpió el hechizo de Úrsula. La bruja del mar se encogió por la fuerte punzada en sus ojos.

- Úrsula - llamó la luz - has cometido un crimen imperdonable. Es una aberración incluso para la magia oscura hija mía.

- ¿ Madre Destino? - preguntó Úrsula gimiendo de dolor.

- Es terrible separar a dos almas que se aman, pero cortar el lazo de dos almas destinadas es realmente atroz. No puedo perdonar tus acciones Úrsula.

Merlinda observaba cabizbaja la escena. Pese a que con los siglos, su hermana se había vuelto una bruja oscura, carcomida por los celos y la envidia, seguía siendo su hermana y la amaba pese a todo, por eso había tratado de hacerla entrar en razón. Ahora era tarde.

- No por favor...- rogó aterrada Úrsula.

Sus ruegos fueron en vano.

- Evanescet - dijo Destino, para desaparecer después tan abruptamente como apareció.

El cuerpo de Úrsula comenzó a desvanecerse fundiéndose con el aire hasta quedar en nada. El guardapelo cayó al lago, hundiéndose rápidamente llevándose consigo el alma de Asami.

Merlinda lloraba el destino de su hermana. Ya sólo quedaba ella, la última bruja del mundo.
Con profunda tristeza, se acercó al cuerpo de Asami.

- Lo siento humano, pero sin tu alma, no puedo ayudarte.

Ya iba a marcharse cuando un chapoteo llamó su atención, observó entre las sombras el centro del lago, para ver surgir de entre las aguas una cabeza pelirroja.

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Kirishima conducía lo más rápido que el auto le permitía. Zigzagueaba entre los coches como un demente, recibiendo a cambio pitidos de claxon e insultos, pero eso no le importaba. Era vital llegar cuanto antes al puerto.
Soren se removía inquieto en el asiento de atrás.

- Tranquilo Soren sama, pronto llegaremos. Todo va a salir bien - trató de calmarle Kirishima.

Soren sólo pudo asentir.
Poco después divisaron el puerto a lo lejos. Ya estaban cerca. El acceso estaba cerrado, aún era demasiado temprano. Kirishima paró el coche junto a la gran verja de metal que les cerraba el paso.

- Kirishima ¿Qué hacemos ahora? - preguntó uno de los guardias que los acompañaba.

- No pienso rendirme ahora, si es necesario saltaré la verja y la abriré desde dentro - contestó Kirishima con decisión. Y dicho esto, eso fue lo que hizo. Por lo que en un par de minutos la verja estaba abierta de par en par.
Subieron de nuevo a los coches y condujeron deprisa los últimos metros. Cuando llegaron al muelle de carga, pararon de un frenazo y salieron precipitadamente de los coches. Kirishima tomó a Soren en brazos y con grandes zancadas lo acercó al filo del muelle.

- Suerte Soren sama - dijo antes de lanzarlo al mar.

Soren se dejó hundir hacia el fondo tras el impacto con la superficie del agua, había dolido un poco, pero eso era lo de menos. Se repuso casi al instante y nadó todo lo rápido que le daba la cola hacia la guarida de la bruja del mar. Mientras nadaba, trataba de recordar a su Ryu, su pelo negro como el cielo de media noche, sus ojos dorados, sus besos, sus abrazos tan cálidos y reconfortantes...le amaba tanto que si ya no estaba en este mundo el le seguiría.
Nadó durante horas sin descanso ni aminorar su marcha, hasta que por fin divisó la entrada del túnel que llevaba a la cueva subacuática de la bruja del mar.
Nadó adentrándose cada vez más en la oscuridad, cuando algo brillante en el lecho del mar llamó su atención. En aquella ominosa oscuridad, aquel brillo parecía un farol encendido. Se acercó tratando de divisar lo que era, cuando descubrió un medallón ovalado, recubierto de piedras preciosas. Soren lo tomó del fondo y se lo colgó del cuello, no estaba seguro pero su corazón le decía que ese guardapelo era importante.
Poco a poco emergió a la superficie, para ver a una hermosa mujer de blancos cabellos como la nieve recién caída, piel casi translúcida y ojos de un celeste tan hermoso que te cautivaban por completo. Sus ropajes eran blancos y etéreos, parecía una ninfa.
Se acercó chapoteando hasta la orilla del lago y entonces vió el cuerpo sin vida de Ryuichi.

- Ryu, amor mío ¡no! - gritó desesperado mientras trataba de arrastrarse fuera del agua, hasta el altar de piedra donde aún yacía Asami.
- No Ryu, Ryu, des....despierta por favor, amor, no me dejes...por favor... despierta...despierta- Soren se aferraba de la mano de Asami, que asomaba por el borde del altar. De un tirón, consiguió poner el cuerpo del yakuza en el suelo junto a él y lo abrazó todo lo fuerte que podía, llorando más de lo que había llorado nunca - no puedes dejarme...Ryu...no te vayas sin mi...
Soren tomó la daga que había caído junto al cuerpo de su amado y lo apuntó hacia su pecho.

- Ryu te amo - dijo en un susurro, entonces clavó profundamente el cuchillo en su corazón.

Merlinda observaba la desgarradora escena con lágrimas en los ojos. Se acercó a los cuerpos sin vida de los amantes, sacó el guardapelo del cuello de Soren y lo abrió, saliendo de él una esfera blanca muy brillante que se elevó hacia el techo hasta desaparecer. Ahora el alma de ese joven estaba libre del hechizo de su hermana. Ahora el humano y el tritón podrían estar juntos en el más allá. Con un suspiro tembloroso, tomó su varita y haciendo un movimiento circular abrió un portal y salió de la cueva que sería el sepulco de aquella pareja para toda la eternidad.

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> Los personajes de Viewfinder no me pertenecen.

> La imágen no me pertenece, derechos a su autor.

> No, este no es el final, es sólo que adoro el drama.

> Gracias por leer <3

> Si te gustó, deja tu estrellita y comentario. Gracias.
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