UNO.

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Regresamos lo más pronto posible a la ciudad tomando un vuelo a las 6:00am. Demasiado temprano pero teníamos que estar con urgencia allá. La ciudad estaba silenciosa, casi no había gente en las calles y nos mirábamos unos a otros con ese toque de intriga, ¿acaso un nighlok atacó y nadie dijo nada?, no sabíamos que pasaba.

Nos dirigimos a Casa Shiba para llegar con el Mentor. Todos veníamos hablando de lo genial que había sido Navidad en MX. Cuando entramos, nos callamos un momento. Encontramos a Ji, platicando con quien sabe quién.

- ¿Quién es, eh?- preguntó Mike     discreto a todos.

- No sé... - le contestó Mia de     igual manera. - Creo que parece...- interrumpió Mike

- ¡Antonio!- corrió hacia a él     para darle un abrazo al que Antonio respondió feliz. - ¡Viejo, cuanto     tiempo!-

Todos nos quedamos "en shock" cuando lo vimos. Yo no conocía a Antonio personalmente, lo único que sabía de él era que es el mejor amigo de la infancia de Jayden, era el Ranger Dorado, había activado 2 zords y se fue por motivos personales.

Todos lo saludaban gustosos.

- Mira Antonio, ella es Lilian.     La Ranger Blanca.- dijo Emily señalándome.

- Hola Antonio, eh oído de ti.     Mucho gusto- le dije amable estrechando su mano.

- Claro, te conozco. Jayden me     habla mucho de ti, dice que eres muy linda...- volteó a ver a Jayden y él     solo le hizo una seña de que se callara. Yo no pude evitar sonrojarme. - Sí, o sea que eres muy linda     aquí con los chicos y que eres muy acomedida. También que eres muy buena     guerrera. Así sé que no dejé mi lugar en malas manos- me guiñó el ojo.

- Hago lo que puedo, pero con     un equipo como ellos no es tarea difícil- les sonreí.

Pasamos y dejamos nuestras maletas en nuestros cuartos para poder charlar con Antonio. Fuimos

- ¿Y a qué se debe tu visita?,     te extrañamos mucho- le dijo Emily y Antonio la abrazó por el cuello.

- La respuesta es simple     chicos- calló y vio al suelo triste, poniendo las manos en sus bolsillos     traseros - ¡VUELVO!- dijo contento y alzó las manos.

Me dio gusto la noticia, el tipo era bastante agradable pero, ¿yo me iría?, después de todo sólo lo estaba supliendo. Me puse pálida. No quería dejar todo esto. Fingí que sonaba mi celular poniendo una alarma.

- Disculpen- les dije y me     levanté para salir de la cocina. Busqué cualquier pretexto para salirme y     hablar con el Mentor.

Se encontraba en la sala leyendo los archivos Samurái bastante concentrado y algo pensativo. Algo me olía mal y estaba muy nerviosa. Me acerqué a él jugando con mis manos  y preparada sentimentalmente y mentalmente para lo que iba a decirme.

- Mentor, ¿puedo hablar con     usted?- volteó enseguida.

- Sí, Lilian. También quería     hablar contigo- me dijo.

Me puse nerviosa al escuchar eso. En casos como ese hasta el más mínimo detalle me ponía extremadamente nerviosa y casi para llorar.

- Me preguntaba...- suspiré-     ¿Yo continuaré o me iré?, digo... Después de todo sólo estoy supliendo a     Antonio.- calló y agachó la miraba. Yo lo miraba fijamente a cada     movimiento o gesto que hiciera. Levantó su cara y se me dirigió.

- Me temo que no, Lilian.- eso     me dio directo. Sentí como una corriente helada tomaba todo mi cuerpo. -     Antonio seguirá ocupando su lugar y... nosotros no contábamos con que     volviera. Llegó de sorpresa sin ningún aviso. Pero quiero darte las     gracias por todo lo que nos aportaste y nos ayudaste estos dos años.- juro     que iba a estallar en lágrimas en ese instante pero me contuve lo más que     pude.

El Samurái Blanco: Súper Samurái.Where stories live. Discover now