TREINTA Y SEIS.

187 10 0
                                    

1 año después...

—Mi niña, te ves preciosa— halagó mi mamá viendo con fascinación.

El día de mi boda había llegado, por fin. Todo estaba listo. El salón, la música, la comida... todo.

—Gracias, mami— le di una pequeña sonrisa y ella me dio un beso en la mejilla.

🈴🈴
—No puedo creerlo, Jayden. Eres todo un hombre y por fin te casas— le dijo el Mentor a Jayden, quienes se encontraban en una suite en mi ciudad.

—Me caso con la mujer que amo, Ji. Nada me hace más feliz que eso, ¿sabes?— el chico se encontraba arreglándose su corbata. —Me gustaría que mi padre estuviera aquí— miró triste por la ventana hacia la nada, recordando cada momento con su padre. —Es el día más feliz de mi vida y él no está aquí conmigo.

—Él está aquí, Jayden. Aunque no lo creas, el siempre estuvo contigo y hoy lo estará más— el Mentor puso una mano sobre su mano en muestra de apoyo. Jayden tenía lágrimas corriendo por sus mejillas.

Se escuchó que tocaron la puerta. Se limpió rápido sin voltear a ver quien era. Supuso que era algún empleado del hotel dejando algunas cosas.

—¿Se puede?— habló una voz familiar para Jayden. Volteó enseguida al reconocer esa voz. Sus lágrimas de tristeza cambiaron a lágrimas de felicidad. Era su padre.

—¿Pa-papá?— habló shockeado por la impresión de tener a su padre ahí con él. Corrió hacia a él y le di un enorme abrazo, después de no verlo por casi 10 años. —Pensé que tú... pensé que estabas... mu-muerto— suspiró fuerte y volvió a abrazarlo.

—Caí en coma después de la pelea con Xandred. Desperté hace apenas 3 años. Pero no quise decirte nada aún. No quise distraerte de tu misión y la de los demás. Estoy orgulloso de ti, estuve en cada pelea aunque no nunca me viste— el hombre limpió las lágrimas de su hijo con su pulgar viéndolo enternecido. Jayden parecía un niño de 10 años con su padre.

—Me alegra tanto que estés aquí hoy. Nunca me imaginé que vendrías, o más bien, que te vería. Crecí con esa idea toda la vida.

—Estoy aquí, hijo. Y yo también estoy feliz de verte— dio un beso pequeño en su cabeza. —Ji me dijo todo y quise darte la sorpresa— dijo el hombre con una sonrisa. Miró su reloj y se sorprendió al ver la hora. —Ya es tarde, Jayden. Te veré en la iglesia, ¿entendido?— y se fue.

🈴🈴
—Mom, estoy nerviosa— jugué nerviosa con mis manos volteando a todos lados. El sacerdote que diría nuestra misa llegó y dio la indicación de que pasáramos.

Entraron todos; familia y amigos. La iglesia estaba adornada con ramos blancos por todos lados y un candelabro de cristales colgaba del techo.

Los novios se tenían que esperar a fuera para entrar acompañados de sus padres.

Jayden llegó acompañado de Ji y otro hombre. No sabía quién era.

—¿Quien es, eh?— pregunté a mi mamá. Volteo enseguida a la dirección que le dije. Saludé a lo lejos a Jayden con la mano y me dio una enorme sonrisa.

—¿Qué?, ¿el padre de Jayden?— dijo asombrada. —No es posible, ¡está vivo!— murmuró sorprendida alzando un poco la voz.

El Samurái Blanco: Súper Samurái.Where stories live. Discover now