Presentación

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Por fin volvía de la misión, ya quería llegar y entregarle a Ezarel las plantas que me había encargado. Honestamente me estoy cansando de esto: pese a pertenecer a la Obsidiana, nunca me envían a misiones relacionadas con mi guardia, siempre me dan las tareas más simples como barrer los jardines, cuidar familiares, ayudar a los purrekos, en la enfermería o en la biblioteca. Si bien no me desagrada estar con Ewelein y Kero, además de cuento con la compañía de mi familiar Lynx, me gustaría que me tuvieran más confianza, que vieran que no soy estúpida e inútil. Ya me decidí, después de dejar mi diligencia, iré a ver a Miiko.

Sin embargo, poco antes de llegar al Refugio de Eel, vio una casa ni muy grande ni muy pequeña, rodeada por una cerca de piedra; pero lo que me llamó más la atención, es que tenía un enorme y bello jardín de ¿rosas?, aún más importante, ¿Cómo es que no me había dado cuenta de la vivienda antes?. Vaya que si suelo ser despistada, de pronto algo me ha llamado la atención: veo a Mery junto con otros niños frente a la puerta de la cerca.

- ¿Qué están haciendo? - pregunte

- Erika - Mery corrió a abrazar mis piernas - que bueno que llegas

- ¿Qué pasa?

- Nuestra pelota rebotó y cayó ahí - me señala el sitio

- ¿Y porque no le piden al dueño que se las devuelva?

- Es que ese señor es un gruñón - hablo otro niño - además de que es raro, no habla con nadie, solo sale a comprar víveres para él y su familiar.

Veo como los pequeños tiemblan, yo miro de nuevo hacia el jardín y suspiro. Me quite mi mochila y se la doy a Mery

- Ve con Ezarel y dáselas, mientras yo voy por su pelota

- ¿Estas segura Erika?, ¿y si te hace algo malo?

- Tranquilo, no pasara nada. Brincare rápido la cerca, tomare su balón y regreso al cuartel

- Está bien

Los pequeños se han ido luego de desearme suerte, mientras yo veo la cerca y la casa esperando a ver si hay movimiento. Igualmente llamó a la puerta de la cerca

- Creo que no hay nadie - veo a mi xylvra - bueno Lynx, si ves algún movimiento avísame

Mi familiar maúlla, mientras brinco la barda, que no es muy alta. Una vez dentro del jardín, veo que también hay árboles con flores color lila, muy parecidos a los cerezos además de que puedo admirar más de cerca las rosas. No puedo evitar acercarme a una y olerla, pero al hacerlo

- ¿Dulce? - toco uno de sus pétalos - es muy suave

Solo sonrío y niego para buscar la pelota de los niños, ya que debo volver para escribir mi reporte. No tengo que caminar mucho, finalmente, encuentro el balón y lo tomo con cuidado para no pincharme con las espinas de las rosas: sin embargo, veo que algunas tienen su tallo roto, seguramente por el golpe del juguete de los niños.

Me dio pena dejarlas así, por lo que busque de inmediato, algunas varas para atarlas a los tallos y las rosas pudieran sanar. No me di cuenta de que unos feroces ojos me estaban observando, hasta que escuche un rugido de Lynx, al darme cuenta lo vi parado frente a mí con el pelaje de su lomo erizado y las estalactitas de hielo en su cabeza comenzaban a crecer, amenazando al fenrisulfr, quien estaba dispuesto a atacarme, pero antes de que lo hiciera

- ¿Qué pasa ahí?, ¿Phenril, donde estás? - escucho pasos - ¿Quién eres tú?

Un viejo fauno se ha acercado al fenrisulfr, puedo ver su rostro un gesto de molestia y extrañeza

MothraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora