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02 de Mayo, 2015

—¡Tía Ha-Neul!.

     JiMin dejó caer su frente contra el escritorio, maldiciendo y apretando el lápiz en su mano al momento de escuchar la grave voz de Min.

    Abrió sus ojos de sobre manera al escuchar unos pasos acercarse, y rápidamente se puso de pies, corriendo a su puerta torpemente para cerrarla. Para su mala o buena suerte, el pálido chico habia puesto el pies antes de que JiMin la cerrara por completo. El menor levantó la mirada, encontrándose con los gatunos ojos del mayor, y su pequeña sonrisa.

»—No. No, no, no— soltó, abriendo la puerta mientras que Park aún seguía afirmado en esta, cerrando la puerta detrás de él— esta vez no me dejarás fuera, Minnie.

     El pelirrojo bufó, volviendo a su escritório para tomar un lápiz y volver al libro y cuaderno de Historia, dejando al peli-negro totalmente aislado, apretando el objeto entre sus manos junto a su mandíbula, y suspirando con frustración al escuchar al mayor hacer ruído.

—¡Puedes...!, maldición. ¿Puedes dejar de hacer tanto ruído?.

     Min rajó el último pedazo de papel que tenía entre sus manos, manteniendo su negra mirada en la espalda del menor.

—¿Qué haces?— evadió las palabras de Park, tirando los papeles al suelo, y acercándose a él.

—Un estúpido trabajo de Historia, del cual no entiendo si tú no dejas que me concentre por estár haciendo ruído. Como tú nunca estudias— bufó— podría hasta decir que eres la definición de flojo.

—Oow. Es una pena.

—Púdrete, Min— YoonGi rió, mordiendo su labio inferior— ¿Y tu madre?.

—Con TaeHyung.

     La risa que el pelirrojo soltó desconcertó al mayor, quien ladeó su cabeza levemente. ¿Qué era tan divertido para el mocoso ese? ¿Habia dicho algún chiste? Porque él no recuerda a verlo dicho. En seguida se arrodilló, levantando la manta que caía a los costados de la cama, para ver debajo de esta. JiMin, por su parte, se giró sobre su silla giratoria, peinando sus rojos cabellos hacia atrás, viendo al mayor arrodillado, con su pecho y cabeza recostado en el suelo.

—¿,Qué haces?.

—Buscando el chiste.

—Imbécil. Le gustas a Kim— soltó mientras viraba la mirada. Observando atentamente como YoonGi volvía a sentarse sobre la cama.

—¿Puedes dejar de llamar a todo ser viviente por su apellido?.

—No. Suena genial.

—Ni. Sini ginil.

     La habitación quedó en completo silencio luego de aquello, y el pálido miraba con seriedad, sin despegar su mirada del menor, recorriendo cada parte del cuerpo de este, haciendo que JiMin se sintiera nervioso. Sonrió por eso, y lamió sus labios.

—¿Qué haces aquí?— su gatuna mirada viajó de las desnudas piernas de Park— ya que llevaba un pequeño pantalón corto— hasta sus marrones ojos, atrapandose solo en aquellas profundas y brillantes piscinas.

—Quería verte. ¿A caso no puedo?.

—No. Te lo dije.

    Una ladina sonrisa apareció en los finos labios del peli-negro, quien se puso de pies sin despegar su mirada del menor, siendo perseguido por la ansiosa y brillante mirada de Park.

—¿Es por lo de ese día? Oh, Minnie— el de rojizos cabellos cerró sus ojos con fuerza, mordiendo sus labios al sentir la cálida respiracion de Min sobre su cuello, y el ronco susurro que este soltó.

    La simple y ronca voz de Yoon lo habia puesto duro, y ni cuenta se dió cuando el mayor se escondió entre su cuello.

»—Ten por seguro que lo disfruté tanto como tú. O ¿Me negarás qué te divertiste?.

—Ve-ve...Oh, Dios.

    Apretó sus manos alrededor de la silla, sintiendo como su respirar se volvía errático al momento de sentir los suaves y húmedos besos que dejaban sobre su cuello, y al sentir las grandes manos del mayor en su desnudo muslo derecho, apretando y masajeando, para darse el lujo de pasar por debajo del negro short que Park traía, deteniéndose a los costados del cuerpo del menor, en donde dejó suaves caricias. Inconscientemente JiMin levantó su trasero, haciendo que Min sonriera una vez más, y que llevara su mano al trasero de este.

»—Ha-blo enserio— soltó un leve gemido— vete~

—Si me lo pides así, no me iré.

—Por una mierda, Min. Vete.

    Se detuvo enseguida, dejando un último beso sobre la piel del pelirrojo, y un último apretón en el trasero de este para alejarse tanto del trasero y del cuello de Park, sonriéndole coquetamente.

—Nos vemos, bebé.

—Nos vemos, bebé

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