18 de Abril, 2019
Tres días habian pasado desde lo ocurrido con TaeHyung. Tres días en los que ninguno de los dos se dignaba en dirigirse la palabra, arreglar el asunto para que no volviera a pasar, y— sinceramente— ninguno estaba preocupado o afligido.
Tal vez Kim lo estaba un poquito. A nadie le gustaría que gimieran otro nombre en ocaciones así.
Deslizó la puerta corrediza del baño, acercándose al lavamanos para abrir la llave, posando sus manos bajo el agua para mojar sus negros cabellos junto a su rostro.
Se sentía cansado física y mentalmente. No ha podido dormido bien desde hace bastante tiempo por culpa de los pensamientos que lo atacaban por las noches. El mal dormir se notaba en las pequeñas bolsas que adornaban bajo sus gatunos ojos, mientras que las miles de preguntas que atacaban su cabeza con respecto a JiMin lo tenían agobiado. Aquel niño supo meterse bajo la piel de Min como nunca nadie hizo.
Mantuvo sus pálidas manos en su rostro, en donde suspiró, evitando que lágrimas cayeran, para luego pasar sus manos de su cara a su cabello nuevamente. Refregó sus ojos para abrirlos, mirándose por unos largos segundos, segundo en los que desvió su vista a un lado del espejo, encontrándose con unas azules piscinas que le miraban con sorpresa.
—JiMin...
El mencionado sonrió un poco nervioso, borrando su sonrisa lentamente, a la vez que bajaba la mirada con sus mejillas bañadas de rosa, comenzando a jugar con los anillos que adornaban sus deditos.
—¿Cómo estás?— preguntó Park en un susurro, aún con su mirada baja.
—Si, uhm...Bien.
Su vista no se despegó del espejo— en el cual veía al menor fijamente— pero de un momento a otro se giró para verle mejor, llamando la atención del menor por breves minutos.
Su cabello ahora castaño, sus rosadas mejillas ya no eran tan abultadas como antes, su cuerpo seguía tan perfecto a como lo recordaba, y sus labios...Dios, sus labios seguían igual o más apetecibles. Las ganas por querer morderlos repentinamente se hicieron presentes.
—¿Qué tal lo tuyo con Kim?— la pregunta salió de la nada, rompiendo el incómodo silencio que se habia formado entre ambos.
—Realmente no sé. Pasaron algunas cosas que le desagradaron a él, y...Bueno, podría decir incluso que terminamos— pudo apreciar como JiMin mordía su labio inferior, ocultando su sonrisa que no pasó desapercibida por Min— ¿Qué tal lo tuyo con JungKook?.
—¿Con JungKook?— preguntó extrañado, levantando su mirada para verle confundido. El mayor asintió— no estoy saliendo con él. Es mi mejor amigo.
Nuevamente quedaron en silencio, pero esta vez, lo hicieron para mirarse después de largos años sin verse. Las mejillas del menor aún seguían teñidas de rosa gracias a la la gatuna mirada de Min sobre él. Sonrió levemente al ver como los mofletes de YoonGi se adornaban de rosa, pero su sonrisa enseguida se borró al ver como finas lágrimas resbalaban por las mejillas del pálido.
»—¿Po-por qué lloras, Yoonnie?—preocupado se acercó un poco más, llevando sus pequeñas manitos con duda al rostro del mayor.
YoonGi quizo evitar las manos contrarias sobre él, pero se sentía tan débil teniéndolo en frente, que el a ver corrido la cara, se vió más como un acercamiento accesible para Park.
—Porque llegué a mi límite— susurró, cubriendo sus ojos con una de sus manos, avergonzado de llorar frente al menor. Él odiaba tanto que lo vieran llorar— ¿Cómo quieres qué me sienta al verte luego de cinco años, Park? Cinco malditos años. M-me dejaste sólo en el camino cuando menos me lo esperaba— hipó— a pesar de que te haya rogado. ¿Entiendes eso? Mierda, te rogué y no soy de hacerlo. Pero lo hice porque eres lo único que vale la pena en mi vida.
El corazón del castaño se encontraba acelerado y estrujado ante las palabras del mayor, su garganta se encontraba con un horrible nudo— como si de alambre de púa se tratase— mientras que sus ojos se tornaban rojos y cristalizados.
»—Te fuíste y nisiquiera miraste hacia atrás. No te dignaste en pensar en como me sentía, sólo pensaste en ti y sólo en ti— quitó las mano de su vista, mirando con ojos hinchados, rojos y con una pizca de odio al menor— incluso me alejé de Kim con la esperanza de que volvieras, pero eso no pasó. Lloré como nunca antes hice cuando subiste al maldito tren.
Park abrió sus ojos de sobremanera al escuchar aquello, cubriendo sus labios al mismo tiempo que las lágrimas comenzaron a brotar.
—Tú...¿D-de verdad fuíste?.
—Quise detenerte y rogarte una vez más— volvió a susurrar— pero llegué tarde...
Sin pensarlo más, JiMin se lanzó sobre el de negros cabellos, rodeando sus brazos en el pálido cuello de Min, en donde lloró y aspiró el aroma natural del mayor mientras repetía una y otra vez "lo siento". Sin ser del todo correspondido.
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•V e c i n o | Y o o n M i n•
Fanfiction" Porque YoonGi no era cualquier vecino " • T E R M I N A D A • [ . . . ] →Historia completamente mía← →Sé creativo← ...