•V e c i n o | Y o o n M i n•

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25 de Abril, 2019

"—Dime que ya no sientes nada por mi. Gritalo a los cuatro vientos si quieres, pero hazlo mirándome a los ojos, para que ellos te delanten. Vamos, mientéme..."

      Se encontraba sentado en una pequeña mesa de ping-pong de cemento que el pequeño parque de niños tenía, y una pequeña sonrisa cruzó sus labios al ver al chico correr, saltar y gritar en su dirección, para finalmente soltar una carcajada al ver al mayor posicionarse entre sus piernas, rodeando los brazos alrededor de su cintura. 

—¿Quieres ir a casa? Está haciendo un poco de frío— susurró a centimetros de aquellos gruesos labios. 

—Sólo es eso— contestó, igualmente en un susurro— un poco de frío. 

"—No me creeré eso de que te has olvidado de todo. De la persona que te ha hecho reír y sonreír en tus buenos y malos momentos. De la persona que te ha hecho feliz..."

      JiMin ladeó un poco su cabeza, formando un leve puchero mientras que su mirada se mantenía fija en los oscuros orbes del mayor. YoonGi se acercó un poco más al menor, formando igualmente un puchero para juntarlo con el ageno. Ambos sonrieron con ternura, juntando sus bocas en un suave, lento y cálido beso. 

"—¿O a caso me negarás el qué aún me quieres? ¿El qué aún me hechas de menos? ¿El qué a veces ocupé tu mente horas, e incluso días?. Eres fuerte, JiMin, pero comprendí que tu debilidad soy yo..."

      Aquel beso repentinamente se volvió amargo debido a las saladas lágrimas que caían por las mejillas de Park. Yoon se alarmó, y rápidamente se alejó para ver al contrario, tomandolo de aquellas abultadas mejillas sonrojadas y humedas, limpiando cada lágrima que rodaba por los mofletes de JiMin con sus pulgares. 

—O-oye, ¿Por qué lloras?.

"—No intentes olvidarme, no lo conseguirás. Tú y yo sabemos que este no es el final, Minnie. No el nuestro."

—N-no es nada— soltó en una pequeña risa entre su llanto— las palabras de aquel día...¿Cuánto tiempo las ensayastes?.

      YoonGi cubrió sus belfos al mismo tiempo que desviaba la mirada. Se sentía avergonzado al recordar cada palabra que habia soltado aquel día luego de que JiMin insistiera en irse a Busán, diciéndole que ya no le quería, que no le amaba tan sólo por ver a Min con TaeHyung hablando con respecto a su relación, la cual habia dado por terminada oficialmente.

—No las ensayé. Ese día solté lo primero que se me vino a la mente. Estaba hecho un manojo de nervios— contestó, volviendo su mirada al menor, acercando sus manos para limpiar nuevamente las mejillas de este, y besarlas con cariño, sonriendo sobre el moflete del castaño.
  
      JiMin también sonrió, a tal punto que sus pequeños ojos se cerraron por completo, dejando dos perfectas líneas, mejillas sonrojadas, y aquel chueco diento a la vista, dándole un toque de inocencia y ternura que YoonGi ama.

—Eres hermoso, Hyung— susurró, tomando las mejillas del contrario entre sus pequeñas manitos, acercándolo a él para depositar un suave y tierno beso en la pálida frente del peli-negro, quien pasó sus brazos alrededor de la cintura de Park nuevamente, sintiendo suaves caricias en sus cabellos por parte del menor, así como tambien suaves besos que lo hacian sonreír y reír como estúpido, siendo seguido por el de castaños cabellos.
YoonGi repentinamente escondió su rostro en el hueco que se formaba entre el cuello y el hombro de Park, en donde dejó un repentino beso.

—Te amo— soltó el pálido, haciendo que el de castaños cabellos dejara las caricias en el negro cabello de Min— y no lo digo sólo porque si. Lo digo porque realmente lo siento, y quiero que sepas lo importante que eres para mi. Empezando porque nunca le he dicho te amo a alguién.