Capitulo 16 - Gracias

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Estaba sentado en el piso con los dedos manchados del grafito de mi lápiz. Había comenzado a deslizarlo por el lienzo en blanco, no tenía nada en mente para dibujar pero al final terminó el rostro de Hyukjae plasmado en la hoja. Seguí perfeccionando el dibujo, deslizando el lápiz suavemente por el contorno, dándole profundidad, intentando plasmar su esencia en el.

Su mirada, gestos y rasgos, su rostro flota en mi mente mientras el lápiz sigue yendo de un lado al otro formando cada vez más exacta su imagen. Suspiro mientras mi mente deja de vagar por el rostro de Hyukjae y se va deslizando lentamente más abajo, por la afilada y distintiva mandíbula que el lápiz marca constantemente, por el cuello blanco e inmaculado, sus lunares casi imperceptibles pero si pones la atención suficiente los encuentras, su amplio pecho, sus hombros, las venas de sus brazos, los largos dedos recorriendo mi piel, hundiéndose en mí, sus gruesos labios sobre los míos. Dominante. Posesivo. Su áspera y caliente lengua saboreándome y la imagen de él viéndome desde arriba mientras yo lo engulló completo. Un escalofrío de placer me recorre el cuerpo terminando en cierta parte...

"Toc, toc"

El sonido de la puerta siendo golpeada me hizo saltar de un susto, colocó hábilmente el retrato boca abajo convenientemente en mi regazo, me aclaro la garganta y un tembloroso "adelante" sale de mis labios. Debo controlar mis pensamientos y si se colaban en mi mente a media noche...

— ¿Donghae?- Su rostro apareció por el marco de la puerta en una dulce sonrisa plasmada. Se la correspondí tímidamente.— ¿Puedo?- Pregunto señalando el lugar a mi lado, yo solo asentí en silencio. Estaba en el piso de la habitación, sentado a lo indio. Él tomó lugar a mi lado con toda la tranquilidad del mundo. En ocasiones me sentía mal por estar viviendo con mi jefe como un mantenido y en otras me sentía simplemente que estaba con un buen amigo. Me gustaba más la segunda idea después todo lo podía considerar así.

—¿Como estás?- Su voz grave envío un escalofrío que me hizo recordar mi situación actual en mi entrepierna. Trague duro tratando de tranquilizarme.

— Bien, las pastillas para el insomnio hacen efecto y la terapia me resulta de cierta manera liberadora.- Sonrió de lado recordando mis pláticas de estos días con la doctora Linda. Era amable, atenta y comprensiva. Me sentía con tanta confianza cuando estaba con ella.

— Me alegro realmente. Por cierto quería saber si...- De pronto parecía nervioso, estaba sentado a o lado puede ver de reojo como se removía en su lugar, me miró y un sonrojo apareció en sus blancas mejillas.

— ¿Si...?- Le sonreí, invitándolo a que continuara.

— ¿Quieres dormir conmigo?

"Eh" Fue la única respuesta lógica que mi mente proceso, parpadee confuso intentando que un apresurado y gustoso "SÍ" no escapara de mis labios e intente concentrarme en él porque de la oferta y mi mente vago rápidamente a un escenario parecido al de Nueva York.

—¡No! No, no, no. No digo que no quiera pero...- Sacudió la cabeza al parecer intentando aclarar las ideas. —Me refiero a que duermas conmigo en la cama, sólo dormir. Es que no quiero que te sientas solo, mi cama es grande y... me dijiste que la terapeuta te mencionó lo de el apoyo y eso.- Su mirada estaba fija en el frente, como si mi cuadro de lirios anaranjados de un metro de alto sea la cosa más interesante del mundo.

Ahora sus orejas también estaban enrojecidas, no pude evitar la tentación de subir mano y tomar una entre mis dedos. Y de la nada brotó una carcajada tan alta y escandalosa, me recargue en el hombro de Hyukjae y seguí riéndome. Respire profundo y trate de calmarme, ni siquiera sabía que me causo tanta gracia. Quizá a mi imponente jefe sonrojado y tímido, sonrojado Apoye mi barbilla en su hombro aún con una sonrisa en mi rostro.

— No quiero que después de una pesadilla despiertes y estés sólo. Puedes ir a mi habitación. Pero si te incomoda...

—Está bien.- Volteo a verme, quedando casi nada de distancia entre nosotros. —Después de todo, nosotros ya, ya sabe...

—Cierto.- Murmuro sin apartarme la vista. Me relamí los labios lo más sutil posible, su vista inmediatamente se dirigió a mis labios y su aliento caliente chocó con ellos. Me incline un poco, nuestras narices se rozaron y su teléfono sonó.

Ambos saltamos del susto y el ya no era el único sonrojado, agache la cabeza mientras él contestaba. Concentré mi vista en el reverso de mi cuaderno. Lo escuche hablar por teléfono, algo de juntas, inversiones y viajes, lo habitual. Colgó y volteo a verme yo me giré para poder estar cara a cara con él.

— Era una cena de negocios, Tiffany irá. Encargare algo de cenar para ambos ¿Esta bien?

—Sí, yo...

— De acuerdo, en una hora estará aquí. Sonrió, se levanto y se fue sin más.- Siempre era lo mismo, nunca me dejaba pagar, al menos cuando hacía yo la comida podía regresarle un poco de todo lo que me ha dado. También cuando le diera mi obsequio.

•••

En la cena todo transcurrió tranquilo, la comida estaba deliciosa y su compañía fue realmente agradable, estuvimos hablando de cosas triviales. Hasta que mencionó la plática que tuvo con mamá y Donghwa.

—¿Que dijeron?- Pregunte temeroso de la respuesta. No solían ser comprensivos conmigo.

—No dieron una respuesta definitiva, bueno tú madre no la dio. Al parecer tu hermano estaba fuera. Trabajando.

—Entiendo. Crees que puedan llegar a aceptarme tal y como soy.

—Claro que sí.- Se puso de pie y se acercó hasta donde me encontraba me acaricio la mejilla con tanta suavidad. —Si no lo hacen, ellos son los que pierden no tú.- Sonreí por sus palabras de apoyo.

—Quiero darte algo como agradecimiento por todo lo que has hecho por mí. Y antes de que digas que no es necesario...- Me levante y corrí a la habitación donde guardaba mis cuadros e instrumentos. Tome uno de los cuadros. Envuelto cuidadosamente en papel blanco con un pequeño moño y lazo rojo en la esquina. Salí y con el pie cerré la puerta. Fui hasta el comedor donde seguía de pie, esperándome.

Lo extendí frente a él. Me sonrió y lo tomó con cuidado. "Ábrelo" le dije emocionado. Él sonrió aún más, hasta que sus lindas encías estaban a la vista y unas tiernas arrugas bajo los ojos.

—No sabía que podría pintarte, pero noté que siempre hay un bol de fresas y sueles comer un poco todos los días, así que...¿Te gusta?

—Es precioso.- Lo dejó suavemente en la barra y me abrazó. Lo correspondí enredando mis brazos en el tan fuerte como pude.

—Gracias.- Me dijo al oído.

—No, gracias a ti. Enserio Hyukjae. Muchas gracias. Por estar aquí para mi.

—Lo seguiré estando.

Moderation [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora