Capitulo 22 - Obsequio

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Tenía una sonrisa boba en mi rostro y una mirada distante y soñadora, me di cuenta cuando me levante al baño y me mire en el espejo. No podía evitar sonreír aunque quisiera, mis mejillas enrojecían cada que recordaba los labios de Hyukjae sobre los míos, sus manos deslizándose por mi piel desnuda, su cuerpo entre mis piernas, un escalofrío atravesó todo mi ser ante cada memoria.

Me encontraba totalmente desnudó, me acerqué al espejo de cuerpo completo y recorrí cada centímetro de mi con la mirada. Las cicatrices de los "tratamientos" de mamá habían desaparecido y lo único que marcaba mi piel eran las huellas de sus largos y delgados dedos además de las marcas rojizas de sus labios.

Sonreí aún más cuando lo vi al asomarme por la puerta, durmiendo plácidamente. Regrese al cuarto de baño abrí la regadera y entre, me llene de shampoo y jabón, me lave todo el cuerpo y especialmente esa zona donde había estado su semen, enrojecí ante la idea pero era un poco incómodo dormir sintiéndome...húmedo.

Como había cambiado todo tan rápido, a principios de marzo habíamos ido a New York y ahora a inicios de abril éramos novios y lo habíamos hecho, sobrios.

Abril.

Abrí los ojos de par en par, mala idea la espuma cayó en ellos y ardieron horriblemente, los talle como pude y me termine de bañar lo más pronto posible, tome una toalla limpia y la enrollé en mi cadera. Y salí goteando de la regadera dirigiéndome casi corriendo hacia la sala donde estaba mi maletín de trabajo, no se me pudo haber olvidado. ¿O si?

Casi me doy de topes con la pared fuera de su habitación, giró y corro bajando como rayo los únicos ochos escalones de la casa. ¿Como es que no termine en el piso? No tenía idea.

Era una suerte que Hyukjae tuviera alfombras en el centro de la estancia o hubiera terminado en un hospital.

Cuando logre dar con mi maletín en el sofá, lo abrí y rebusqué hasta hallar mi agenda. La hojee hasta dar con la fecha actual y solo pase una página más para ver un cuatro de abril encerrado en rojo con una pequeña notita que decía "enviar obsequio al jefe, pd: anónimo" Le había puesto anónimo ya que me avergonzaba la posibilidad de que viera que le mande un obsequio. Aunque él en mi cumpleaños me dio chocolates y un reloj que no usaba por miedo a descomponer.

Hoy era la madrugada del tres de abril, mañana era su cumpleaños y no tenía idea de que le podía dar. Tal vez debería llamar a Heechul él podría ayudarme o...

Me mordí los labios nervioso, Tiffany era prácticamente mi jefa pero era amiga de Hyukjae debía de conocerlo bien, Rebusque de nuevo en mi agenda hasta encontrar su número. Tiffany Young, fui por el teléfono, lo tome y los nervios me atacaron, que se supone que debía decirle. Deje el aparato en su lugar de nuevo y me senté en el sofá. Tal vez con un correo que le enviara y listo.

La laptop, en la laptop de Hyuk debía de haber algo que le gustara y podía usarlo para buscar su obsequio. Fui de regreso a la habitación mi precioso novio estaba dormido con el rostro hundido en la almohada que había usado antes, camine lentamente hasta la pequeña mesilla cerca de la ventana, una corriente de aire que entró por ella me hizo recordar que aún iba solamente en toalla.

Mi ropa aún estaba en la habitación de invitados así que tome su laptop y salí hacia la otra recámara. Una vez dentro la deje en la cama y me quite la toalla abrí el primer cajón y estaba mi enorme mameluco de tigre de una pieza, me lo puse sin nada debajo y al subir el cierre tuve cuidado con mis partes íntimas. Era tan calentito y suave. Incluso me puse el gorro y recordé que hasta tenía una cola, no lo usaba desde los 16 pero al parecer no había cambiado mucho, ademas que era varias tallas más grande que la mía pero si me decepcionaba el saber que no había ganado altura.

Trate de ignorar la deliciosa sensación de la suave tela en TODO mi cuerpo pero debía encontrar que regalarle y luego buscarlo. Abrí el portátil, la pantalla se encendió mostrando la fotografía de el cuadro que le regale de fondo. Mi corazón se derritió en ese instante pero debía concentrarme así que introduje la contraseña que obviamente sabía, soy su asistente personal así que se abrió el escritorio.

Todo se sentía como una invasión a su privacidad, siempre que entraba a su laptop iba directo al correo y enviaba comunicados, hasta ahí. Ver su galería era tan intimo. Decidí ir a donde siempre lo hacía, los correos. Busqué a Tiffany y revisé los asuntos. Parecía normales de trabajo estaba a punto de darme por vencido y llamar a mis primeras opciones cuando un correo llamó mi atenciónun.

En el asunto decía "Lee Donghae" y sin detenerme a pensar lo abrí. Era el hilo de una conversación entera, lo leí y lo releí hasta que salí del shock. No era el único que había fantaseado. Era interesante saber que se enamoró de mi torpeza y no porque habíamos tenido sexo. Porque si decía que estaba enamorado de mi. La sonrisa boba surgido de nuevo en mi cara.

Si no hubiésemos ido a Nueva York y mi madre no hubiera aparecido tal vez siguiéramos con ese secreto "me gusta pero tal vez yo a él no". Las cosas que sucedieron tal vez fueron por una razón.

Me puse de pie y tome la computadora en brazos, salí de mi antiguo dormitorio y entre donde se encontraba mi novio durmiendo profundamente. ¿Roncaría? Me encogí de hombros, no importaba, me dirigí de puntillas hasta la mesilla y dejé la computadora lentamente. Suspire aliviado, Hyukjae aún no tenía porque conocer mi lado acosador, no es como si hubiera uno, pero...

—Donghae. -Una voz adormilada me hizo brincar en mi lugar, me giré con lentitud y Hyukjae estaba apoyado en un brazo viéndome curioso.

—Luces tan tierno.

Sonrió mostrando sus bonitas encías, estiró una mano como pidiendo que regresara con él como podía negarme. Me acerqué e hinqué en la cama estiré mi mano y entrelazamos los dedos. Avance más y me deje caer sobre su pecho desnudó después de darle un beso en sus bonitos y gruesos labios.

Me acurruqué contra su cuerpo como un bebé. Sus brazos me rodearon y con suavidad depositó un beso en mi cabeza sobre la capucha con orejitas de tigre. Cerré los ojos y absorbí su aroma, hace tanto que no me sentía tan... querido y protegido.

•••

Desperté con mi pierna sobre la cadera de Hyukjae y su erección presionando mi muslo. Una sonrisa traviesa cruzó mi rostro, no la veía pero lo sentía en mis labios.

Con cuidado me levante, deslizándome hasta estar ahorcajadas sobre el, me senté sobre su miembro semi erecto, acomode la capucha en cabeza y prepare el puchero más adorable con la mirada más inocente. Me incline al frente hasta estar a centímetros de su rostro. ¿Estará soñando algo o solo...? Me encogí de hombros restándole importancia, sólo me apoye en mis brazos que estaban al costado de su cabeza y aprovecharía la situación.

Comencé a moverme suavemente, sus brazos me envolvieron como si fuera un enorme tigre de peluche. Bese sus labios, sus mejillas, la mandíbula, su cuello el cual chupe un poco obteniendo un gemido de su parte así que mordí su hombro y me giré a verlo, sus párpados revoloteaban confusos.

—Creo que acabó de ver un lindo gatito. -Reí suavemente ante sus palabras, deslizo sus dedos desde mi espalda hasta mis glúteos y los apretó con fuerza.

—Roar. -Intente que soñara como un rugido.

Sus manos subieron desde mis glúteos hasta mis mejillas y las acaricio con tanto cuidado como si tuviese miedo de que me fuera a disolver en una nube de humo.

—¿Tuviste frío? -Su voz salió en un susurro grave entremezclado con un jadeo ya que mis caderas seguían en movimiento y su miembro seguía endureciéndose.

—Tome un baño y fui por ropa y esto es lo que encontré.- Asintió sonriéndome.

—Deberías traer tu ropa aquí, si vas en medio de la noche podrías resfriarte. -Acercó mi rostro y deposito un beso en mis labios.

Tal vez no debía mudarme, sería hermoso poder despertar así con él todos los días.

¿Ese podría ser un regalo de cumpleaños?

Por ahora seguiría jugueteando con él como el bonito minino que soy.

Moderation [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora