Capitulo 30 - Epilogo

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Dulce, si pudiera describir el amor, diría que es dulce. Como los chocolates, las paletas en forma de corazón, las gomas azucaradas y dulce como la miel. Empalagoso también seria otro adjetivo, aunque no importa que tanto y que tan atosigante sea, no puedo deshacerme de ese cálido sentimiento en mi pecho. E incondicional, no tiene que ver con las dos de arriba pero lo es, no importa que o como lo es, una muestra de lealtad ligada al respeto.

Hace mucho que no tenia amor incondicional, ni siquiera una familia, ahora tres años después puedo decir que Hyukjae y mis amigos son mi familia, aquellos que me han dado todo el amor que han podido y me han apapachado y apoyado sin pedirme absolutamente nada a cambio.

Creí que estaría solo, que tendría que lograr las cosas como pudiera pero me di cuenta que hacer algo por mi mismo no era lo mismo que hacerlo solo, el apoyo y los "empujones" nunca me los negaron. 

Creí que si mi familia no me quería, nadie más lo haría. Pensé que si las personas con las que estuve toda mi vida no me amaron por quien realmente era porque unos extraños lo harían. Si mi propia sangre me renegaba y menospreciaba que me podía espera de os demás, de aquellos desconocidos.

Pero me equivoqué, jamás estuve tan feliz de que así fuera. De que unos desconocidos me amaran. Personas que se cruzaron en mi camino, que insistieron en convencerme, que realmente querían amarme. Querían hacerlo y lo hicieron. Tal vez o tuve la familia que desee o la familia perfecta pero tuve una. No me crié con ellos, pero no importa porque aún así me conocen. Total y absolutamente.

—¿Tienes la llave? -Pregunto mi hermoso novio, llevaba unos jeans a la medida con un suéter azul rey.

—Si.- Me puse de pie presumiéndole el objeto colgando de mi cuello.

—Que astuto.- Dijo guiñándome un ojo. Me puse de pie y tome su mano colgándomela mochila al hombro.

Ambos salimos dejando a los de adentro haciendo su trabajo. Empaquetar, empaquetar y organizar, yo no nací para ese tipo de cosas. Prefiero desempaquetar, desempaquetar y desorganizar, es más fácil, rápido y sencillo. Es lo que siempre hago en casa mientras Hyukjae se encarga de ordenar.

—¿Esta lejos?- Pregunto entusiasmado.

—Media hora aproximadamente.- Responde encendiendo el elevador. Las puertas se cierran y este se comienza a mover. Tres años viviendo con Hyukjae en el departamento, tres años usando las escaleras, en mi defensa es más sano. Es que el elevador saca mi claustrofobia.

—Ya quiero verla, ¿Cómo crees que es?- Pregunte ilusionado, tratando de alejar el sentimiento que albergaba mi pecho mientras el ascensor descendía.

—Espero qué tal como estaba en las fotos, no pienso aceptar menos.- Hablo cuando salimos de ahí por fin. Caminamos hasta el estacionamiento dándole vueltas al tema una y otra vez.

—Es que, fue mitad y mitad. No puedo creerlo pude poner la mitad para comprarla. No es maravilloso, ¡pude hacerlo!- Exclamé extasiado. Hyukjae solo reía y me besaba, llevaba así todo el mes, era asombroso.

—Vámonos, entre más rápido lleguemos, más rápido la verás.- Dijo abriéndome la puerta del auto para que entrara. Asentí entusiasmado mientras la cerraba. Entro en el lugar del copiloto y encendió el auto, el sonido del motor solo me puso más ansioso. ¿Por qué no arrancaba ya?

—Puedo manejar.- Pregunte suplicante.

—Claro que no, desbordas desesperación por los poros, harás que tengamos un accidente.- Respondió con calma mientras salía del estacionamiento.

Me crucé de brazos enfurruñado, el señor responsabilidad ha hablado. A los cinco minutos se me pasó y estaba como niño pequeño preguntando si ya casi llegábamos y cuanto faltaba y porque no se apuraba.

Después del interminable y largo camino, aparcamos. Salí casi de un salto de auto y me quede de pie como idiota. Viendo la casa, nuestra casa.

Era de dos pisos, con tres habitaciones, cuatro baños, el comedor, la cocina y la sala. Y la habíamos pagado los dos. Estaba vendiendo mis cuadros e incluso dando algunos talleres, me pagaban bien y ahora teníamos una casa, era de ambos, no de él , no mía. De los dos. El patio de el frente tenía césped, un camino empedrado y dos enormes árboles.

Nota mental: Convencerlo de poner una hamaca.

Abrí la puerta del frente y entré corriendo con él a mis espaldas. El lugar era precioso, tenía un toque rústico, con las paredes, los adornos y la chimenea. Pero era perfecto. Subo corriendo las escaleras hasta encontrarme nuestra habitación. La cama era más grande que la del departamento y eso ya era decir mucho, tenía postes como las de antes ysuaves cortinas amarradas a ellos. Corrí a la ventana y se miraba un lago.

—Es un lago, un lago.- Apunte por la ventana como un niño pequeño.

Él se acercó a mi y me beso, dando pequeños mordiscos juguetonamente.

—¿Te gusta? Si se parece a la del catálogo ¿No?- Pregunto envolviéndome en sus brazos.

—Estas de broma es mucho mejor. Es tan grande, tan tan tan... Por Dios, mira los tapetes. ¡Están bordados!

Nos reímos, jugamos, nos besamos y le dimos como veinte vueltas a la casa descubriendo un detalle nuevo en cada una. Después de tantos años, después de tanto esfuerzo.

Tenía un hogar, una casa y no estaba solo. Hyukjae y yo nos quedamos acurrucados en los brazos del otro viendo el atardecer. Los pajaritos cantar y el silencio hacerse presente. Nosotros dos, solos y felices. Por fin viviendo en nuestra casa.

Ahora estaba con mi familia y mi hogar, nada más podía importar porque era feliz.

💙💙💙

FIN
Tan tan, se acabo. Espero que les haya gustado, tanto la historia como el final. Duro sino me equivoco un año y fue la segunda historia que escribí, el primer Eunhae, así que es especial de cierta manera.

Espero que les gustara leerla como a mí escribirla. Y si quieren darse una vuelta por mis otras historias son bienvenidos(as).

Los quiero mucho, cuídense. 🥰🤗♥️💙😍😘

Moderation [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora