Bebé 🚼

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Makoto dormía plácidamente sobre el pecho de Haruka quien acariciaba dulcemente el delicado cuerpo de su enorme novio, ese día habían quedado en salir a algún lugar a comer pero Haruka decidió cocinar y atender a su novio en su propia casa, así nadie más podría ver lo hermoso que Makoto era. Durante su relación Haruka había desarrollado una personalidad posesiva y sus celos se habían descontrolado de un día para otro, esos hechos hicieron que Makoto tomar la dolorosa decisión de darse un tiempo. Makoto era muy fiel, jamás lo engañaría y menos lastimaría voluntariamente a su novio, pero para Haruka ese no era el problema si no que los demás eran quienes causaban duda en el. Odiaba que los chicos que eran compañeros de Makoto se le acercaran e incluso que lo llamasen de vez en cuando. Makoto al igual que Haruka desarrollo una personalidad donde pudo defenderse de las acusaciones que el azabache le hacía sin tener pruebas y eso lo lastimaba a veces, simplemente le había dejado en claro a Haruka que debía de confiar en el, también tenía derecho a tener amigos y salir con ellos de vez en cuando.

Una vez despertó Makoto Haruka preparo la tina donde ambos tomarían un baño antes de la cena.

-Iras a visitar a tus padres?

-si, ire el viernes por la mañana y volveré el Domino a medio dia.

-voy a extrañarte mucho, Makoto 

-también te extrañare, me hubiese gustado que me acompañaras, es una lástima que tengas trabajo

-lo sé, pero podrás disfrutar tus días junto a tu familia

-también eres mi familia Haru

Los labios de Makoto fueron dulcemente besados por Haruka, el lo entendía su grandulón novio jamás le lastimaría, estábamos hablando de Makoto el ser más puro e inocente del mundo.

Una vez terminaron de cenar ambos se pusieron sus pijamas y se fueron a dormir. Haruka tenía la costumbre de abrazar fuertemente la cintura de Makoto, pasar sus manos por los costados y llegar al plano vientre del castaño, mientras este soltaba un suspiro y cerraba sus ojos después de desearle buenas noches.

La mañana llego llena de pereza, ambos debían ir a trabajar. Sus trabajos quedaban cerca asi que tomaban la misma ruta. En el viaje siempre Haruka le tomaba la mano a su novio y eso era muy común de ver, habían muchas parejas durante la hora de la mañana, estudiantes, trabajadores e incluso profesores. 

Se despidieron de un beso lleno de amor y se separaron. 

El dia de Makoto siempre era ajetreado, tenía muchos papeles que firmar y documentos que revisar y enviar luego buscar a su jefe para que los firmara, llevarlos a timbrar y esperar a que el ascensor llegara a su piso, era un caos, más los días lunes cuando su jefe llegaba de mal humor, Makoto era su secretario y debía de buscar la forma de hacer  más llevadera la mañana para su superior o de lo contrario este le daba aún más trabajo y debía regresar aún mas tarde a casa. El y Haru no Vivian juntos, ambos habían decidido tener su espacio de vez en cuando, aunque para Haruka hubiese sido mejor que compartieran el departamento así lo vería todos los días.

El día de Haruka era relajado. En su oficina todo estaba pulcramente ordenado y listo para que pudiese trabajar sin problemas, casi todos los días debía de revisar facturas y muchos documentos con demasiados números, pero estaba acostumbrado, adelantaba trabajo del siguiente dia asi todo era mas llevadero, además siempre salía unas dos horas antes que su novio asi que era doloroso para el estar solo en casa. Makoto vivía en unos departamentos a unas dos cuadras de su casa, pero para Haru aún era demasiado, quería disminuir el espacio entre ello a cero, estar siempre junto a Makoto.

El dia jueves en la tarde Makoto se sintió terrible, le dolía mucho la cabeza y el estómago, tenía náuseas y dolor abdominal. Él lo sabía, era un chico que tenía la posibilidad de dar a luz, pero se había estado cuidando, no quería arruinar a Haru, aunque él estaría feliz de estar embarazado pero no podía imaginar  como Haru se lo tomaría, sabía que no sería capaz de dejarlo pero tal vez se molestaría. Estaba hecho un atado de nervios, no sabía bien que hacer. Al término de su turno llamo a Haru, que de seguro estaría por salir del trabajo también.

HaruMako LOVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora