Prólogo

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La vida cuando se está en una guerra es difícil ya que siempre te hallarás con personas que solo buscan el bien común, sin importar que dañen a personas diferentes que no tengan nada que ver en la misma guerra... ¿Pero que era lo que más debía de importar? Los niños ya que ellos son el futuro de una nación, en ellos está el cambiar el pensamiento de las personas con sus actos nobles y dulces llenos de pura inocencia.

En la ciudad de Kyoto en estos momentos se está suscitando una guerra en donde las personas sirven a quien creen ellos hará que la nación cambie, aún así aunque la era Tokugawa no ha llegado a su fin varias personas desde ya ansían lo que es la paz de la nueva era...

En una pequeña villa que todavía no había sido tocada por la guerra vivían personas tranquilas y hasta inclusive trabajadoras, personas que cuando ven que alguien está desamparado sin importar nada da su apoyo y ánimo al prójimo; en un gran campo se encontraban varios niños jugando a las escondidas. Las risas de los pequeños era lo que impulsaba a cada adulto de esa villa para que ellos siguieran esforzándose, todo por proteger la inocencia de esas criaturas que ríen sin saber que se encuentran en medio de la misma guerra.

En un lugar más alejado de ese campo se encontraban dos niños claro con características peculiares, uno tenía su cabello de color rojo un rojo que al combinarlo con la puesta del sol se mira hermoso; unos ojos violeta que demostraban la inocencia que el niño no ha perdido. La otra pequeña de pelo negro azulado y ojos color esmeralda, su belleza natural era la sensación de toda la villa. Estos niños se encontraban sentados mientras miraban como sus amigos jugaban y se divertían, pero en la cara de los niños no albergaba la felicidad había algo que los tenía tristes.

-Ne Shinta-kun de verdad te tienes que ir yo le puedo decir a Oka-chan y a Otou-chan que te cuiden.

La niña quedó viendo a su amigo con unos ojos llenos de tristeza, ella por nada del mundo quería que la alejaran de su amigo. El niño en cambio le dio una sonrisa algo triste y le dijo.

-Lo siento Sakura-chan pero ya no es decisión mía ellos no quieren que me quedé al saber de como murieron mis padres ellos creen que estoy contagiado también.

La pequeña Sakura bajo su mirada ya que su amigo tenía mucha razón, Shinta es el único amigo que Sakura tiene el llegó a la villa hace 3 años el al haber conocido a la niña le agrado bastante; y así ellos entablaron una bonita amistad los padres de Sakura y Shinta se llevaban muy bien y les gustaba como los niños se protegían entre sí. Pero el año pasado los padres de Shinta murieron de cólera los padres de Sakura desde entonces han cuidado de el, pero los habitantes de la villa decidieron vender al niño a una caravana de esclavos los padres de la niña hicieron lo imposible para que dejarán al niño al cuidado de ellos... Pero los aldeanos no lo aceptaron ya que ellos creen que el pequeño también padece de la enfermedad, así que prefieren evitar una desgracia y vender al pequeño.

Volviendo al presente Shinta quedó viendo a su amiga él sabe que la noticia le cayó como un balde de agua helada, y el la entiende ya que no desea separarse de ella; el siendo el mayor por 2 años se prometió proteger a Sakura y el ver que ya no estará con ella le llena de tristeza. Así que se levantó de donde estaba sentado y se sentó para quedar enfrente de su amiga Sakura al ver a su amigo hacer eso le pregunto.

Sakura: Shinta-kun que es lo que sucede?

Shinta: *sonriendo* te tengo un regalo pero debes de cerrar tus ojos está bien?

La niña no se hizo esperar y cerró sus ojos ella sintió que su amigo le estaba poniendo algo en su cuello, la pequeña abrió sus ojos y quedó viendo que en su pecho tenía un collar ella lo tomo y dijo.

Sakura: *sonriendo* es hermoso Shinta-kun pero porque me lo das?

El niño se sonrojo notoriamente así que trato de aclararse su garganta y poniendo su mano en su nuca le dijo.

Shinta: *sonrojado* me iré y no se cuándo te vuelva a ver el collar que te di tiene un significado, tu tienes la mitad de un corazón o me equivoco?

La niña lo miro de nuevo y él tenía razón era la mitad de un corazón y era dorado... Era muy bonito así que ella asintió y dejó que su amigo siguiera.

Shinta: Haremos una promesa aquí tu y yo nos volveremos a ver de eso no me queda ninguna duda, así que cuando nos volvamos a ver uniremos el collar yo tengo la otra parte *sonrojado* Sakura-chan me gustas y cuando seamos más grandes quiero que estemos juntos.

El niño puso su meñique en el aire y le pregunto a su amiga mientras sonreía.

Shinta: *sonriendo* si estás de acuerdo por favor promete que no me vas a olvidar.

La niña de la nada empezó a sentir el ardor en su cara ella ya juraba que estaba sonrojada así que devolviéndole la sonrisa a su amigo unió su meñique al de él y le dijo.

Sakura: Si está bien es una promesa así que Shinta-kun no me vayas a olvidar está bien.

Ese mismo día en la tarde la pequeña Sakura se estaba despidiendo de su amigo ella estaba llorando en sus brazos, algunos miraban con pena a los niños y a otros no les importaba los padres de Sakura se acercaron a los niños y el pequeño con sus aires de protección por ella les dijo.

Shinta: Por favor les pido que protejan y cuiden a Sakura-chan, no dejen que ella se mete en peleas que no podrá ganar... Y cuando regrese me dejarían pedirle a ella que sea mi novia.

Los padres de Sakura vieron al pequeño pero luego se empezaron a reír así que el padre de la niña se agachó para quedar a la altura de Shinta y le dijo.

-vuelve dentro de diez años y te dejare ser lo. Así que solo te queda volverte fuerte ya que Sakura necesitará que la protejan está bien?

El niño asintió mientras sonreía y Sakura vio como el empezaba a caminar para subirse al carruaje en donde llevaban a los demás esclavos, así que ella empezó a correr para seguir a su amigo y cuando no pudo más le gritó.

Sakura: *gritando* Shinta-kun debes de volver y decirme lo que me dijiste, no se lo que significa gustar así que me lo debes de explicar... Pero tú también me gustas.

El niño escucho eso así que saliendo un poco del carruaje le dijo.

Shinta: *gritando* Sakura-chan me gustas.

Entre el amor y el odio solo hay un pasoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora