Entre el amor y el odio solo hay un paso

Cosas del destino

  1887

Décimo año de la era Meiji

Las calles de la ciudad estaban llenas de personas que iban apresuradas hacer sus diligencias, al haber mucho ajetreo es muy difícil distinguir a las personas que caminan en la misma ciudad; entre las personas que caminaban iba una joven con características peculiares. Cabello de color azul y ojos color esmeralda, ella llevaba un estilo de kimono diferente consistía en un hakama negro y su gi era de color morado de rayas. En si las miradas de los hombres se posaban en ella, pero no le prestaba la mayor atención ella al ser nueva en la ciudad estaba algo perdida... Pero era algo tímida para pedir direccionamiento, ella paro su caminar cuando a sus ojos ocurría un gran alboroto.

Ella se acerco entre el tumulto de personas para observar mejor se trataban de 6 hombres que estaban molestando a una mujer, y ella no quería ceder a los comentarios de ellos ella pudo observar que nadie hacia nada; así que cerro sus ojos y suspiro lentamente ella se había prometido que no se metería en este tipo de peleas... Pero al ver que nadie hacia o decía nada ella se acerco a la escena y con una voz clara y educada dijo.

-Disculpen si me entrometo en este asunto pero me queda claro que la joven no quiere irse con ustedes, si ustedes son unos caballeros me imagino que la van a dejar en paz verdad?

Las personas ahí presentes vieron con asombro y horror como la joven estaba hablando con ese grupo de hombres, que no traerían nada bueno la chica que estaba con ellos aprovecho para separarse de ellos y ponerse detrás de la joven que la estaba defendiendo; ella escucho por lo bajo algo que le dijo su salvadora.

-Si esto se pone feo vete corriendo de aquí y busca alguien que te ayude está bien?

Ella asintió a lo que le dijo ambas volvieron su vista al grupo uno de esos hombres tomo del mentón a la joven y le dijo.

-Es la primera vez que una mujer trata de desafiar me, dime hermosa es que acaso no sabes con quién te estás metiendo.

La joven llena de furia pero no dándola a demostrar tomó su mano y la alejo de su mentón y le dijo.

-Primero déjame preguntarte algo tú acaso no sabes con quién te estás metiendo, pues si no lo sabes lo vas a descubrir y solo déjame decirte algo detesto que un sucio hombre como tú me toque con sus pezuñas... Es algo que detesto de verdad.

Y sin mediar palabra la joven le dio un rodillazo en el estómago y le dio un golpe en la nuca haciendo que cayera al suelo, los demás hombres salieron para atacarla y así comenzó la pequeña batalla.

Mientras tanto un grupo se acerco para ver que es lo que sucedía ya que varias personas estaban diciendo que llamarán a la policía, así que uno de los integrantes del grupo dijo de manera casi emocionante.

-Porque no vamos a ver quién sabe tal vez nos encontramos con un buen oponente.

-Para ti todo es pelea Sanosuke de verdad que nunca cambiarás.

-Yahiko, Sanosuke no se queden ahí parados Kenshin ya se fue hay que ayudarlo.

Y así el grupo salió corriendo para ver en qué podían ayudar, pero al llegar ellos quedaron igual de sorprendidos que el pelirrojo una mujer de ropas muy elegantes estaba peleando con una gran maestría solo usando sus brazos y piernas; ellos podían ver que ella se movía con una gran agilidad al dar la última voltereta dejo inconsciente al hombre. Los presentes ahí iban a ovacionar a la valiente mujer pero vieron que casi uno la iba a atacar a traición, pero el golpe jamás llegó ya que la peliazul sintió que alguien la tomo de la cintura para evitar que la atacarán. Ella pudo escuchar que su ahora salvador decía al hombre que lo miraba con un gran miedo.

-Me parece un acto muy cobarde que un hombre ataque a una sola mujer, será mejor que se vaya y no se vuelva asomar por aquí.

El hombre salió corriendo dando gracias al cielo que el hombre le perdonó la vida, y así las personas dieron gritos de ovación por la valiente mujer y el joven samurai que ya es muy conocido en la zona; ella sintió que él la soltó delicadamente ella pudo ver mejor a la persona y ambos de la nada quedaron sorprendidos... Ninguno sabía el porqué pero sentían que ambos se conocían, ella pudo observar que unas personas se acercaban ella suponía que eran sus amigos; un niño se acerco a ella y le dijo.

-Eres grandiosa como acabaste con esos hombres con esos ataques en donde lo aprendiste.

Ella iba a contestar pero una joven le pregunto con un tono de preocupación.

-Te encuentras bien esos hombres no te hirieron?

Ella sintió que la mirada de ella se centraba en su brazo se lo tocó y había sangre, ella un poco apenada les dijo.

-No se preocupen está herida no es nada yo veré cómo me la trataré, aunque creo que si necesitare algo de ayuda médica.

La joven de antes le dijo con una sonrisa amable.

-Nosotros tenemos a una amiga que es doctora te podemos llevar con ella, pero si me permites presentarme mi nombre es Kaoru Kamiya es un gusto.

La joven hizo la respectiva reverencia y se presentó.

-Es un gusto Kaoru-san mi nombre es Sakura Miyamoto...

Y ese nombre hizo que Kenshin se quedará congelado el solo nombre de la señorita que tiene a su lado le recordó a alguien, el siente que ya la conoce pero no sabe exactamente de donde... Kenshin no era el único que se sentía así ya que Sakura sentía que él le recordaba a alguien pero no sabía a quien, ella llegó a la ciudad con el propósito de ver a un viejo conocido pero también para buscar pistas sobre una persona. Será que en Tokio están todas las respuestas a las preguntas que se ha hecho en la última década?

Continuará...