Capítulo 1

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Nuevamente me encontraba atravezando el camino entre los árboles que se elevaban varios metros sobre mi cabeza, rodeada de neblina que humedecía el aire.  Luego de quince minutos, o tal vez más, llegué al estudio de investigación que compartía con mi mentor, el señor Jo.

Identifiqué la llave por su color cobre opaco. Hacía notar lo oxidada que estaba, tal vez era hora de pulirla. La inserte en la cerradura del mismo aspecto, luego abrí la puerta adentándome en el recinto, sin luz, como siempre. Cerré la puerta de madera y no me moleste en quitarme los zapatos. En éste punto sabía que era más seguro pisar con una suela de por medio o terminaría sin pié.

Llegando al pasillo de la casa vi la luz en el despacho, percibía el tenue olor a humo y cera vieja, aspiré algo de polvo al respirar y me sentí extrañamente en casa.

Seguro seguía trabajando para atrapar a la criatura que constantemente lo acosaba, ya que lo vi sentado mirando al espejo.

No se inmutó al oírme llegar, tal vez siquiera me había oído como otras veces. Reí al recodar alguna de esas ocaciones.
Me acerqué a él rodeandolo hasta toparme con su rostro. Lo miré soltando un alarido.
El brillo en sus ojos ya no existia, se había esfumado al igual que su calor y ahora solo quedaba un cuerpo frio, duro. Sin vida.

Lo confirme luego de tomar sus signos vitales, tal como me había enseñado.

—Está muerto. —Dijo Dami desde una esquina del cuarto, mirando los libros en la estantería. Su tono de voz frío me irritaba, sin duda era una insensible—... ¿Causa?

—No lo sé... No creí que este día fuera a llegar tan de la nada.— Lo recorrí con la mirada, ni siquiera tenia arrugas en su tosco rostro. Estaba escribiendo sin mirar, tan típico suyu... Pero ¿qué?

Tomé la hoja con cuidado de no romperla por el peso de su mano encima. Los trazos apenas se podían entender.

15 de febrero

Espejo del espacho
Ahí está
Me sonri
Saluda
Piri
Salió su man
Se acerc

Salio del esp... Min
Negro

Varias palabras sin terminar y ahora entendía mejor su estado. Ella, o lo que sea, salió del espejo...
Creímos que eso no era posible, después de todo no lo hizo en estos 16 años, Jo hasta había intentado pasar a su la lado pero solo podía tocar el vidrio. Al menos eso me dijo.

¿Entonces por qué ahora?

Me acerqué al único espejo de la casa y lo toqué con la esperanza de pasar los dedos al otro lado.

—¿Qué haces?

—¡AAH!— Di un manotazo al aíre volteando en esa dirección. — ¡Dami! ¡No me asuste así!

—Tú te asustas sola.—giró los ojos— Te pregunté algo.

Asentí con la cabeza enseñándole el papel en mi mano, ella lo miró.

—¿Creíste que podrías pasar? ¿acaso eres idiota?

—Bien, ya sabes por dónde está la puerta. Vete.

Fui hasta el cuerpo de Jo mirándolo mientras pensaba qué hacer. Después de todo escribió eso para mí, estaba segura. Entonces yo debía completar la investigación, no podía dejarla luego de cinco años, sin contar los suyos.

Tomé otra hoja, la pluma negra, el banco debajo del escritorio. Estaba lista para un nuevo descubrimiento.
1- Si se puede pasar al otro lado
Cómo: ----

2-

—Solo tengo eso...

—Yo creo que deberías prestar más atención a los detalles, él lo vive repitiendo. — Ahí estaba de nuevo la de baja estatura hablandome cerca y de la nada.

—Lo sé... Veamos, anotó lo que vio, si lo vio puede... No, es importante. Solo tengo ésto y hay que exprimirlo ¿verdad? —La mire luego de estar yendo y viniendo entre ambas hojas— Siempre lo mira, sonrie o saluda. Seguro quiso tomarlo por sorpresa ¿crees que podía escapar? ¿Qué es "Piri"? ¿Y "Negro"? No recuerdo que tengamos esas palabras entre nuestros códigos. —Fruncí el ceño tratando de recordar algo.

—Deberías empezar por averiguar eso ¿No crees? Y deja de hablar en voz alta. No sabes si escucha o no, tal vez está ahí esperando.

—Tienes razón, —susurre— ¿crees que pueda escucharnos?

—No lo sabemos.

No me quedé con las preguntas en la mente, en papel era más fácil de visualizar mientras pensaba. Descartaba algunas ideas, me focalice en otras pero la realidad era que, si no buscaba qué eran esas palabras, no llegaría a ningún lado.
Había llegado el momento de revisar los libros de la casa. Recordaba cada diccionario que había visto entre polvo y telarañas para darme alguna pista.
El resultado era siempre el mismo, nada. Y Dami no estaba mejor que yo.

Dieron las 12 en punto. No había mirado el reloj pero lo sabía. Una intensa mirada siempre se posaba en mi espalda a esa hora.
También me indicaba que llevaba hora y media revolviendo los diarios de Jo. Leyendo cada palabra muy por arriba sin encontrar lo que quería.
Era la primera vez que hacía uso de sus diarios sin permiso. Lo creía justifocado, él estaba muerto.
¿Debía enterrarlo? No me agradaba la idea.

Luego de sepultar el cuerpo de la pequeña volví a escuchar ese ruido, ese sonido que no escuchaba hacia años.
Corrí hacia el hombre que me esperaba en el auto, le pregunté qué era. "Una flauta, ¿verdad que es molesta? Aquella niña vivia tocando su Piri de aquí para allá. Se metió con algo fuera de su alcanze y mire como terminó."
Le agradecí y volví a juntar mis cosas dejando que terminara su cigarro.

—Es una flauta, Dami.

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29/8/2019
Ah es mi primera historia de misterio así que no sé cómo vaya a resultar pero agradezco cualquier sugerencia para mejorar.
So, espero que les guste.

El demonio del espejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora