Capítulo 22

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Lo primero que hice después de liberarme de la planta en mi brazo; fue volver a ponerle las cadenas al libro. Apenas lo hice la flor morada se encogió hasta ser un capullo que apenas sobresalía de las hojas. Parecía un separador. Pero si había algo seguro es que nadie debía volver a abrirlo o toda la energía negativa que tenía guardada podría volver a salir; y no sonaba a nada bueno.

Dejé el cuaderno negro en el estante de arriba de la pequeña biblioteca que había en la habitación. Pude ver el frazco roto siendo juntado por la peliceniza y a las demás sentadas cómodamente en los espaciosos sillones. 

Miré la sala de estar con más atención.

Reinaban los colores claron en las paredes, cortinas y sillones mientras los muebles eran naturalmente marrones por la madera. Dos pequeñas y altas bibliotecas repletas de libros caseros. Dos mesas pequeñas; una entre los sillones y otra junto a la ventana. Habia una puerta que llevaba a una habitación. Mi habitación.

Tanto yo como Yoohyeon nos sentamos también. Una al lado de la otra frente a Bora. Crucé una mirada con Dami y supuse que tan solo me quedaba esperar para saber qué había pasado. 

—Estábamos en el jardín tratando de no aburrirnos. Como siempre —empezó a contar Bora, tomandome por sorpresa. No esperaba que tambien hablara del comienzo —. Yoohyeon había ido a buscarte por que hacía mucho que no salías de tu habitación, ya que solias buscar cosas para escribir e investigar... Tú llegaste pero ella no, estaba tardando bastante. Supusimos que se había distraído con algo más o que sólo intentaría asustarnos por millonésima vez. Lo normal. 

—Había venido a ver lo que escondía JiU unnie. En realidad solo quería ver pero se me calló el frazco, y la araña... pues me picó... Después de eso no recuerdo más. 

—Cuando llegaste estabas rara, Namu. No parecias la de siempre. Y fuiste directamente contra Gahyeon. La tomaste del cuello. Minji dijo algo bajo y corrió hasta ti. Pero la golpeaste tan fuerte que salió volando casi. Luego empezó a preguntarte por una araña a los gritos. Se veía realmente muy enoja. Admito que me dió miedo. 

—Luego con Yoobin y Dong —tomó la palabra Siyeon.—quisimos saber que pasaba y nos dijiste que necesitabas una flauta. Nos gritaste que te la traigamos mientras Gahyeon desaparecía. Se estaba esfumando. Dong fue corriendo a buscarla y Bora seguía mirando como si tratara de conectar dos piezas. 

—Estaba segura que todo eso tenía que ver con lo que dijiste de pasar al otro lado. Pero no sabía cómo.

—De hecho sí — me animé a hablar.—. El piri, la flauta, la había usado para abrir una puerta al otro lado. La prueba fue dejar entrar una araña, creo, no esperaba eso específicamente pero fue lo que pasó. Creo que esperaba que hablara o algo, que me dijera cómo era allá, o si podiamos pasar. Debe haber algún cuaderno donde tenga todo explicado.

 —Sí. Fue el que le enseñé a Namu para que volviera a ser ella. El tiempo que estuve bajo el poder de El, entendí que siempre había una rendija por donde volver a tomar conciencia. Yo escuché la voz de Siyeon y me desperté pero no podía moverme.

—¿Y cómo es que Dami y yo salimos de aquí y ustedes no?—pregunté puntualmente. 

—Era obvio que si alguna de nosotras sabía cómo solucionar esto, esa eras tú. Le dije a Siyeon que fuera lo que fuera que llegara a pasar, debias salvarte para salvarnos.—sonreí al ver que tal vez si tenía algunas varias razones para que nos llamaramos "amiga". Ciertamente era muy intigente, me conocía y apreciaba el hecho de que no hubiera gritado hasta el momento. Lo cual podía clasificar como extraño. 

—Es verdad. Te convencí de pasar el portal junto con Dami. Cuando Dong estaba por pasar llegó Yoohyeon. Y me atacó. —Y hablando de Yoohyeon; parecía sentirse muy mal con lo que contaba la peliazul. No dejaba de juguetear con sus dedos y su rostro apuntaba a nuestros pies. Golpeé mi codo con el suyo levemente, me miró y le sonreí, aunque enseguida miré a Han Dong cuando empezó a hablar.

—Siyeon te gritó que cerraras el portal y lo hiciste. Yo quedé atrapada en una especie de limbo y supuse que debía vijilarte. Después de que se cerrara no duraron mucho vivas, no sé realmente por qué. Y supongo que el resto lo sabes, es tu vida hasta ahora. 

—Bora, te perdiste en el bosque ¿Verdad?. Y supongo que yo sabía respecto al portal que había en el desierto. 

—De hecho era una teoría. Acertada por cierto.

Ahora que tenía todas las piezas del rompecabezas, era momento de pasar a uno del que siquiera tenía las esquinas.

—Y con respecto a lo que pasó hace unos minutos... ¿Qué pasó exactamente cuando Yoohyeon volvió a ser ella misma? No recuerdo nada después de eso.—afirme esperando que la más baja hablara como siempre, parecía disfrutar ser el centro de atención. Pero en su lugar la suave vos de Yoohyeon llamó mi atención. 

—Dabas miedo unnie. Tal vez por que también temía que te enojaras por tocar tus cosas, por entrar en tu habitación sin permiso además de engañarte para que bajaras con las demás —se detuvo un momento, seguramente pensando en que tal vez lo mejor era no enumerar sus delitos. Y sí, estaba la posibilidad de que me enojara, era de un 99%. El 1% restante se debía a la sensación que me transmitió ese recuerdo. La sonrisa traviesa en sus labios era evidente, yo probablemente sabía qué planeaba. O al menos tenía la leve idea —. Pero volviendo a lo importante... Creo, estoy casi segura, de que una vez que yo volví a este plano, El se metió en ti. Por que trataste de lastimarnos.

El lloriqueo, los gritos de Siyeon y Bora... Se debían a mí, pero no por que me estuviera moriendo. Era interesante.

—Lastimarlas... ¿En qué sentido? ¿Qué hice exactamente? 

—Ahorcaste a Namu —Siyeon era directa, algo fría pero sincera. Buena informante.—. Pero en cuanto Bora se acercó a ti, lanzaste a Namu contra ella.

—La intención era golpearte. Simplemente eso. Hasta que anticipaste lo que iba a hacer y pasó lo que pasó. ¿Saben que es lo que aún me sorprende? ¡El golpe de Dongie!

—¡Es cierto! —apoyó Siyeon a su pareja mientras Dong adquiría un adorable sonjoro. También sentí un cosquilleo en mis dedos, todo a causa de la chica del espejo. Ella también estaba sonrojada por alguna razón ¿acaso iba a tomar mi mano? —Creo que eso tomó por sorpresa hasta al maldito demonio. Entonces me tiré encima tuyo, realmente no sé por qué pero creo que quería no sé, matarte.

—Que sincera. —Reí. Parecían muy animadas por contar aquellos sucesos. Entre los múltiples ataques de la peliazul, el intento por ahorcarme desde atrás de Dami y los gritos de Bora no pude evitar pensar que todo había sido realmente un caos. Me sorprendió la actitud tan osada de mi amiga.

—No tenías a dónde ir. La barrera de sal funcionó perfectamente. Solo faltaba controlarte para que no nos mataras. Entre las cicatrices que volvían a crecer en Gahyeon y que Yoohyeon parecía inmovilizada, resultaba difícil controlarte. Dami decía que fueramos contra el cuaderno y la Planta, Dong contenía a Gahyeon, estabamos todas gritando. ¡Y tú estabas hablando súper raro!

—Estabas hablando en latín perfectamente. Tu sueño desde que conociste al señor Jo se hizo realidad. —Dijo Dami con una sonrisa, tomandome por sorpresa con ese gesto. Aunque le tomé más importancia a lo que me contaba.

—Y no estaba conciente... ¿Qué estabas diciendo?

—No lo recuerdo.

Quise maldecir por no tener ningún recuerdo de aquello. Pero al ver que la conversación prontó se acabó cuando llegó mi colapso ya no supe qué seguía. Todo aún se trataba de acomodar en mi cabeza para darle un sentido.

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24/7/2020

El demonio del espejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora