VII.

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Caminé a la sala en donde estaban mis papás preocupados, en cuanto me vieron se levantaron y corrieron hacia mi para abrazarme.

-Que bueno que has llegado, te queremos presentar a unas personas importantes-me dijo mi papá de inmediato.

-No me digan, es su jefe y su esposa-dije acertadamente.

Se quedaron callados al ver que adivine, suspiré y me acerque a ellos para saludarlos.

Reverencie al tenerlos enfrente pero mayor fue mi sorpresa cuando al levantar mi mirada reconocí a la persona con la que habia chocado hace algunos días.

-¿U...Usted?-estaba en shock.

-Hola de nuevo querida-me sonrió con cariño.

Iba a decir algo cuando tocaron la puerta y mi mamá fue a abrir.

-Perdón ______ pero te vine a dejar tu mo...-se quedo callado al ver a los presentes.

Hizo una reverencia por respeto ya que eran mayores y luego me volteó a ver.

-Tu mochila ______-me la entregó.

-Gracias MinHo-la tome y le sonreí.

-Sabes que cuentas conmigo para todo, nos vemos mañana-dijo y lo acompañe a la salida.

Me marcó y me dijo que no colgará ya que quería escuchar todo lo que dijeran las personas que estaban adentro.

-De nuevo gracias-lo abrace y besé su mejilla-, nos vemos mañana-dije y caminó a su auto.

Lo vi marcharse y volví a entrar pero con la llamada activada, iba a volver a la sala cuando tocaron la puerta de nuevo.

Reí con levedad al pensar que era de nuevo MinHo y solo la abrí.

-MinHo, ¿ahora que...?-me quedé callada en cuanto vi a esa persona.

-No me llamó MinHo querida-me dijo ladino.

-¿Qué quieres aquí?-le dije molesta.

-Me invitaron a venir tus padres, ¿puedo entrar?-solo se dedico a verme.

No tenía de otra, era el invitado de mis padres y el hijo de su jefe.

-Adelante-lo dije seria y le permití entrar.

-Gracias linda-acarició mi mejilla.

Le di un manotazo y lo miré mal.

-No me toques-me alejé de él.

Me siguió hasta que llegamos a la sala y sus padres lo abrazaron en cuanto lo vieron.

Nos sentamos para hablar y la última decisión la teníamos los involucrados.

-¿Y qué deciden?-preguntó el señor Jeon.

-Si/No acepto-lo dijimos al unísono.

Me miraron con susto mis papás al decir ese no y solo me suplicaban con la mirada.

-Se los habia dicho, no me pienso casar con un vampiro, trabajaré y los voy a mantener de eso no hay duda pero NO me voy a casar-me levanté del sofá.

-Piensalo al menos un poco hija por favor-me imploró mi mamá.

-Ya dije que no, si me disculpan iré a cambiarme de ropa-reverencie y subí las escaleras.

Entré a mi habitación y me dieron ganas de llorar en ese momento, hablé por el teléfono con MinHo para desahogarme.

-¿Qué hago MinHo?-no paraba de llorar-, quiero ayudarlos pero no me quiero casar.

-Te entiendo ______, lo escuché todo-me lo dijo preocupado.

-¿Qué hago entonces?-solloce en la bocina.

-Primero que nada calmate, ya que llorando no vas a arreglar las cosas y segundo; piensa bien las cosas, tus papás no se quieren quedar sin trabajo y mucho menos que tu los mantengas, ¿correcto?

-Si pero...-me interrumpio.

-Dejame terminar ______, tal ves te dejen en paz al ver que haces un buen trabajo como esposa y te den una oportunidad de ser libre otra vez-propuso.

-Eso lo dudo MinHo, si ven que hago un buen trabajo menos me dejaran ir-suspire con tristeza.

Se quedo callado un poco y en lo que respondía me cambie el uniforme.

-Es mal consejo ______ pero...acepta el matrimonio y creeme que te ayudare a sobrellevarlo, para eso son los amigos-se escuchó acertivo.

Me parecio una locura pero decidi hacerle caso, veremos que dice el tiempo.

-Estás loco MinHo pero aceptaré hacerlo-

-Bien, ya esta decidido, nos vemos mañana en la escuela-dijo y colgó.

Esta loco pero a veces tiene mucha razón.

Esclava De Un VampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora