Capítulo 8.

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Con la visita de su madre, Haruto se vio casi obligado a quedarse, él le comentó a su madre que Junghwan tendría una cita con la psicóloga y la mujer le dijo que iría con él. Técnicamente le dijo que ella se encargaria de todo, a fin de cuentas es su hijo.

—Pero yo quería ir. Incluso la cita la hice yo —estaba de nuevo discutiendo con la mujer.

—Deja que me encargue, tú puedes hacer citas con alguien más —ahí estaba de nuevo molestando con eso. Todo el fin de semana hicieron eso y Haru ya no quería ni hablar porque sacaban ese tema—. Hey, no pongas esa cara.

—Me rindo, con ustedes no se puede. Si no es Jihoon hyung, es Junghwan o sino tú —se cruzó de brazos.

—Ya me voy —se estaba riendo la mujer—. Regresamos en unas horas. Si sales deja una nota o algo.

—Sí —habló con un tono cortante.

Ya había aceptado que lo molestaran con eso. Ya estaba más que resignado, sacó su celular y marcó un número con la esperanza de que contestaran.

Hola —respondió casi de inmediato.

—Hola —dijo para no decir más y quedarse unos segundos.

¿Pasó algo? —preguntó rompiendo el silencio.

—Sí

¿Q-qué cosa?

—Tengamos una cita —estaba siendo directo. ¿Qué podía perder?

¿Eh?

—Te estoy diciendo que hoy te veo en el parque central a las 5. Ponte lindo.

Que directo —empezó a reírse—. Está bien, te veo ahí.

—Te veo al rato, chao —colgó la llamada y guardó su celular. De verdad le había pedido una cita y ahora pensaba en eso.

—¿Qué acabo de hacer? —preguntó como si alguien le fuese a responder.


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—¿Podría dejarnos solos a Junghwan y a mi?

—Claro licenciada —salió del consultorio.

—Si tenías pena de decirme las cosas, tu madre ya no está aquí. Siéntete tranquilo

—Gracias —dijo mientras jugaba con sus dedos—. Tengo pesadillas aún. A veces siento que son reales porque cuando él me toca lo siento demasiado real que me asusta.

—¿Quien es el?

—La voz en mi cabeza. Constantemente me molesta, le he gritado una infinidad de veces que no es real, pero igual sigue ahí —Bom estaba anotando todo con una cara de sorpresa.

—Prosigue —asintió el menor.

—Incluso cuando estaba inconsciente me molestaba. Siempre es así, gritó en sueños y cuando menos lo espero ya estoy gritando en la vida real. Me es confuso.

—¿Y sólo lo oyes?

—Sí, es raro. Me atormenta esa voz. Siempre quiere decirme que hacer, nunca se va.

—¿Tomas algún medicamento? ¿Drogas? —el menor negó con la cabeza—. Ok.

—¿Por qué las preguntas?

—Yo no puedo ayudarte mucho, creo que tendré que pasarte con mi colega. Él es psiquiatra.

—Oh


Corazón Nuevo [HaJeongwoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora