Prólogo

598 72 10
                                    

—Te amo tanto —había terminado de leer la carta después de haber despertado, entró en una gran desesperación pensando que era una broma—. No, dime que no es verdad.



_____

—No abre este niño —se quejaba mientras estaba en llamada y tocaba la puerta.

Tranquilo Haru, toca más fuerte a ver si lo hace —Jihoon sonaba relajado a través del teléfono.

—No responde. Forzare la puerta.

No lo hagas Haruto.

—Es urgente hyung —frunció el ceño y logró abrir la puerta.

—¡¿Pero qué carajos hiciste?! —gritó al abrir la puerta del cuarto de su hermano. Llevaba un rato tocando y él no respondía, así que optó por forzar la puerta, estaba dispuesto a regañarlo porque no abría la puerta cuando lo encontró en una situacion algo incomoda, que digo incómoda, en una situación espantosa.

¡¿Qué pasó Haru?! —sonó algo angustiado.

—Es...—dejó caer el teléfono—. Llama una ambulancia, por favor. Diles que es urgente.

Voy para tu casa.

Como pudo se subió a una silla y descolgó a su hermano, evitando caer. Lo primero que hizo fue revisar el pulso y la respiración del menor.

—Junghwan, responde —estaba entrando en desesperación.

—¿Qué pasó aqu....i? —Jihoon entró como Juan por su casa al cuarto de Jung con un celular en la mano, estaba agitado porque había corrido para llegar rápido con Haruto. Se le fueron las palabras la ver a su amigo llorando.

—Estaba colgado —susurró. Jihoon dio la información que faltaba a la operadora para que procediera a mandar una ambulancia.



[-----]

Se encontraban sentados en la sala espera del hospital, lo bueno de vivir relativamente cerca de un hospital es que no tardas demasiado en llegar. Fue un plus que no hubiera tráfico ese día.

—Tranquilo Haru, todo va a estar bien —el mayor le daba palmadas para reconfortar a su amigo.

—Gracias por estar aquí bro.

—Ere mi mejor amigo —le sonrió—. Anda, ve a comer algo. Yo te aviso cualquier cosa.

—No, Jiho...—lo interrumpió poniéndole la mano en la boca.

—No te pregunté, andando —le dio un empujón y Haruto terminó haciéndole caso.

Se paró el pelinegro y fue a la cafetería a comprar algo para comer, para su suerte se le había ocurrido la brillante idea de no desayunar a la hora de siempre y ahora moría de hambre. Buscó una máquina dispensadora para comprar algunas galletas o cualquier cosa con tal de no tener el estómago vacío.

—Mierda, no me alcanza —escuchó mientras iba caminando, le dio risa por como se oía esa palabra en la boca del chico.

—No deberías decir esas palabras, los chicos lindos no maldicen —se rio llamando la atención de aquel chico y este solo se rascó la nuca—. Soy Haruto.

—Eh...soy Jeongwoo —dijo tímido para después extender su mano. Haruto no dudo en corresponderle el saludo.

—¿Y qué haces aquí? ¿A quien visitas?

—En realidad vengo a consulta —la sonrisa de Haruto se desvaneció.

—Oh —su incomodidad se notaba—. Ya veo —se rascaba la nuca.

—Tranquilo, no pasa nada —la sonrisa que tenía contagiaba a Haruto.

—Cambiando el tema, ¿qué era lo que ibas a comprar?

—Quería un juego y un sandwich.

—Perfecto —lo tomó de la muñeca y lo dejó en la mesa sentado.

—¿Qué? —no se soltó del agarre del pelinegro, pero su actitud lo había desconcertado un poco.

—¿Jugo de naranja y chilaquiles verdes acompañados de una ensalada de frutas está bien? —Haruto se sorprendió por su actitud con el castaño.

—¿Qué?

—¿Entonces rojos o verdes?

—No te entiendo Haruto.

—Te estoy invitando a comer, ahora dime si quieres chilaquiles rojos o verdes —le dio una sonrisa pequeña.

—No es necesario que lo hagas —sonrió tímido.

—Yo invito, acepta y dejó de insistir —el castaño solo asintió y Haruto se dio la vuelta sintiéndose victorioso por haber convencido al chico de comer con él.

Haruto se sentía demasiado sorprendido por su actitud con el castaño, tanto que le daba un poco de miedo, nunca se había comportado así con alguien. Compró el ¿desayuno-comida? y 2 jugos para tomar y finalmente fruta para acompañar los chilaquiles. 

Corazón Nuevo [HaJeongwoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora