Capítulo 20.

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—Todo va a estar bien —trataba de mantener la calma—. ¡Todo va a estar bien! —gritó cayendo de rodillas, no lo decía para él, lo decía para sí mismo. Quería convencerse de que todo estaba bien.


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Lo que había pasado fue algo que nadie esperaba, ni él mismo. Haruto había decidido acompañar a Jeong despues de que fueron al cine, la casa se encontraba en silencio, cosa que le pareció rara a ambos ya que la mamá de Jeong no solía dormirse temprano cuando estaba en casa. Entraron tratando de no hacer demasiado ruido, al entrar Jeong se dirigió a la cocina mientras Haru entro casi corriendo al baño, necesidades fisiológicas que tenía que atender. Casi sale en calzones al escuchar un grito.

—¿Qué pasó...Jeong? —el tono de su voz desvaneció al ver lo que Jeong veía. Haruto no sabía si era por la impresión o por haber comido demasiado, pero quería vomitar. Jeong empezó a hiperventilar y Haru entró en desesperación, pero trato de mantener la calma—. Jeong, tranquilo —lo tomó de los hombros. Cuando sintió un empujón, Jeongwoo lo había quitado.

—Pide una ambulancia —dijo casi con un susurro. 

Entonces Jeongwoo cayó al piso de golpe dejando a Haru aturdido.



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No sabía qué hacer, ni a quien llamar, estaban solos ahora, quería mantener la calma. Estaba dando vueltas casi arrancándose los pelos de la cabeza. Su celular vibraba y vibraba, pero decidió ignorar las llamadas.

—¿Haruto? —lo llamó una voz que le parecía familiar—. ¿Qué haces aquí? ¿Pasó algo? —era el tío de Jeong.

—Creo...creo...creo que usted es la única persona en la que puedo confiar ahora —estaba suspirando, trataba de mantener la calma—. Je-Jeong

—¿Pasó algo con él? —se limitó a asentir con la cabeza—. ¿Yonhee no está?

—Lo que pasa es que...es que...e-ella est...a mu-muerta —trato de mantener la calma.

—A ver Haruto, mantén la calma —apretó el hombro del chico. Como médico no podía mostrarse sensible en esos momentos—. Deberías llamar a tu madre. 

—Lo siento...

Haruto lo vio irse, sabía que el hombre tenía cosas que hacer, pero se sentía un poco más aliviado, logró tranquilizarse finalmente y llamó la unica persona que podría ayudarlo.

Que bueno que llamas, me tenías preocupado.

—¿Estás con Midam? —preguntó mientras sorbía por la nariz.

Sí, ¿para que lo ocupas?

—Ya te dire despues. Me urge que me lo pases —estaba dando vueltas en la sala.

Está bien —escuchó como Junghwan llamaba a Midam—. ¿Qué pasa?

—Llegamos a casa de Jeong, yo fui directo al baño y cuando estaba ahí escuche un grito. Rápido corrí encontrandome con Jeong temblando y su madre estaba en el suelo rodeada de sangre con múltiples puñaladas en su cuerpo.

¿Qué? 

—Jeong sufrió un infarto. Ahorita estoy en el hospital, creeme que no se que hacer, ya hable con el tío de Jeongwoo. Estoy tratando de mantenerme en calma, pero ya no puedo.

Ok Haruto. Lo importante ahora es que a Jeong ya lo están atendiendo. Tú estás bien y en un lugar seguro. Tranquilizate un poco, respira profundo. ¿Quieres que vaya para allá? 

—Sinceramente no sé —seguía dando vueltas como loco.

Está bien. En un rato llegamos.

 —Gracias —colgó mirando hacia el techo soltando un suspiro.

—¿Qué se hace en estos momentos? —preguntó al aire como si alguien fuera a responderle.



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Su tío le había advertido que estaba más débil y que debería retomar la cirugía, lo cual finalmente cedió. Ahora tenía que enfrentar más problemas, desde la lista de espera hasta el funeral de su madre, la demanda, muchas cosas para un joven adulto de tan solo 20 años.

—¿Cómo te sientes? 

—¿Cómo crees que debo sentirme? —se sentía irritado—. Estamos en el funeral de mi madre.

—No te alteres amor —Haru solo agachó la cabeza.

—Perdón Haru, no me siento con ánimos.

—No te preocupes —tomo su mano dándole una pequeña sonrisa.

Jeong estaba dando vueltas, sabía que pronto subiria él a dar su discurso, se sentía nervioso. Haruto solo lo reconfortaba frotando su espalda, no tenía que decir algo para saber que él estaba ahí apoyándolo en uno de los momentos más difíciles de su vida.

—Buenas tardes queridos familiares y amigos. Mi nombre es Park Jeongwoo, el único hijo de Lee Yonhee —suspiró un poco acercando el micrófono—. Mamá siempre estuvo allí —tenía los nervios a más no poder, pero se mantuvo tranquilo y continuó hablando—. No recuerdo un solo momento de mi infancia y parte de mi juventud en donde hubiese necesitado de ella y no estuviese con su voz suave, sus cariños, abrazos y besos. Recuerdo cuando me abrí a ella acerca de mi orientación sexual, yo me sentía nervioso, no sabía como respondería, creía que me daría la espalda, pero no pasó, ella estuvo ahí apoyándome, nunca me dio la espalda —hizo una pequeña pausa—. Eso me da tranquilidad, porque sé que aun cuando a partir de ahora no estará en nuestras vidas presente físicamente, ella –como madre que es- buscará la forma de seguir con nosotros, de estar ahí cuando la necesitemos, de darnos consuelo como siempre, porque esté donde esté siempre seguirá siendo nuestra madre —de nuevo hizo una pausa para suspirar con fuerza—. Por eso esta reunión no debe ser motivo sólo de tristeza, sino que debe conllevar un poco de esperanza, e incluso de alegría, porque aun cuando en la tierra ha muerto una mujer, una excelente mujer, que fue madre, hermana, hija, esposa, compañera y amiga de muchos de los presentes, en el cielo ha nacido un ángel, que nos cuidará e intercederá por nosotros. Esto no es un adiós, es un hasta la próxima. Sin nada más que decir, hasta pronto, mamá.

—Es cierto, que uno siempre anhela poder compartir su vida y estar al lado de todas las personas que uno ama, porque cuando perdemos a un ser querido simplemente nuestro corazón se llena de un inmenso vacío y de una profunda tristeza al saber a ciencia cierta que no volveremos a ver físicamente a esa persona en este mundo —se sentía nervioso hablando—. Yonhee me aceptó como parte de su familia, estuvo ahí para escucharme cuando podía, siendo yo un nadie me dio la oportunidad de conocerla y compartir con ella momentos hermosos, me permitió estar con su hijo. Sin duda fue una gran mujer —sonrió un poco—. Yo Haruto, quiero expresar mi más sincero pésame y mis más profundas condolencias a todos ustedes y un abrazo muy fuerte. Dios bendice el alma de Lee Yonhee, esta gran mujer.

Corazón Nuevo [HaJeongwoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora