Corazón Nuevo [HaJeongwoo]

Capítulo 10.

Se encontraban sentados debajo de un árbol mientras observaban el atardecer. Llevaban un rato ahí en silencio sin decir nada, su silencio era cómodo y placentero. La gente caminaba y los observaba, no es como que sea difícil de ver a dos personas usando pijama y pantuflas en pleno verano.

—¿Te puedo hacer 3 preguntas? —rompió el silencio llamando la atención del otro.

—Claro.

—¿Sabes de qué color son las sakuras?

—¿Por qué me preguntas eso hyung? —se rió mientras trataba de no hacerlo tan fuerte. Había aprendido que con él tenía que ser tranquilo y no tan escandaloso, le era casi imposible aunque lo aceptaba como fuera, él quería hacer algo por él.

—No lo sé, ¿Has pensado en ello?

—Crecí la mayor parte de mi vida en Japón, claro que sé de qué color son —empezó a reír un poco—. Son rositas.

—¿Qué tipo de rosa?

—No lo sé, rosa pastel tal vez —se puso a observar una piedra que había a lado de él.

—¿Este tipo de rosa?

—¿Eh? —cambio su atención hacia donde estaba Midam. Él estaba extendiendo una flor rosa hacia él.

—¿Un poco cursi? Es que no hablas —Junghwan estaba en silencio viendo la mano del mayor. Estaba procesando lo que pasaba en ese momento.

—Pero esta es una hortensia rosa —finalmente habló tomando la flor—. Regalar hortensias rosas significa que...

—Si te dieran a escoger entre unas Levis o unas botas Gucci, ¿me escogerías como tu novio?

—¿Esa es la segunda pregunta? —asintió y Junghwan empezó a reírse—. Sin duda a ti —sonrió finalmente.

—¿Cómo te fracturaste el brazo —la sonrisa del contrario se borró casi en su totalidad.

—Es algo complicado de explicar, bueno al menos para mi.

—Tranquilo, no te apures. Yo entiendo —Midam le estaba dando una sonrisa pequeña. 

—Yo intente suicidarme —desvió su mirada del mayor y miro hacia enfrente. Sintió como el roce de los dedos del contrario tomaban su mano, el le estaba acariciando la mano.

—Oh —el silencio volvió a llenar el ambiente entre ellos—. ¿Cómo te sientes ahora?

—Siendo sincero, mejor. Desde que acepté la ayuda dejé de escucharlo seguido y eso me pone de maravilla. Mis pesadillas ya no son tan frecuentes.

—¿Escuchar a quien? 

—La voz en mi cabeza. Me ha estado atormentando por años —Midam cambio su expresión seria a una de sorpresa.

—Ya veo —tomó la mano del menor, podía sentir el miedo del

—Bueno, no sé cómo me fracturé el brazo en realidad. Le pregunté a mi hermano si sabía y me dijo que tampoco sabía —elevó los hombros y observó a Midam nuevamente. 

—¿Siempre eres tan lindo? —la expresión de Jung cambio y sonrió finalmente. Midam sabía que aún no era tiempo de que él supiera las cosas—. Cuando quieras hablar, puedes hacerlo. Yo no te juzgare.

Porque aun no debes saber que es lo que sucede, ni quien soy realmente.

—Gracias...por comprenderme.

—Te comprendo más de lo que crees —sonrió un poco—. Se está haciendo tarde, vamos a tu casa.

—Son las 8 de la noches —le enseñó la pantalla del celular.