Corazón Nuevo [HaJeongwoo]

Capítulo 17.

Era un día tranquilo, el calendario marcaba que era viernes 24 de octubre, no había presencia de lluvia y el sol estaba algo caliente.

—Hola —se acercó a la señorita de la recepción.

—Buenas tardes. ¿En qué puedo ayudarte? —hablo con un tono sonriente.

—¿Sabe dónde se encuentra Lee Midam? —ya tenía una semana de no haber visto al mayor, su orgullo no le permitía ir a su casa, pero seguía preocupandose.

—Él ya no está aquí, pidió un cambio de institución —contestó la mujer.

—¿Buscas a Midam? —una tercera voz se escuchó.

—Sí

—Tú debes ser Junghwan, ¿no? —asintió y la chica hizo un ademán para indicar que la siguiera—. Mi nombre es Sohyun, un gusto —extendió su mano y Jung la estrecho—. ¿Midam es tu novio no?

—Eh...algo así —elevó los hombros.

—Era su compañera, él me dijo que pidió un cambio de institución debido a que ya no se sentía capaz de seguir aquí —le sonrió—. Pero a mi no me hace pendeja, rompio el codigo de etica y prefirió cambiar de institución. Aquí es un muy buen lugar y ahora está en un lugar que es de un nivel más bajo que este. Realmente debe quererte porque arriesgó su calificación.

—¿Sí? —Junghwan se quedó pensando un poco en eso.

—Sí, bueno me voy —se despidió del menor—. Suerte en su relación. Lo saludas de mi parte.

—Realmente me quiere —habló para sí mismo, tratando de convencerse de esas palabras. Sacó su celular y marcó el número de la primera persona que se le vino a la mente.

—¿Hola? —respondió aquella voz que sonaba algo soñolienta.

—Hola hyung, soy Junghwan. Necesito que me ayudes con algo.

—¿Qué cosa?

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—Haru, mañana no podremos salir —estaba acurrucado en el sillón apoyando su cabeza en el hombro del azabache.

—¿Saldrás? —su visión seguía en la película.

—Sí

—¿Conquista nueva? —dijo en tono burlón—. Que galán —se rió un poco.

—Junghwan me pidió ayuda.

—¿Para?

—Ni yo sé, supongo que soy su hyung favorito —se rió haciendo que Haruto se cruzara de brazos.

—No.

—Seguro em llevará a que lo ayude a escoger lo que usará en su boda —se rió, sabía que el azabache no aceptaba al novio de su hermano y hacer chistes de eso hacía que frunciera el ceño en modo de molestia—. No frunzas tanto el ceño, te arrugaras.

—¿Te he dicho que me gustas? —lo estaba mirando a los ojos.

—Me lo repites todos los días Haruto, ya hasta me lo voy a tatuar —soltó una pequeña risa.

—Deberías, así siempre lo recordaras. Si se te olvida, solo mira tu frente.

—No empieces Haru —sintió como le picaba los cachetes—. Deja de picar mis cachetes.

—Shhh —lo abrazó con fuerza—. No me dejas ver la película.

—Te he dicho que no me estrujes.