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-¡Corre mas rápido, Paes! -escuche sonar el silbato- ¡Mueve esas piernas, mi mujer embarazada corre mas rápido que tu!

Malditos todos.

Trate de mover mas rapido mis piernas pero comenzaba a ahogarme por la falta de oxígeno. Solo faltaban dos vueltas mas, podría sobrevivir a eso y terminarlas para poder descansar. Junte las pocas energías que me quedaban para seguirle el paso a las demas compañeras, podia ver que no era la unica que estaba muriendo lentamente pero tampoco queria ser la unica que se desmayara. Cuando terminamos las vueltas, senti la gloria mas grande del mundo, me deje caer en el pasto dispuesta a dejarme matar. 

-¡Todavía no acabamos, holgazanas! ¡Formen un circulo!

Ni siquiera tenia energías para gruñir. Solo quería dormir y dormir por el resto de la vida, la semana era un asco y no parecia que fuera a mejorar. Me obligue a levantarme para que el entrenador dejara de gritar, su voz era un constante martilleo en mi cabeza. Todas caminamos hasta el centro de la cancha donde estaba parado, podia haberse colocado en la banca donde le pega la fresca sombra de un árbol, pero no. 

-Muy bien -anotó unas cuantas cosas en las hojas de su portapapeles- luego de nuestra primera semana de entrenamiento, puedo decir algo en lo que todos estamos de acuerdo: somos un asco de equipo. 

Unas celebraron de forma sarcástica ganándose una congelante mirada del entrenador. Aunque no decia una mentira, eramos un asco, pocas sabían realmente jugar futbol pero no lo suficientemente buenas como para encargarse del equipo. 

-Lo cual no me molesta del todo ya que aun asi me pagaran, pero para desgracia de ustedes tenemos que inscribirnos en algún torneo.

-Si sabe que vamos a perder ¿No? -hablo la chica que estaba más cerca de él.

-Si, lo sé. Tengo pesadillas por su culpa pero sé que podemos ganar aunque sea un partido -habló con falso entusiasmo e hizo sonar el silbato- muy bien, eso es todo por hoy. Espero que para la próxima semana sean mejores.

Se retiró del campo dejándonos bajo el sol. Una por una fue levantándose dando unos cuantos quejidos, la última fui yo. Llegué hasta la banca donde estaban mis pertenencias, me recosté en ella a la espera de que mis ganas de vivir regresarán. Había una pequeña brisa, se sentía bastante bien ya que estaba completamente sudada, deseaba estar en mi cama y dormir.

-Matenme ya, porfavor.

*

-Me quedé dormida como media hora. No fue hasta que unos chicos me despertaron porque iban a tener un partido.

-No puedo creer que te obliguen a practicar un deporte -la risa de Olivia retumbó en mi oido- hicieron lo que tus padres nunca lograron.

-Estoy pensando seriamente en abandonarlo. Me está matando.

Despegue la vista de la computadora para ver a Luke ensayar junto a los chicos. Mi plan original era ir a la biblioteca de la universidad pero terminaría dormida en alguna mesa, así que pensé que era mejor idea acompañar a los chicos en su ensayo. Si había ruido podría permanecer despierta.

-Hablando de cosas que matan, conocí al hijo de mi jefe y he de decir que es realmente muy lindo -se quedo pensando un rato- tal vez salga con él.

-¿De tu jefe insoportable? -me cambie el teléfono de lado- creí que no querías tener nada con él.

-Bueno pero su hijo no es como él, Sebastian es bastante adorable y encantador. -dijo un suspiro de enamorada provocando una pequeña risa de mi parte- como sea, ¿Que es todo ese ruido?

-Luke está ensayando. Los chicos se irán de gira dentro de unos meses.

Olivia tuvo que colgar, se encontraba en horario de trabajo y pudo ver cómo su jefe casi la atrapaba. Mientras los chicos ensayaban, yo seguía haciendo mis propuestas para presentarlas en clase. Me sentía a morir, toda la semana me la había pasado tratando de pensar en algo pero nada me convencía.

Another phase | lrhDonde viven las historias. Descúbrelo ahora