cap 12. el callejón nunca es bueno

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Odio sentir, odio esto, si no sintiera no estaría llorando por los gritos de mamá, corro a velocidad sin ningún rumbo en específico, y la peor parte es que ese señor llama y lo arruina todo, como siempre. Ya tiene mucho que mamá no hacía esto y volvió al alcohol

De pronto me doy cuenta de que estoy en un callejón, retrocedo con miedo por estar aquí, los callejones no traen nada bueno, lo sé. Pero al retroceder choco con un cuerpo, siento que su mano sostiene mi hombro y mi corazón se acelera, quedando en shock.

Su risa masculina me dice que es un hombre de edad grande, me giro y él tipo sigue sin soltarme, es rellenito con fuerza impresionante y varios tatuajes en el, otros dos tipos más vienen y se ríen junto con el grandulón que me mira pervertida mente, siento asco e intento soltarme pero es inútil, siento sus manos tocarme peligrosamente.

Me tumbo en el suelo sin poder soltarme de ellos, y me pongo a temblar y llorar como magdalena

- déjenme en paz, idiotas - insulte, de todos modos me van hacer daño los insulte o no

- ¡Escuchaste como nos dijo! - dijo su amigo ofendido, todo flacucho que está detrás de él

- hermosa y rabiosa, así me gustan - confesó y bajé la cabeza pensando que era inútil, el acerca su cara a mi cuerpo y obviamente reacciono dandole un golpe muy fuerte que no pude controlar

Su cara refleja enojo, y me da un puño en mi pómulo cosa que me hace girar, más lágrimas salen de mi, y este se ríe como si le pareciera divertido.

- ¡así quieres jugar! - dijo divertido limpiándose el labio donde logré sacarle un poco de sangre, trago grueso cuando su mano toca mi muslo, lo empujó pero no logro nada, los demás graban, mis pensamientos no piensan más que en alejarme de ellos, su mano quiere llegar a mi parte íntima, cosa que hace que grité con todas mis fuerzas antes de que lo haga

Él aleja su mano asustado y tapándose la oreja como si le molestará, su mandíbula se mueve del enojo y justo cuando me preparo para otro golpe, cierro los ojos con fuerza deseando despertar de un mal sueño, pero sabemos que es real. Tengo que librarme como siempre lo e echo, no permitiré que me toquen. Cuando pensaba hacer algo un joven que conozco aparece detrás de ellos.

- ¿Qué le hacen a la dama? - preguntó él, viendo a todos y ellos se burlan de él

- ¿César? - dije confundida y ellos comprenden que lo conozco

- mira niño, te devolveremos a tu amiga en un rato - dijo el gordo que me dan ganas de patear su cabeza pero no lo hago

La tensión está muy fuerte, y César niega, de verdad que parece un niño bueno y es menor que yo, tiene 13 años, su cabello café bien peinado y sus ojos de inocencia que miran al tipo con mala cara.

- no saben con que chica se metieron - dijo César y trago grueso esperando lo peor, preguntándome si Zaid estará aquí - déjenla en paz, si no quieren que valla de chismoso - les advirtió intentando sonar valiente pero noté sus manos temblorosas

Ellos sueltan una gran carcajada y asustada busco algo a mis lados con que defenderme pero lo único que veo es un cesto de basura, cartón, bingo el cartón puede servirme. Me arrastro con cuidado hacia atrás para poder tomarlo y el flacucho se acerca a César que lo notó más nervioso cosa que les da el poder.

- sácalo de aquí - pide el gordo para girarse conmigo pero no lo hace ya que César saca un arma e impresionante mente le da un disparo que se dirige al abdomen del obeso

Quedo en shock, todo fue tan rápido que no supe que hacer, solo observó y veo como los dos tipos salen corriendo abandonando a su amigo que está en el suelo con mucha, mucha, mucha sangre. No puedo ni reaccionar, ni hablar hasta que veo a César temblar de pies a cabeza y se acerca a mi para tomar mi mano y ayudarme a salir de aquí. Lo sigo y cuando estamos lejos y seguros me doy cuenta que llegamos a una plaza.

No te metas con una madreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora