cap 20. la llamada de César.

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3 años después.

Dejo de pensar en el pasado y le doy de comer a keity para luego arrullarla en mis brazos, su cabello es rubio oscuro como el de mamá, sonrío por eso, sus ojos azules verdosos, tez blanca contraria a la mía, todavía tiene el cabello corto.

La dejo en la cama dándome cuenta que huele mal, con razón seguía llorando, quito el pañal tratando de no olerlo, recibo una llamada y lo miro nerviosa mientras la limpio con toallitas húmedas, sigue sonando y me obligó a contestar sin terminar de ponerle el pañal.

- ¿Hola? - pregunto al descolgar, no me fijé en el número o nombre

- ¿Cómo estás?, Ha pasado tanto tiempo - dijo mientras reía

Esa voz se me hace reconocida

- ¿Quién es? - pregunté buscando confirmar mis sospechas, se vuelve a reír

- increíble que no me reconozcas, eso es cruel - dijo fingiendo sonar ofendido - yo no te olvide

Me quedo pensativa, ¿como pudo encontrarme?, Tiene tanto tiempo y decide hablarme, eso es extraño. No puedo asimilarlo después de todo lo que pasó no creí volverlo a ver y menos tan pronto.

- soy yo, César - dijo y ruedo los ojos

- ya sé - dije con frialdad

- me tomo tiempo encontrarte pero quería saber de ti

Después de lo sucedido con Zaid no volví a saber nada de su familia ni de él, solo sé que un chico me confirmó que se había ido por que creía que mi hija era de él.

- ¿Como supiste mi número? - pregunté enojada

- sabes bien que tenemos contactos - dijo pícaro y sé que no queda nada de él, del César que conocí - ¡Ahora eres gruñona! - ríe pero no digo nada - en realidad te llamé porque supe que estabas embarazada - dijo y volteó a ver a keity que sigue llorando

- si quieres saber si es de Zaid, pues no - respondí secamente y el ríe

Me alejo de keity para que no escuché el llanto

- él no sabe que te llame, yo decidí hacerlo por que me interesa saber si soy tío - dijo casi seguro - por favor, ahí la escucho

- es un gato - miento y vuelve a reír fuertemente - ¡ya te dije que no es de él!

- ¿mi hermano no es el único con el que estuviste? - preguntó y le afirmé, no me cree - las cuentas no mienten, Scarlett...solo quiero conocerla o conocerlo

Me alivia que no sepa todo de ella, suspiro frustrada por qué ahora que quiere saber no parará.

- no sabes cuánto te a extrañado Zaid, a pesar de todo...

- ¡Ya!, Suficiente - dije cansada, no quiero escucharlo - no me interesa saber de él, solo te voy a decir que keity no es de él, no es su problema y no vuelvas a llamar

Colgué rápidamente la llamada molesta, debo bloquearlo pero primero tengo que tapar a keity.

*****

Llegamos al instituto en el vehículo de Carolina, aún seguimos siendo amigas, ella me enseñó muchas cosas y también me di cuenta que es demandante y engreída. Bajamos vestidas con el uniforme, una falda negra de tablas, una playera negra de manga corta y un listón. Papá hizo que entrará aquí, él si que tiene dinero, mamá le contó lo que pasó, de mi hija y decidió ayudarme con la condición de que estudiará. Lo dejé pues no era mala idea regresar pero también es lo menos que puede hacer.

- odio llegar tarde, chicas ya habíamos hablado - se quejó Natalia con preocupación

- relájate - le pide Carolina - tampoco queremos llegar a barrer

- cierto, en esa parte no me quejo - dijo melanie y la veo sonreír y es por qué los chicos que son del equipo de fútbol se acercan - ya podemos elegir - dijo y reí para darle una palmada en la espalda

- ¡Qué onda! - saludo el más guapo del equipo y Carolina le sonríe para caminar juntos a clase

- no se pueden perder el partido - dijo el segundo más guapo que lleva un balón en la mano, con la otra abraza por el hombro a melanie.

Los seguimos detrás Nat y yo divertidas, a las chicas las conocí justo aquí, Carolina las unió, dijo que sería sensacional escojer un buen equipo y son buenas amigas pero no me parecen de todo sinceras.

En el receso camino hacia fuera, el patio donde todos se sientan a comer y tomar descansos, las mesas están ocupadas y me pregunto por que mis amigas no están ahí, hoy decidieron sentarse en una gran roca plana con bebidas en la mano.

Me siento al lado de melanie que lambe una paleta rojo y redonda

- ¿Y Carolina? - pregunté al no verla

- ni idea - dijo sin importancia melanie - yo elijo al de la camisa roja - dijo ella y veo a un chico muy guapo hablar con sus amigos

- valla, si está guapo - le digo y me mira con una sonrisa divertida, Natalia niega con la cabeza

- yo no sé ustedes, pero eso de su primo me parece muy extraño, todo en el me dió mala vibra - comentó Nat y la miramos confundidas pero concuerdo con ella, y sobre todo por qué conozco a esa clase de personas

- justo lo mismo digo - dije para tomar mi botella de agua

Carolina llega a nosotras con mala cara y él móvil en la mano.

- ¿Todo bien? - preguntó Natalia

- no, ese imbécil cree que puede hacer lo que quiera, en fin hay que preparar el viaje de fin de año - pidió cambiando rápido de tema

- pues en eso estamos, no es mucho lo que hemos ahorrado considerando que no somos ricas como tú - dijo melanie en protesta, se refiere a mi y a ella pues Natalia también es de dinero

- deja eso, pero con el dinero de todas podremos - dijo emotiva - como sea, las quiero ver en casa de mi primo después de la hora de salida

- ¿Por qué? - preguntó Natalia - no quiero ir

- pensamos que su trabajo no es digno - comenté y ella rueda los ojos

- ninguno lo es, las veo ahí - advirtió para desaparecer

- eso es injusto, ¡Quién se cree! - exclamó melanie y reí para alzar los hombros

Las clases se terminan y salgo recordando que hoy es el día de que recoja mi motocicleta nueva, que tanto e estado esperando. Al recogerla me pongo feliz es una honda color negro, que queda con mi atuendo que es un jean negro ajustado con un crop top beige y un chaleco negro abierto y unos tenis.

Me monto con una gran sonrisa para ponerme las gafas de sol que son negras junto con el casco, pongo una canción con mis auriculares, pensando que tengo que ir primero a casa antes de ir con el primo. Voy a toda velocidad emocionada por el motor cuando unas sirenas me hacen ver por el espejo a una patrulla.

Maldigo para bajar la velocidad y detenerme, me deshago rápido de los auriculares para ver al oficial al lado mío. Le sonrío con inocencia y me doy cuenta que es el mismo de la fiesta que me arresto. Sus ojos miel me observan con seriedad, sus labios en línea recta, y su cabello oscuro como cafecito.

Su uniforme se le ajusta muy bien, y noto que él también me observa.

- ibas a una velocidad máxima, ¡Déjame ver tu credencial y tú licencia de conducir! - pide y lo saco molesta por qué es muy profesional

- en verdad lo siento, comprenda es la emoción - dije con una sonrisa en mis labios

Él me mira serio pero después sonríe y sacude la cabeza.

- que no se vuelva a repetir señorita - me pide y su voz masculina llama mi atención - solo tendrá una multa - me entrega un papelito y lo tomo sin dejar de verlo.

- que no se haga costumbre.

No te metas con una madreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora