VI

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- Jennie, mi nombre es Jennie.

Chaeyoung abrió los ojos como platos, sintió un escalofrío recorrerle todo el cuerpo. La Muda hablaba, eso la tomó por sorpresa.

Analizó su voz. Suave, un poco ronca, quizás sea porque no ha dicho ni una palabra en mucho tiempo, un tono de voz específico que hace que los vellos del cuerpo reaccionen ante cada palabra.

Se dio la vuelta lentamente, encarando a la chica, la cual la miraba con diversión, quizás por su expresión, Chaeyoung estaba completamente atónita ante eso.

- ¿Di... Dijiste algo?.- La señaló, mientras la miraba con confusión.

- Le dije mi nombre.- Respondió respetuosa.

Chaeyoung parpadeó varias veces, aun sin poder creerlo, tenía muchas preguntas, y estaba a punto de empezar a soltarlas una a una, si no fuera porque la chica habló primero.

- Así que todo eso de "La Muda" es una farsa.- Soltó con ironía.- Todo para no hablar...

- Usted no entiende, no puedo hablar... aun.

- ¿A qué te refieres con "aun"?.- Se acercó a la línea. La castaña soltó una risa.

- Sabe que si hablo, me matarán, aun no es tiempo.

Chaeyoung levantó una ceja.

- Y tú sabes que solo saldrás de aquí en una bolsa negra, ya sea por pena de muerte o vejez.- Se cruzó de brazos encarando a la chica.- No hay salida que te favorezca, muda.

- La hay, solo que usted aun no la sabe, y ya le dije mi nombre, no me siga diciendo muda, es irritante.

- No me digas que hacer, escoria.

- Wow, cuidado, celadora.- Se acercó a ella, quedando a escasos centímetros de su rostro.- No se crea demasiado por el simple hecho de cargar ese uniforme puesto, al final de todo, somos lo mismo.- Sonrió de medio lado.

La pelinegra miró su sonrisa, luego mirando sus ojos, como estos expresaban algo que más que la locura y la mirada sádica que siempre veía en ella, esta vez con un brillo intrigante.

- No me hables como si me conocieras.- Se acercó aun más, para no sentirse intimidada.

Se impresionó cuando la chica miró sus labios y se acercó a su oído, susurrando en este:

- Oh, Chaeyoung, te conozco más de lo que piensas.- Respondió, dejando de lado todo el respeto con el que había hablado antes.

La pelinegra abrió los ojos como platos al sentir su corazón acelerarse.

Su cuerpo reaccionó por si solo, moviendo su puño izquierdo a una velocidad impresionante, dispuesta a golpear el estómago de la castaña, que aun seguía practicamente respirando en su oreja.

Quería golpearla lo más fuerte que su cuerpo le permitiera, pero lo que no se esperó era que la chica había detenido su ataque con una de sus manos.

Jennie soltó una risa ronca en el oído de la pelinegra.

- Ay, celadora, no creerá que ahora puede golpearme cuando quiera, ¿o sí?.- Se separó de su oreja, aun atrapando el puño de la contraria en su mano, Chaeyoung intentando soltarse con todas sus fuerzas.

- Sueltame.- Habló seria, sintiendo en su interior como la rabia se esparcía.

Le molestaba esa mirada graciosa en los ojos de la castaña, pero le molestaba aun más como su cuerpo reaccionaba.

Se mantuvieron así unos segundos, en silencio, mirándose, hasta que Jennie por fin la soltó.

- Solo para aclarar.- Dio unos pasos atrás, sin dejar de mirar superiormente a la chica.- Todas esas veces que peleamos, me dejé vencer.- Se encongió de hombros.

The Flip - ChaennieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora