XXIII

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Al cabo de unos minutos ya se encontraban en la cama de la castaña besándose con una necesidad anormal para ambas.

Cada vez que comenzaban les era imposible detenerse, se necesitaban de tal manera que el simple roce de sus labios las llevaba a un mundo completamente diferente.

Chaeyoung se sintió ligera, como si flotara, al mismo tiempo la clásica sensación de mareo que tenía cuando estaba con Jennie.

Las manos de la castaña recorriendo su cuerpo, sacando la camisa de su uniforme del pantalón de la más alta para meter sus manos y acariciar su abdomen de arriba abajo.

Una de sus manos viajó a su espalda y con la punta de sus dedos quitó el seguro del sostén. Terminó de abrir la camisa lo más rápido que pudo.

Chaeyoung se encontraba sentada sobre ella, moviendo sus caderas para hacer un poco de fricción, pero apenas sintió que Jennie soltaba un poco el agarre, la empujó por los hombros, dejándola caer a la cama.

Jennie la miró confundida, vio fijamente los ojos de chaeyoung, su mirada estaba completamente oscurecida, sintió como todo su cuerpo se calentaba solo con esa mirada. No pudo contener la sonrisa pícara que se asomó en sus labios.

Chaeyoung gateó hasta su cara, sin dejar de mirar los labios de la castaña.

Están hinchados...

Pensó. Pero eso no le quitaba las ganas que tenía de morderlos, así que eso hizo.

Besó los labios de Jennie esta vez tomando el control. Unos segundos en el beso y la castaña acercó su mano al cuello de la pelinegra, haciendo que se separara del beso.

Ambas se miraron, estando a milímetros la una de la otra. Jennie sonrió, dando un movimiento rápido con su mano para tomar la nuca de Chaeyoung y empujar su cabeza para seguir besándola, esta vez aun más bruscamente.

La pelinegra dejaba salir pequeños gemidos, sus labios ardían y palpitaban fuertemente, pero el calor y la necesidad de su cuerpo eran aun más fuertes.

Chaeyoung se separó, tomando entre sus dientes el labio inferior de Jennie, la mayor soltando un gruñido ante el gesto. La pelinegra al soltarlo bajó su cuerpo solo un poco, sin dejar de mirar a la chica bajo ella en ningún segundo.

Jennie sintió la respiración de la pelinegra en su cuello y simplemente cerró los ojos, a los segundos sintió la lengua de la misma recorriendo esa zona sencible para ella. Porque sí, el cuello era el punto débil de la castaña. No pudo evitar morder su labio ligeramente.

Chaeyoung se enfocó en esa zona, succionando, mordiendo y lamiendo cada parte de su cuello.

No sabía que se había apoderado de ella, pero desde que vio a Jennie por primera vez con una coleta alta, su cuello no dejaba de llamarle la atención, asi que era ahora o nunca.

Luego de unos minutos de gira por todo el cuello de la castaña, por fin levantó la cabeza para volver a besarle los labios, pero la mayor fue más rápida.

Movió ligeramente su cabeza hacia arriba, haciéndole a entender a Chaeyoung que no quería que la besara.

La pelinegra se congeló en su lugar, creyendo que había hecho algo mal o algo que no le había gustado.

Jennie le sonrió pícaramente.

- Ya te divertiste un rato. Ahora me toca a mi.- Dijo en tono seductor.

A la pelinegra no le dio tiempo de procesar sus palabras cuando Jennie ya la había volteado y se encontraba sobre ella.

La castaña tomó ambas manos de la pelinegra y las colocó en el espaldar de metal de la cama.

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⏰ Última actualización: Apr 17, 2020 ⏰

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