XX

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Al otro día era domingo, Jennie saldría al patio una vez más.

La pelinegra no podía negar que estaba nerviosa ante esa situación.

- ... Y recuerda-

- Debo comportarme, lo sé, lo sé.- Completó la castaña desganada, ganándose una mirada seria de su celadora.- Lo prometo, ¿está bien?.- Rodó los ojos.

- Bien.- Respondió la pekinegra, terminando de ponerle las esposas a la chica.- Bueno, ¿lista?.

- ¿Es en serio?, ya quiero salir de aquí.- Respondió soltando una risa.

Chaeyoung solo sonrió y tomó a Jennie de uno de los brazos, apretando el botón en el control remoto que desactivaba el mecanismo de seguridad de la celda.

Ambas caminaron todo el tiempo en silencio, Jennie portando su clásica mirada despiadada, a Chaeyoung le causaba gracia que la castaña se comportara diferente frente a los demás que cuando estaban solas, es decir la simple mirada afilada de Jennie hacía que se le pararan los pelos a cualquiera.

No tardaron mucho en llegar, las esposas fueron retiradas de las muñecas de la castaña,la cual le dio una última mirada a su celadora, seguido de su clásica sonrisa pícara y un guiño antes de darse la vuelta y caminar hasta Lisa, la cual la estaba esperando en su mesa de siempre.

- Alguien viene de buen humor hoy.- Comentó la rubia, rodeando por los hombros a la más bajita.- ¿Qué pasó esta semana que vienes así de feliz ah?.- Siguió molestando, ganándose un codazo en las costillas por parte de la castaña.- ¡Hey!, no puedes negar que es cierto.

Jennie le brindó una mirada llena de ironía, levantando una ceja.

- Te conozco, Kim, algo pasó, y aunque no quieras decirme, lo aviguaré.- Concluyó. La castaña rodando los ojos.

Jennie caminó hasta la reja que daba la vista al mar, se quedó ahí, de pie con las manos en sus bolsillos, apreciando el paisaje.

- Oye, sé que quieres gozar un poco del aire fresco, pero tenemos cosas que discutir.- Se acercó la rubia. Jennie rodó los ojos, haciendo una seña.- Bien, sígueme.

Ambas caminaron, la rubia liderando, hasta una pequeña esquina en la cual no mucha gente podría verlas o escucharlas. Lisa se sentó en el suelo, recostada a una de las rejas, mientras que Jennie se quedó de pie.

- Aquí puedes hablar tranquila, nadie puede verte porque estás de espaldas a todos y nadie puede oirte por la distancia, estás segura.- Habló. La castaña asintió.

- Tuve un encuentro con Irene, hablamos del plan, tuve que contarle todo.- Empezó.

- ¿Todo?.- Lisa levantó una ceja.- ¿Hasta lo de Chaeyoung?.

- No, ella no tiene por qué saber eso, no interfiere con su parte. En fin, el punto es que accedió y hará todo como digamos, si todo sigue como lo planeé, podré verla dentro de poco.- Concluyó.

- Bien.- Asintió. Unos segundos de silencio, hasta que Lisa habló.- No falta mucho para tu visita...- Dijo un poco nerviosa.

- Lo sé.

- ¿No estás asustada?.- Habló con temor.

- Un poco, pero mi plan es infalible.- Sonrió victoriosa.

- No sabes eso, Jennie, si Chaeyoung no hace su parte podrías morir.- Se levantó del suelo al instante, mirando a la chica con el ceño fruncido.- Eres mi única familia, no puedo perderte a ti también.

Jennie sonrió dulcemente.

- Ella lo hará, no te preocupes.- Respondió, poniendo su mano en el hombro de la contraria, en señal de apoyo.

The Flip - ChaennieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora