Capítulo 6: Lentes Oscuros

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Esa mañana, Adrien no dejaba de cepillarse el cabello y ponerse loción, tan ansioso se veía arreglándose, que Plagg voló hasta posarse en la cabellera rubia de su portador.

-Hey, tranquilo niño, creo que ya te has puesto suficiente de esa agua olorosa en el cuerpo, y se te va hacer tarde para el desayuno.

-Sí, lo siento Plagg –contestó el joven modelo, dejando a un lado los utensilios-, es que cuando estoy nervioso, suelo hacer esto más de la cuenta.

El Kwami rodó los ojos, él sabía que el rubio sufría por su amiga diseñadora, pero lo que al pequeño ser realmente le carcomía, era la ausencia de Tikki.

Incluso, una noche fue a visitar al Maestro Fu en su nuevo escondite, y grande fue su sorpresa de que no estaba, ni siquiera había dejado un aviso.

Sólo rogaba al creador de los quesos que su cubito de azúcar se encontrara bien.

Adrien bajó al comedor, sin mucho apetito así como esperando el comer solo.

Pero una enorme sorpresa le aguardaba, su padre le esperaba sentado en la mesa para comer con él.

El joven Agreste quedó estático por unos segundos al ver a su progenitor, que llegó a restregarse los ojos, para comprobar que no estaba dormido.

-Hijo, ven a sentarte, se enfriará el desayuno –le ordenó su padre.

-S-Sí... -el chico respondió con la voz quebrada, lo que conmocionó un poco al hombre, ¿Hasta qué punto había hecho daño a su hijo, para que él tuviera esa reacción?

Gabriel Agreste comenzaba a agradecer el momento en que escuchó los concejos de Marinette, ya que Adrien tenía una sonrisa radiante cuando se sentó a su lado con el apetito renovado.

-¿Está bueno? –le preguntó el diseñador, cuando ya merendaban.

-Esta delicioso padre –respondió entusiasmado el chico, hasta el punto de llegar a atragantarse con un croissant, lo que le dio un buen susto a Gabriel –Lo siento, es que me alegra el poder comer contigo, papá.

-A mí también hijo –el Agreste se limpió con una servilleta-, y quiero aprovechar de comunicarte algo en especial.

-Claro papá.

-La señora Bourgeois y yo preparemos un desfile juvenil este próximo mes, con motivos de los héroes de París, obviamente tú serás el modelo principal –el joven asintió animado-, pero yo no seré el diseñador para este evento – Adrien frunció el ceño confundido-, será mademoiselle Dupain-Cheng, el anuncio lo daré esta mañana –el modelo sonrió contento y tuvo que abstenerse de brincar de alegría por su amiga-, y como es una sorpresa, lo más probable es que se entere antes que llegues al colegio, por lo que me gustaría que esta tarde, ella pase hablar conmigo antes que inicien sus estudios de Física.

-¡Claro padre! –Adrien se puso de pie, muy contento por la noticia-, ¡Marinette va a amar esta sorpresa!

-Así lo espero Adrien, ahora ve a prepararte que ya es hora que vayas al colegio –le ordenó su padre, pero el chico antes de tomar su bolso, corrió a abrazarlo, lo que fue correspondido por él.

-Muchas gracias padre.

-La joven Marinette tiene un gran talento que debe ser nutrido, sin mencionar que ha cuidado bien de ti, es lo mínimo que puedo hacer.

-En realidad, también te agradecía el haber comido conmigo el día de hoy –dijo tímido el muchacho, y el diseñador abrió los ojos por estas palabras, para luego sonreír de lado.

.................

Adrien estaba impaciente por llegar a la escuela, aunque de camino, pudo ver el anuncio de su padre en las noticias, y su pecho se infló de orgullo al escuchar los elogios que su padre daba a su amiga.

Jeanne D'ArcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora