Epílogo

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Capítulo 18 – Epílogo.

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10 años después...

Manon, ahora de 15 años de edad, se arreglaba las coletas junto con el vestido blanco de holanes, que la misma Marinette le había obsequiado.

-¡Deprisa hija! –le llamó su madre desde el comedor-, debo ir a la televisora luego de dejarte en la iglesia –la adolescente corrió hacia ella, casi sin aliento.

-Lo siento mucho mamá, es que... -la chica se acomodó una última vez la corona de flores que llevaba en la cabeza.

-Estás preciosa mi niña, sólo que, has olvidado cambiarte de zapatos –le indicó burlona su madre, a lo que Manon bufó molesta, subiendo de nuevo a su cuarto en busca de sus zapatillas blancas para el evento.

-¡Ugh! ¿Dónde los dejé? –la ofuscada chica seguía en su búsqueda hasta que una vocecita le llama desde su armario.

-¡Aquí están Manon! –una kwami roja voló a través del mueble, que la chica morena abrió de par en par, dando un sonoro suspiro.

-Muchas gracias Tikki –Manon se acomodó las zapatillas con una sonrisa traviesa-, apuesto que salvaste de varias a Marinette en el pasado.

-Bueno sí, ella tuvo sus problemillas, pero siempre se las arreglaba para salir de ellos, aunque yo debía darle un empujoncito de vez en cuando – contestó risueña la Kwami, aunque Manon no pudo evitar hacer una pequeña mueca de preocupación.

-Han pasado un par de meses, pero ¿Crees que esté a la altura como "Ladybug"? –Tikki se acercó a ella, abrazando su mejilla.

-Así como una vez le dije a Marinette, te lo diré a ti –la pequeña flotó delante de ella con una tierna expresión-, cada Ladybug ha sido única en su forma de ser, tú eres única también Manon, intrépida, astuta y muy amable –la chica le hizo cosquillas en la cabeza, hasta que escuchó la voz de su madre.

-¡Manon! Ya es hora, debemos irnos.

-Ya voy mamá –Tikki se escondió en el bolsillo de su nueva portadora, la que se dirigió rápidamente donde su madre.

Muchas cosas ocurrieron esos 10 años, y París fue cambiado cada vez para mejor, a pesar de los obstáculos que se encontraron en el camino.

Después de todo, Hawk Moth y Mayura no eran los únicos supervillanos del mundo, ya que por la ausencia de 200 años de los guardianes de los miraculous, otros enemigos se habían preparado para emerger, sólo que aún no estaban listos.

Así, cuando llegó a París un supervillano, que resultó ser un sujeto que practicaba la pirokinesis. Y estaba dispuesto a convertir a París en cenizas a menos que cierta diseñadora de la firma MDC, antes conocida como Agreste, aceptara casarse con él.

Fue una locura para Manon, ya que desde su habitación veía como los ciudadanos combatían contra ese villano con delirios de narcisismo, que había capturado a la mujer que lo había rechazado varias veces. Y a pesar de lo furiosa que estaba por culpa de ese imbécil, que parecía obsesionado con la diseñadora, no reparo en una extraña caja en su cuarto, hasta que tropezó con ella cuando las llamas pasaron cerca de su casa.

Así fue como conoció a Tikki, y pasó a convertirse en Le Coccinelle. Y con ayuda del nuevo portador del miraculous del gato negro, un muchacho que era claramente menor que ella, y que se llamó así mismo Black Panthere. Derrotaron al supervillano, y con el Miraculous Ladybug, su purificación le quitó ese molesto poder al sujeto, así como restauró la ciudad.

No hacía falta que el novio de la diseñadora estaba furioso con aquel hombre, al que no tardó en demandar.

Pero lo que sí le hizo gracia a Manon fue ver a Marinette darle un puñetazo al bocazas de ese idiota por haber puesto a toda París en riesgo, sólo por querer tenerla a ella.

Jeanne D'ArcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora