Aquella tarde

32 6 0
                                    

Voy bajando las escaleras, para ver quién llamo a la puerta.
Miro primero por la mirilla, y veo a un hombre, bastante mayor de hecho. Unos 50 años, pelo canoso y apenas tenía barba, no tenía mala pinta, por lo que decidí abrir la puerta.

_: hola. ¿Necesita algo?
Antón: hola, soy Antón, ¿están tus padres?
_: ¿qué necesita? -digo intentando evitar la pregunta. No me apetece que un hombre que acaba de salir de la nada sepa que estoy sola en casa la verdad.-

De repente, saca un pañuelo de su bolsillo, y, en cero coma, caigo inconsciente al suelo, sin saber que había pasado.

Acabo de despertar, estoy en mi habitación de hecho, en mi cama, tapada con mis sábanas, aunque, me acuerdo perfectamente de lo que ha pasado. Miro por debajo de las sábanas, para asegurarme de que no haya intentado nada (sabéis a lo que me refiero) pero, por suerte, sigo vestida, y todo parece normal. Es de noche, y, tengo bastante miedo de salir de mi habitación, porque, por lo que escucho (que es nada) sigo estando sola en mi casa.

Abro mi puerta despacio, y, parezco escuchar unos pasos, me asomo por la escalera para bajar al piso de abajo, y veo a aquel hombre, parece estar hablando por teléfono. Pongo atención, y escucho lo que habla.

Antón: si, ya estoy dentro, estoy sola con La Niña, estos no están. Vale, si, iré a por ella. ¿Donde tengo que llevarla? Vale, sigue dormida, así que tardaré un poco. Perfecto, 20:30, no te retrases.

Mierda, planean llevarme a algún sitio. Intentando darme la vuelta despacio, tiro una lámpara que había detrás mía en una mesilla, la cual hace bastante ruido. Voy corriendo a mi habitación a mi armario, rezando que no haya escuchado nada.

En segundos, escucho como se abre la puerta de mi habitación, y veo como este señor entra en mi habitación. Me está buscando, está claro. Intento esconderme mejor, pero, se cae una percha a la parte de debajo del armario, y, desgraciadamente, lo escuchó también.

Antón: ¡con que aquí estabas!
_:¡SUÉLTAME! ¡VOY A LLAMAR A LA POLICIA!

Este pone su brazo delante de mi cuello, su otro brazo agarrando mi cintura, y sus piernas doblando las mias para que no pueda moverme.

_: *agh*
Antón: ¡AAAAAAAA!

Le pegué un mordisco en el brazo, tan fuerte que lo dejé sangrando. Mientras el se retorcía de dolor, fui a la planta de abajo, cogí mi teléfono, y marqué el número de la policia.

Expliqué la situación, y, no tardaron en venir. Mientras, me escondí en la cocina, detrás de un banco que tenemos donde guardamos botellas de agua, especias, verduras etc

Se lo llevaron, al fin, resultó ser un camello, los policías no sabían porque estaba en mi casa, pero yo obviamente si. Mis padres no pagaron lo que le compró. Ya ha pasado otras veces, pero no así, y no vinieron a por mi, sino a amenazarlos a ellos, esa es una de las tantas razones por las cuales nos mudamos tanto. Después de que se fuera la policia, vinieron mis padres, y me sentí "mejor"

Mama: sabes que llamando a la policia nos has puesto en un lío ¿no?

_: y que querías ¿que me matara?

Papá: dejadlo ya, siempre estáis igual

Mamá: No, por culpa de esta niña casi nos pillan, da gracias a dios de que no ha sido así.

Fui llorando a mi cuarto, no aguantaba más, así que, cogí mi móvil, cascos y un poco de dinero y me fui a despejarme.

Iba por la calle, y me encontré con el chico que me sentaron hoy en clase, no estaba el solo, estaba con unos amigos, y haciendo unas cosas un tanto extrañas...

Far away from homeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora