Duras declaraciones

24 3 0
                                    

No recuerdo nada, absolutamente nada. Solo recuerdo que estaba con...Zilan, y de repente todo se puso negro y oí gritos. Nada más.

En cuanto abro los ojos, unos destellos de luz me ciegan completamente, no puedo ver nada. Pasan unos dos minutos, cuando mis ojos ya se acostumbran a esta luz, supongo que de estar tanto tiempo inconsciente, estaban un poco sensibles.
En cuanto logro ver completamente, miro a mi alrededor y solo veo ¿paredes blancas con unos sillones? ¿Dónde estoy?

Intento levantarme pero, mis piernas están aún demasiado débiles como para poder andar por mi sola, así que, cojo una silla de ruedas que casualmente había al lado del gotero. Intento levantarme de la camilla cuando, noto que hay algo presionando mi abdomen. Es una venda. Intento quitarla suavemente y hay una pequeña cicatriz.

Voy con un vestido azul claro, sin nada debajo y descalza. Intento manejar la silla de ruedas conforme puedo, ya que nunca he llevado ninguna. En el mismo instante que hago la intención de abrir la puerta, esta la abre un chico joven. Iba vestido con una bata blanca, gafas, y una carpeta incluyendo un bolígrafo negro. Supongo que sería mi médico. Tengo demasiadas cosas que preguntarle. Seguido de el, entra detrás suya un chico alto, ojos verdes, pelo cas... Espera, ¿Zilan?

_:¿Que haces tú aquí? -Le pregunto con mi voz aún débil-

Al mismo instante de acabar la frase, este viene corriendo hacia a mi, dándome un enorme abrazo. Se siente muy reconfortante, ya que no están mis padres, ni hay nadie. Solo está el, y, sinceramente, no me desagrada.

Kenneth: Buenas, he sido tu médico todo el tiempo que has estado en coma. Soy Kenneth. - dice mientras me ofrece su mano en forma de saludo- Bueno, ¿tendrás bastantes preguntas verdad?

_: La verdad es que si.

Kenneth: Pues adelante.

_: ¿Que me ha pasado?

Kenneth: Te dispararon.

En este momento, comencé a acordarme de todo, la imagen de mis padres corriendo hacia a mi, Zilan intentando que no me durmiera, toda la gente alrededor, me acordé de absolutamente todo, así que decidí no hacer más preguntas sobre ese día.

_: ¿Cuanto tiempo he estado en coma?

Kenneth: Una semana

_: ¿Quien ha venido a visitarme durante este tiempo? -Por mucho que me doliera, tenía que hacer esa pregunta, necesitaba saberlo-

Kenneth: Este muchacho de aquí. Todos los días estuvo aquí. No falló ni uno.

No tenía palabras ¿Porqué iba a hacer esto por mi si no nos conocíamos casi? Tenía muchas dudas en la cabeza, las cuales necesitaba responder.

Kenneth: Bueno, supongo que querréis pasar tiempo a solas, así que, os dejaré unos minutos para que habléis. Estaré en recepción si necesitáis cualquier cosa.

Zilan y yo asentimos con la cabeza mientras Kenneth salía por aquella puerta estrecha de madera.

_: ¿porque has hecho esto por mi?

Zilan: ¿El que?

_: Pues, todo. No tenías porque haberte quedado. No tenías porque haber aceptado a salir a tomar nada conmigo. No tendrías porque haberme simplemente hablado.

Zilan: Lo hice. Y estoy muy orgulloso de ello. No me arrepiento de absolutamente nada. ¿Y sabes porque lo he hecho? Porque me importas, muchísimo. No sabes la presión que sentí en el pecho, cuando esa bala te atravesó. Sentí que todo había acabado, que ya no tenía sentido seguir aquí. No sabía que hacer, no sabía como reaccionar.

No sé qué contestar, no tengo palabras. Aún no cabe en mi cabeza porque lo hizo. Quizá ¿estaba enamorado de mi? O no sé, no sé qué pensar en estos momentos.

Zilan: Te quiero Melisa joder ¿Eso es lo que querías oír?

Ahora si que he quedado sin palabras. Pero no por esto, me lo esperaba, sino porque creo que siento lo mismo.

_: Oye, ehm, mira...- me cortó la frase antes de que pudiera seguir declarándome-

Zilan: sé lo que vas a decir, que no sientes lo mismo pero no me importa, mis sentimientos no cambiarán. Seguirán siendo los mismos.

_: Todo al contrario, de hecho, iba a decirte lo mismo. Que siento lo mismo por ti...

Estábamos cara a cara, me cogió las dos manos, me cogió en brazos, ya que yo seguía en la silla de ruedas.

Acarició mi rostro suavemente mientras yo estaba hipnotizada por sus preciosos ojos verdes, y entonces...

Far away from homeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora