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- Hola Sofi. - me dio un pico. Si no me decía "Hola hermosa" era que no estaba de buen humor, que era lo más habitual.

- Pasa pasa.

Subió directo a mi pieza sin que yo dijera nada, sabía perfectamente lo que significaba eso. Pero hoy iba a poner resistencia. Subí las escaleras detrás de él. Se sentó en la cama y se quitó la remera. Yo me quedé parada en frente sin hacer nada, cuando de normal él ya estaría manoseándome.

- ¿A qué esperas? - dijo de mala onda.

- La verdad Santiago... Es que no me apetece ahora mismo. - dije rascándome un brazo con la mano del otro y mirando al suelo, muerta de miedo.

- ¿Desde cuándo esto trata de lo que te apetece? Vení para acá ya mismo.

- Santi siempre me obligás y no quiero.

- Sofi no sé a qué viene esta charlita reveladora hoy, pero como no vengas ya mismo y te quites la ropa voy a levantarme y te vas a arrepentir. - ni me digné a mirarle, no le respondí. Pasaron como tres segundos así en silencio. - Esta bien, tú te lo has buscado.

Se levantó y en dos zancadas ya le tenía parado a tres centímetros de mí. Me agarró por el pelo y me lanzó a la cama. Yo grité del susto y de la brutalidad con la que lo hizo. Caí boca abajo en la cama y él enseguida me dio la vuelta y me agarró la cara con una mano fuerte apretando mis mejillas. Yo puse mis dos manos en su brazo como reacción instantanea.

- Esto te pasa por creer que podés desafiarme. - Me soltó una bofetada que retumbó por todo mi departamento.

Me rompió la remera e intentó quitarla del todo.

- ¡Pará pará!

- ¡A MÍ NO ME MANDAS PARAR!

Me levantó del cuello y me tiró al piso. Acto seguido estampó mi cabeza contra el suelo dos veces seguidas, haciendo que yo me maree y pierda un poco el sentido.

Pero de repente vi los pies de Valen salir rápido y oí su voz.

- ¡Wacho soltala! - empujó a Santi que, desprevenido, cayó al suelo.

Valen me levantó y me puso detrás de él. Nos fuimos alejando para salir caminando hacia atrás lentamente, porque sabíamos que en nada él se iba a levantar y esto iba a continuar. Justo cuando Valen estaba en el marco de la puerta de mi pieza y yo ya estaba fuera al lado de las escaleras para bajar, Santi se levantó y apretó fuerte el puño. Sin embargo, no se acercó.

- ¿Qué hace este boludo acá? ¿Eh Sofi? - ninguno respondió. - ¿A caso no te lo dejé bien claro?

De repente sacó una navaja del bolsillo de su jean y se acercó rápido y amenazante. Yo me puse delante de Valen y levanté las manos mientras le grité que parara desesperadamente. Pero él nada más verme no dudo en apartarme de su camino y descargó toda su ira empujándome.

Y allí estaba yo, dando vueltas abajo por las escaleras. Oí el grito de Valen. Cuando ya había dejado de rodar intenté recapacitar. Todo me daba vueltas. Miré hacia arriba tumbada en el piso y les vi a los dos mirándome con cara de susto y preocupación. Entonces cuando fui a bajar la vista lo vi. Me estaba desangrando. Pude ver mucha mucha sangre antes de que mi vista se hiciera negra del todo.

Gracias

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